Aunque en el último año los “stents” para destapar arterias dañadas comenzaron a recibir críticas, sobre todo desde que la FDA lanzó una advertencia sobre aquellos que liberan drogas, hoy el dispositivo diseñado por el argentino Julio Palmaz sigue gozando de un gran prestigio.
Laura Garcia Oviedo
Arreglar el corazón y sus vericuetos ha sido desde siempre un desafío que los médicos enfrentan con ingenio. Y al cual responden con nuevas opciones terapéuticas. Un ejemplo de esto fue la invención de la angioplastia –una de las técnicas más usadas hoy para “destapar” las arterias y evitar que se desencadene un infarto–, de cuya primera aplicación se cumplen tres décadas este año. Como si fuera poco, en 2007 también se conmemoran 20 años del diseño del stent, dispositivo que ayudó a que ese procedimiento fuera aún más eficaz.
En el marco de estos “festejos”, entre el miércoles y el viernes unos 3.500 expertos de todo el mundo se reunirán en Buenos Aires en el XIII Congreso de la Sociedad Latinoamericana de Cardiología Intervencionista (Solaci) con el fin de debatir sobre los logros ya alcanzados y los que vendrán.
Críticas. Hoy en la Argentina se realizan unas 25.000 angioplastias por año. En el 70% de ellas se utiliza la misma clase de stent metálico que diseñó el argentino Julio Palmaz en los 80 . Y el 30% restante se hace con implantes “liberadores de fármacos”. La meta es la misma: evitar infartos cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
El stent es como un “rulero” metálico que se implanta en la arteria tapada –la mayoría de las veces a causa de la ateroesclerosis avanzada– con la ayuda de un catéter y un globo o “balón” (ver gráfico). En 2002, se sumó el nuevo modelo: el “liberador de drogas”, que causó una nueva revolución, aunque las críticas no tardaron en surgir.
Es que en países como los Estados Unidos se los comenzó a sobreutilizar, sin evidencias que demostrasen que los stents farmacológicos fuesen mejor que los convencionales para todos los casos. Por eso, en 2006 la FDA, la autoridad reguladora de ese país, salió a aclarar que los implantes con fármacos no debían ser utilizados indiscriminadamente.
Optimismo. Ocurre que aún no se logró resolver al 100% algunas desventajas que comparten ambos tipos de stents: las arterias pueden desarrollar un tejido cicatrizal, o coágulos de sangre, que podrían empeorar el estado del paciente luego de la intervención.
De todos modos, los expertos son optimistas. “En los últimos años se mejoró mucho. Al principio había un único modelo de stent y era muy rígido; ahora hay diferentes medidas que sirven para reparar diferentes lesiones”, destacó a PERFIL Liliana Grinfeld, presidenta del Solaci 2007. Por su parte, Oscar Méndiz, secretario científico del Solaci, resaltó que la disciplina avanza cada día más. Y comparó: “Al principio un paciente al que se le hacía una angioplastia tenía que estar diez días internado, hoy se va a su casa al día siguiente”, dijo.
Jorge Belardi, presidente del Instituto Cardiológico Buenos Aires (ICBA), fue gráfico: “Hoy las angioplastias se ubicaron en un lugar intermedio entre el tratamiento clínico y las cirugías. El stent es uno de los grandes avances de la cardiología y permitió que una gran cantidad de pacientes con enfermedades coronarias mejorasen su calidad de vida e incluso prolongasen su vida”.
“El uso extensivo del stent genera ataques injustos”Julio Palmaz nació y estudió en La Plata, pero vive desde hace 30 años en los Estados Unidos. Allí fue donde desarrolló, entre 1978 y 1985, el primer diseño comercial exitoso de lo que hoy se conoce como stent, el tubito de malla metálica que logra “destapar” las arterias dañadas.L.G.O. 2007-07-01 04:13:29Julio Palmaz nació y estudió en La Plata, pero vive desde hace 30 años en los Estados Unidos. Allí fue donde desarrolló, entre 1978 y 1985, el primer diseño comercial exitoso de lo que hoy se conoce como stent, el tubito de malla metálica que logra “destapar” las arterias dañadas. Con ese invento, el argentino realizó un gran aporte a la historia de la cardiología. Es que, gracias a él, los pacientes con ateroesclerosis avanzada pudieron tener una opción más antes de llegar a una cirugía mayor.
Hoy Palmaz vive en San Antonio, Texas. Antes de viajar a Buenos Aires para participar del Solaci 2007, respondió las preguntas de PERFIL.
—¿Cómo cambió el “stent” el manejo de los pacientes con problemas cardiovasculares?
—Hoy en día la colocación del stent es la intervención percutánea terapéutica cardiovascular más frecuente. Es probable que la frecuencia de su uso respecto de la cirugía de bypass coronario sea de 3 o 4 a 1.
—¿Cree que los stents podrían ser reemplazados en el futuro por otras técnicas?
—La angioplastia con stents va a ser reemplazada por medicación en el futuro. Sin embargo, hoy estamos lejos de ese objetivo. Con respecto a los posibles implantes electrónicos, este tema progresa despacio dado que la industria médica no está invirtiendo en investigación y desarrollo de tecnología nueva.
—El uso de los stents, además de cosechar elogios, recibió críticas. ¿Qué les respondería a quienes dicen que pueden no ser tan favorables como se pensaba?
—Es natural que el público se olvide de los beneficios logrados. La angioplastia con stent sigue siendo un gran avance médico. Naturalmente, su uso extensivo a pacientes complicados y con enfermedad avanzada produce resultados menos brillantes que en pacientes con enfermedad limitada. Esto origina expectativas no razonables y ataques injustos.