Según un estudio realizado por GAES, la música es el sonido preferido para más de la mitad de los españoles, pero si se escucha a volúmenes muy elevados durante un espacio de tiempo prolongado puede provocar pérdida auditiva.
De hecho, mientras una conversación normal alcanza los 60 decibelios o el ruido de tráfico intenso los 85 decibelios, los reproductores de música en MP3 o iPod pueden llegar a los 100 decibelios, que es el límite establecido en la Unión Europea y equivalente al ruido de un avión al despegar.
En España cerca de 3 millones de personas tienen algún problema auditivo, lo que representa el 8 por ciento de la población, siendo la tercera afección en importancia después de la artrosis y la hipertensión, que afecta y condiciona la calidad de vida de personas de todas las edades.
Las dificultades más comunes con las que se encuentran las personas son la dificultad para seguir una conversación en grupo o para hablar por teléfono, o la necesidad de subir el volumen de la radio y el televisor, con la consiguiente molestia que ello supone para los demás.