Cuando la medicina se confunde con la ciencia ficción

"Fabricar bebes a medida es científicamente imposible"

Lo dijo el experto noruego en reproducción humana y embriología Arne Sunde.

Domingo 15 de julio de 2007 | Publicado en la Edición impresa > Ver opiniones de lectores (0)  Enviá tu La posibilidad de lograr en el laboratorio la unión perfecta de los ingredientes genéticos que permitan siquiera pensar en crear bebes con características físicas, intelectuales o deportivas "a la carta" está más cerca de la ciencia ficción que de la realidad en la que conviven genetistas y expertos en fertilidad.

"El concepto de que pronto podremos seleccionar embriones que tengan los genes deseados relacionados con ciertas habilidades intelectuales complejas es científicamente equivocado. Fabricar bebes a medida es imposible", sentenció el doctor Arne Sunde, director de la Clínica de Fertilidad de la Universidad de Trondheim, en Noruega.

Crítico de los colegas que anuncian al mundo que tienen entre manos la posibilidad de modificar bebes para que tengan inclinación por la música, el deporte y la matemática, por ejemplo, o cuenten con las tan codiciadas bellezas físicas, Sunde asegura que se está comunicando "un futuro que, para la sociedad, está muy cerca de Un mundo feliz ", el clásico de Aldous Huxley que describe una sociedad con embriones predestinados desde la incubadora.

"Sólo podemos seleccionar genes que están presentes en la reserva genética de los padres. Muchas veces parecería que los especialistas y la opinión pública olvidan esta limitación tan simple. Además, el proceso de división cromosómica es en gran medida azaroso, por lo que la cantidad de embriones que se necesitaría analizar aumenta exponencialmente con la cantidad de genes que se quieren seleccionar", resumió el especialista, que integró el equipo que logró el primer bebe noruego de probeta y el primer nacimiento por criopreservación de embriones en los países nórdicos.

Amante de la ingeniería y las matemáticas, Sunde explicó a LA NACION durante el último Congreso Europeo de Reproducción Humana y Embriología, en la ciudad francesa de Lyon, que para seleccionar menos de 20 genes, por ejemplo, habría que fertilizar todos los oocitos (las células germinales femeninas antes de convertirse en óvulos) de un ovario.

"Para seleccionar 45 genes simultáneamente, se necesitarían 1014 oocitos", agregó el fundador de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología.

-¿Sería un proceso tan azaroso como la lotería?

-Cuando se habla de seleccionar embriones para lograr ciertas características intelectuales, musicales, físicas o deportivas se está hablando de buscar unos 200 genes. Para ello sería necesaria una cantidad de embriones mayor que el tamaño del universo.

-Entonces, hay que seguir confiando en la herencia...

-Si, por ejemplo, un gran pianista tiene una hija que hereda algunos de esos genes y se casa con un hombre que también heredó el mismo talento con el piano, tenemos una pareja con alguna posibilidad de tener un hijo pianista.

-Pero, en este caso, los padres comparten genes que determinan una habilidad. Si no fuera así, ¿se podría "crear" un buen pianista?

-Si se necesitan 200 genes para definir un buen pianista, la cantidad de embriones que en teoría se necesitan para encontrar al indicado sería tan grande que sería inmanejable. En un terrón de azúcar caben 500.000 oocitos, que sería la cantidad total de óvulos inmaduros que produce una mujer, en los que apenas se podrían hallar entre 10 y 13 genes de los 200 que habría que buscar. De modo que para poder hacerlo la cantidad de embriones necesarios sería tan grande que superaría el tamaño de nuestro sistema solar.

-Pero los científicos conocen esto...

-Sí, o por los menos deberían saberlo. Creo que el error está en no comunicar lo que se puede hacer, en lugar de lo que algunos quisieran hacer. Lo que podemos hacer es ayudar a una familia con enfermedades genéticas, de las que se conocen el o los genes que pueden provocarlas. Y para lograr un embrión sin esos genes bastaría con obtener 30 oocitos y lograr 10 embriones.

-¿Y qué piden esas parejas?

-Muchos no pueden soportar el dolor o el sufrimiento de un hijo, y en ese caso ruegan por ayuda y una garantía de tener un hijo que no sufra y muera. Eso se puede hacer hoy. Lo que no se puede hacer es pedir una garantía de algo que no se tiene.

De alto riesgo

Cuando se forma una pareja y se comparte el deseo de tener hijos, aunque ambos luzcan sanos existe la posibilidad de que tengan antecedentes genéticos de enfermedad. En esos casos, existe la posibilidad de hacer un diagnóstico genético preimplantatorio (PGD, por sus siglas en inglés), que es un diagnóstico precoz para parejas con alto riesgo de tener hijos con enfermedades.

"Pero lo que no se puede hacer es llegar a una clínica de fertilidad sin hijos, ni antecedentes clínicos de enfermedad, ni nada y pedir que le hagan un PGD para identificar la presencia de cualquier enfermedad genética. Sí se puede hacer con enfermedades específicas. En ese caso, el PGD y la fertilización in vitro pueden asegurar que el niño estará sano", señaló Sunde.

-Usted asegura que habría que crear un genoma para poder "diseñar" un bebe. ¿Es posible?

-Supongamos que una pareja quiere tener un hijo pianista, que además juegue bien al básquetbol, sea bueno en el ajedrez y sea lindo... Esto nunca se podría lograr con la selección de embriones porque habría que crearlo gen por gen en el laboratorio, lo que en la ciencia ficción podría ocurrir en un millón de años... [Risas.]

-Pero ¿sería posible?

-No, para nada. Y lo más importante es que, cuando se trata de la vida, hay muchas cosas que aún ignoramos. Para eso se necesita una sociedad que experimente con seres humanos y a gran escala, como ocurre en Un mundo feliz . Sería éticamente incorrecto.

-¿Qué debería esperar una pareja de la ciencia?

-Hoy, una clínica de fertilidad que puede buscar enfermedades genéticas en embriones de una pareja les puede ofrecer la posibilidad de tener un bebe saludable. El público no debería tomar en cuenta la posibilidad de que existan médicos capaces de convertirse en "diseñadores" de bebés, con catálogos con estatura, color de cabello, de piel o capacidades intelectuales o deportivas. Eso nunca va a pasar...

-Muchos especialistas critican la exageración en las declaraciones de sus pares, pero mantienen silencio. ¿Por qué le interesa aclararlo públicamente?

-Por dos motivos. Estamos creando preocupación en la población, que piensa que estamos tratando de diseñar su futuro. Eso es incorrecto. Muchos caemos en la trampa de la publicidad: nos gusta que nos reconozcan y nos citen, y muchas veces no mentimos, pero decimos cosas que del otro lado se pueden percibir de otra forma.

-¿Por eso les recomendó a sus colegas hace instantes que fueran muy precisos en sus declaraciones?

-Se están creando falsa esperanzas y falsas impresiones. Nuestra agenda no es crear la humanidad futura, sino poder darles a las parejas con problemas genéticos graves la posibilidad de formar una familia. En este campo, la fertilidad se une a la genética en un campo científica y económicamente competitivo. Por eso, cada tanto nos tentamos de hablar más allá de la realidad.

Por Fabiola Czubaj
De la Redacción de LA NACION