Riesgos asociados

La depresión incrementa el riesgo de muerte por múltiples causas

Un estudio noruego muestra que la enfermedad mental no se relaciona únicamente con las muertes por causa cardiovascular o por suicidio.

Un estudio noruego, realizado sobre una muestra de más de 61.000 individuos adultos, concluye que la depresión incrementa el riesgo de muerte por distintas causas y no solamente por enfermedades cardiovasculares.

En "Psychosomatic Medicine", investigadores de la Universidad de Bergen explican que del total de la muestra 2.866 sujetos presentaban síntomas de depresión cuando fueron incluidos en el estudio entre 1995 y 1997. Comparados con los participantes sin depresión, los afectados tuvieron un mayor riesgo de muerte por enfermedad cardíaca, ictus y otras causas durante el período de seguimiento hasta el año 2001.

La relación entre la enfermedad mental y la menor supervivencia se mantuvo tras ajustar otros factores influyentes, como la edad, la presencia de otras enfermedades o el estado físico al inicio de la investigación. Por ello, los autores apuntan que las posibles consecuencias de la depresión no se limitan a una peor salud cardíaca o a un mayor riesgo de suicidio. "Podemos concluir que la depresión constituye un importante problema de salud pública, asociada a un tasa de mortalidad de similar nivel a la asociada al tabaco", escriben los investigadores noruegos.

Del los 61.349 varones y mujeres que iniciaron el estudio, 2.309 fallecieron durante el seguimiento. En general, los pacientes con depresión tuvieron mayor riesgo de morir por causas frecuentes, entre ellas la enfermedad cardíaca, el ictus, las enfermedades respiratorias (neumonía, gripe) y enfermedades del sistema nervioso central (Parkinson, esclerosis múltiple). Una excepción fue el cáncer, que no parece en este estudio relacionarse con la depresión. Por otro lado, los autores no observaron un mayor riesgo de muerte entre los individuos con trastornos de ansiedad.

Apuntan que la depresión podría afectar al riesgo cardíaco a través de efectos directos sobre los sistemas nervioso y cardiovascular, incrementando la inflamación de los vasos sanguíneos o la predisposición a la formación de trombos, por ejemplo. También creen que la enfermedad mental puede ejercer un impacto indirecto, aumentando la asunción de hábitos no saludables, caso del tabaquismo.

Psychosomatic Medicine 2007;69:323-331