Un adolescente de 14 años murió el miércoles luego de sufrir el lunes pasado una descompensación en la clase de educación física, en una escuela del microcentro de Rosario. Pablo Martínez, alumno del noveno año de la Educación General Básica (EGB), cayó de rodillas y se desvaneció ante la sorpresa de compañeros y profesores. Aunque intentaron reanimarlo, los esfuerzos fueron en vano.

Media hora más tarde fue trasladado al Pami II en un servicio de ambulancia privada

Martínez no pudo restablecerse; murió 48 horas más tarde, al parecer a causa de un paro cardiorrespiratorio.

La directora del establecimiento, Mónica Bertolatto, confirmó que el muchacho había presentado un certificado de salud en el que se precisaba que no tenía inconvenientes para realizar actividades físicas.

El juez correccional Horacio Benvenuto dispuso que se practique una autopsia para determinar las causas del fallecimiento. El episodio generó una controversia entre autoridades del ministerio de Educación de la provincia y sectores docentes, que reclamaron se contrate una cobertura médica acorde para proteger a alumnos y maestros.

Desde la secretaría de Asuntos Sociales de la Asociación de Magisterio de Santa Fe (Amsafé) plantearon que la situación podría repetirse en escuelas que no tienen la capacidad económica para afrontar el servicio privado de ambulancias. La titular de la cartera de Educación, Adriana Cantero, sin embargo, afirmó en declaraciones a LT8 que es injusto culpar al Gobierno ante la carencia de este tipo de cobertura sanitaria.

"El reclamo que se nos hace es injusto y me parece cruel vincular la muerte de este chico con un contrato privado de un servicio de emergencia. Todas las escuelas de la provincia trabajan con los servicios públicos de salud", explicó.