Luego de siete meses de la intervención que le fue realizada en el Hospital Universitario La Fe de Valencia, España, la colombiana Alba Lucía Carmona afirmó que, aunque el proceso de rehabilitación es duro, la operación ha sido lo mejor que le ha pasado en la vida. Tan orgullosa y satisfecha se siente que llama a sus manos “mis niñas y mis hijas”.
En una charla cargada de emoción durante la IV Reunión Nacional de Coordinadores de Trasplantes y Profesionales de la Comunicación, la mujer contó cómo, el 12 de agosto de 2004, empezó todo el proceso para recuperar unas manos que perdió el 16 de noviembre de 1978 en Colombia en una explosión durante unas prácticas de Química. Uno de sus médicos es el cirujano Pedro Cavadas, presidente de la Fundación que lleva su nombre y cuyo equipo efectuó la operación en La Fe de Valencia, y al que tuvo "la osadía" de escribirle Alba Lucía, según relató ella misma, en el año 2004 para contarle su caso tras ver en televisión cómo implantaba un brazo amputado en una pierna para que recuperara la irrigación.
El coordinador de trasplantes de Aragón, José Ignacio Sánchez Miret, se refirió al presentar a Alba Lucía como una persona luchadora, que está "casi, llegando a la meta del triunfo de unas manos que pronto le van a permitir ser autónoma".
La rehabilitación, que comenzó inmediatamente, es un "proceso muy duro, hay que tener mucha fuerza de voluntad para poder llevarlo y llegar al final, a feliz puerto, que es lo que yo quiero y todas las personas que están a mi alrededor", afirmó.
La colombiana ya puede utilizar sus nuevas manos para maquillarse, escribir y comer con cubiertos adecuados, aunque confesó que le da miedo arrimarse a la cocina y coger un cuchillo o cosas calientes hasta que no recupere totalmente la sensibilidad.