Para la FDA estadounidense, la evidencia existente de que el consumo de tomate disminuya el riesgo de algunos tipos de cáncer es sólo limitada, según un artículo publicado en el "Journal of the National Cancer Institute".
Investigaciones anteriores han sugerido la existencia de una asociación entre el consumo de tomates o de uno de sus componentes, el antioxidante licopeno, y un riesgo menos de desarrollar cáncer, en particular de próstata. Sin embargo, en un artículo de revisión, investigadores de la FDA concluyen que no hay pruebas de que el tomate reduzca el riesgo de cáncer de pulmón, colon, mama, cuello de útero o endometrio. En cuanto a otros tipos de tumor, como los de próstata, ovario, estómago y páncreas, la evidencia de "muy limitada".
En función de esta evaluación, la FDA solo permitirá etiquetar los tomates y productos derivados indicando la existencia de "evidencia muy limitada" para esos cuatro tipos de cáncer citados. En líneas generales, la revisión efectuada concluye que existe ninguna prueba de que el licopeno, tanto en la dieta como en suplemento, se asocie a un riesgo reducido de ninguno de los tumores evaluados.
En el caso del cáncer de próstata, por ejemplo, los autores de la evaluación citan que "investigación científica preliminar y muy limitada" sugiere que comer tomates o salsa de tomate puede reducir el riesgo de desarrollar tumor prostático, pero que no hay evidencia creíble que apoye esa asociación.
Journal of the National Cancer Institute 2007;doi:10.1093/jnci/djm037