Rne Frydman

“La seguridad social francesa ofrece cuatro intentos de fertilización gratis”

El pensamiento de un pionero

Hace 25 años, René Frydman revolucionó la medicina francesa al conseguir el nacimiento del primer bebé por fertilización in vitro de su país. Hoy se dedica al diagnóstico preimplantatorio, disciplina que genera tanta admiración como polémica.

De todos estos temas habló con PERFIL durante su reciente visita a Buenos Aires.
Martin de Ambrosio

René Frydman es jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Antoine-Beclere de París. Pero los tres millones de franceses que nacieron por fecundación in vitro saben que es bastante más que ese título. Frydman fue el primero en haber conseguido, hace exactamente 25 años, el primer bebé de probeta francés. Algo que hasta a él mismo le parece increíble aún hoy. “Todavía no puedo creer que lo que yo veía en un microscopio nueve meses después lo tenía en los brazos, transformado en un bebé”, dijo a PERFIL durante su reciente visita a Buenos Aires, invitado por la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva (SAMER) y Procrearte.

Hoy, Frydman se dedica a los llamados diagnósticos preimplantatorios, que permiten eliminar potenciales enfermedades en futuros bebés de probeta. Y niega rotundamente que esa técnica sirva para obtener niños a la carta (“rubios y de ojos celestes”) como critican sus detractores. “Sólo eliminamos la posibilidad de unas 25 o 30 enfermedades, y ni siquiera damos la opción de elegir el sexo. Ese es uno de los problemas éticos que debemos resolver”, advirtió.

—¿Qué otros dilemas hay en el tema de la fertilización asistida?

—El diagnóstico preimplantatorio permite elegir el sexo del bebé, algo que no está permitido en Francia aunque sabemos que se usa en otros países. Es algo que tiene que ver con la conveniencia, no con ningún aspecto médico. Ser hombre o mujer no es ninguna patología. Otro debate tiene que ver con la clonación. En mi país, está prohibida la clonación reproductiva, pero no en todos lados. Otras cuestiones tienen que ver con, por ejemplo, si puede apelar a la fertilización una mujer sola.

—¿Y en cuanto a los embriones congelados no utilizados?

—En Francia, la ley nos permite destruirlos después de cinco años, si los padres no se oponen. Normalmente, cada año deben decir si optan porque esos embriones vayan en adopción o sean destruidos, o desmantelados como parte de un programa de investigación. Depende completamente del hombre y la mujer “dueños” de los embriones.

—¿Qué diferencias hay entre Francia y la Argentina en medicina reproductiva?

—Estamos a la par en cuanto a la formación de los médicos. Hoy, con la globalización del conocimiento, lo que se publica en un país se sabe en los demás. Internet generó un cambio importante. Pero la situación es diferente en algunos aspectos. En Francia, la seguridad social da la oportunidad de hacer cuatro tentativas de fertilización sin pagar nada. Otra diferencia es que nosotros tenemos una ley de bioética que nos permite saber qué está permitido y qué no está permitido. Y tengo entendido que en la Argentina no, aunque hay gente que piensa que pronto se podrá conseguir.

Aquella polémica. Frydman no sólo es un especialista en el campo estrictamente médico. En 1985 fue invitado al Vaticano por un cardenal para discutir sobre teología y reproducción, con un protestante norteamericano (él mismo es judío). Ese cardenal, robusto en su formación teórica, ahora es Papa, bajo el pseudónimo de Benedicto XVI. “Desde luego, no nos pusimos de acuerdo”, reconoce ahora. Y añadió, con diplomática cautela y un dejo de escepticismo: “Ojalá que la Iglesia cambie sus ideas, como sucedió con la autopsia”.


Contraste

- En la Argentina no hay ninguna ley que regule las técnicas de fertilización asistida.

- Aquí los centros que realizan estos procedimientos se regulan con su propia ética. Hay un consenso general de que no se deben destruir los embriones congelados que no se utilizan.

- A diferencia de lo que ocurre en Francia, las prepagas y obras sociales del país no suelen cubrir los gastos por los intentos de lograr un embarazo en el laboratorio.

- El diagnóstico preimplantatorio permite seleccionar el embrión a implantar en el útero y evita así que nazcan bebés con ciertas enfermedades.