Geografía económica

Diez ciudades que dirigen la economía mundial

El mundo pertenece a las grandes urbes. Al menos, en cuanto a influencia y poder financiero se refiere.


El currículo económico de las metrópolis más importantes del planeta parece contradecir aquel aforismo con el que Séneca vacunaba a sus contemporáneos contra el exceso de confianza en las obras humanas: una era construye las ciudades, una hora las destruye.

Hoy, 85 ciudades del planeta tienen una población que supera la de 58 estados soberanos. Metrópolis como Seúl, Copenhague, Dublín, Helsinki y Bruselas generan más de la mitad del PIB de sus países, mientras otras -es el caso de Londres, Estocolmo, Tokio, París, Oslo o Praga- acaparan un tercio de su respectiva riqueza nacional.

Al frente de ese ejército de nuevas Romas se sitúan dos grandes urbes: Londres a la cabeza y, ligeramente rezagada tras la capital británica, Nueva York. Tras ellas se alinean un total de 48 metrópolis más, de acuerdo a un informe de la organización Mastercard Worldwide, que ha seleccionado 50 ciudades en función de su valor estratégico para la economía y el comercio mundial.

En ese selecto club urbano encabezado por Londres y Nueva York, se sitúa, en tercer lugar, Tokio y, tras ella, Chicago. Tres tigres asiáticos -Hong Kong, Singapur y Seúl- figuran también en la lista, en la que aparecen otras dos ciudades europeas -Fráncfort y París- y que se cierra con Los Ángeles. Madrid aparece en el puesto 16 de la clasificación, aunque a juicio de los expertos no tanto por compartir los altos índices de desarrollo comercial e infraestructuras económicas, alta inversión en educación y elevada renta per cápita que caracteriza a las principales ciudades clasificadas, como por su papel de puente estratégico entre Latinoamérica y Europa. 'Madrid es un importante centro de negocio para las compañías de Sudamérica y un salvoconducto para ellas de cara al mercado europeo', señala el informe. A mucha distancia de la capital, Barcelona figura en el puesto 33.

Un total de seis variables -el marco legal y político; la estabilidad económica; la facilidad para hacer negocios; el flujo financiero; el centro de negocios; y la creación y flujo de conocimiento e información- se han utilizado para completar la clasificación. Así, el liderazgo de Londres se debe a su flexibilidad como entorno de operaciones comerciales, a sus fuertes conexiones globales financieras y a sus excepcionales índices de comercio internacional, viajes y conferencias. La capital británica supera a Nueva York en cuatro de las seis variables (aunque la diferencia de puntuación global entre ambas es muy reducida) y se distancia ampliamente del resto de sus vecinas europeas.

Los expertos de Mastercard derrocan en el informe a Nueva York como capital financiera del mundo. Las razones esgrimidas tienen que ver con la regulación de los mercados, la menor estabilidad de la economía estadounidense y la volatilidad del dólar. En el caso de Japón, su liderazgo como tercera ciudad de mayor influencia se relaciona con su elevadísimo ratio -el mayor del mundo- de creación de patentes. Junto a la capital nipona, los tigres asiáticos de Hong Kong, Singapur y Seúl ofrecen ventajas fundamentales para atraer negocios. En el caso de Seúl, el informe destaca su alta puntuación en cuanto al sistema educativo y las patentes; mientras Hong Kong y Singapur sobresalen por la potencia de su clima financiero y su dominio en la red financiera internacional.

China e India -la primera con dos ciudades: Shanghai (32) y Pekín (46); y la segunda con una: Bombay (45)- se asoman ya con grandes perspectivas de futuro a la clasificación. Sólo una ciudad africana -Johanesburgo- pertenece al club de las 50.

Latinoamérica está incrementando su presencia en el club de las más influyentes. Tres ciudades de la región, Santiago, México y São Paulo, figuran en la lista.

Montreal, Toronto y Vancouver son las ciudades del mundo en las que resulta más fácil hacer negocios.

Dubai figura como líder indiscutible entre las ciudades de Oriente Medio debido, entre otros factores, a la flexibilidad de su entorno de negocios, que la hace ideal para el crecimiento óptimo de las compañías.

Autor:   Natalia Sanmartin Fenollera