Contrario a lo que se puede pensar, Honduras tiene al menos 500 científicos registrados internacionalmente, cuya labor pasa inadvertida en un país donde el gobierno destina anualmente un poco más de tres millones de lempiras en la promoción de la ciencia y la investigación.
La referencia más inmediata, cuando se habla de los hombres hondureños de la ciencia, es Salvador Moncada, nominado recientemente al Premio Nobel de Medicina y director del Instituto Wolfson de Londres, donde reside.
Pero en suelo patrio, según los registros del Consejo Hondureño de Ciencia y Tecnología (Cohcit), existen unos 500 más dedicados a ese campo, apartado de los medios y trabajando con sus propios recursos, dado la indiferencia marcada por incentivar la ciencia de parte de los gobiernos y la empresa privada.
Para el caso, Honduras destina anualmente un poco más de tres millones de lempiras a la investigación científica, a través de los renglones presupuestarios de las diferentes dependencias gubernamentales, sin que se sepa los resultados finales.
Tampoco es gran cosa, presupuestariamente hablando, puesto que es menos del 0.06 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país y mucho más insignificante frente al tres y hasta el seis por ciento de sus ingresos totales que destinan naciones desarrolladas como los Estados Unidos y Japón.
Entre estos científicos anónimos, destaca Marco Tulio Medina, director del Postgrado de Neurología y descubridor de un gen sobre la epilepsia, tomando como referencia casos de algunas comunidades hondureñas.
Igualmente, hacen ciencia sus colegas Anabel Ferrera, investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) y el biólogo Cirilo Nelson.
Hacer ciencia en Honduras no es nada fácil comenzando por esa barrera cultural que significa la idea generalizada de que este campo está reservado sólo para iniciados, de complejas fórmulas y largas jornadas frente a probetas en los laboratorios.
"Si se hace investigación lo que pasa es que se hace prácticamente con las uñas. La principal investigación que se hace es en el campo agrícola pero tampoco tiene el gran impacto porque lo hacen grupos y no a nivel de país", advierte Ivette Castillo, directora de Desarrollo Científico del Cohcit.
A esto se agregan los índices de oficiales de desarrollo humano: 60 por ciento de pobreza extrema, 20 por ciento de analfabetismo; cobertura de 40 por ciento en Educación Media y más del 80 por ciento de los niños urbanos y casi el 100 por ciento de la zona rural que nunca han estado frente a un ordenador y mucho menos saben del web.
Pero los expertos afirman lo contrario y potencia la escuela como el semillero para cultivar científicos con pequeñas tareas y experimentos sencillos. De hecho, agregan, los científicos clásicos comenzaron sus observaciones, que posteriormente revolucionaron la humanidad, aplicando como método la observación, la lógica y el sentido común.
Castillo reveló que están creando un fondo semilla, como lo propuso el doctor Moncada y al que el Presidente Manuel Zelaya le dio la palabra de apoyo. No se tiene un mondo definido como capital inicial y también están elaborando una red para aglutinar a los científicos y buscar la promoción de sus proyectos. A la par, agrega, junto con Salvador Moncada están definiendo el papel del Cohcit en la promoción de la ciencia, pues hasta la fecha esta entidad ha servido como medio de divulgación de proyectos puntuales y consumir parte del presupuesto nacional en burocracia.
Están elaborando además la Red de Ciencia y Tecnología para iniciar una ofensiva a nivel internacional en busca de financiamiento para costear los proyectos de los investigadores hondureños.
"El tema de la investigación es muy costosa, son proyectos a mediano y largo plazo que requieren muchos recursos, lo que nosotros queremos hacer como gobierno es decir que al país le interesa invertir en ciencia y tecnología", admite.
"Son como tres millones de lempiras pero dentro de ese presupuesto que se le da a las universidades y a algunos centros y que no necesariamente van para investigación, sino, para pagar sueldos y otro gasto corriente, entonces no tenemos identificado realmente la inversión que se hace en este campo".