Eliana Galarza
En tiempos donde todo tiende a ser exprés, las nuevas terapias que se ensayan para combatir viejos males proponen el mismo método: soluciones rápidas, alivio ya.
La universidad de Wisconsin-Madison, en los Estados Unidos, ideó una técnica de ese estilo para alejar el insomnio, ese fantasma nocturno que afecta la vida de alrededor de 8 millones de argentinos (haciendo proyecciones en base a números mundiales).
La metodología se basa en la utilización de ondas magnéticas sobre cráneos insomnes y fue publicada en la revista "Proceedings of the National Academy of Sciences".
Intenta estimular directamente la etapa de sueño profundo (ver Infografía). "Entiendo que este trabajo se encuentra aún en una fase de experimentación y crea expectativas que la ciencia todavía no puede resolver, al menos por estos métodos", comenta Margarita Blanco, jefa de Medicina del Sueño del Hospital Francés.
El insomnio es un tipo de trastorno del sueño que en su fase primaria puede diagnosticarse si se tienen dificultades para dormir durante al menos un mes.
Los investigadores de la universidad que llevó adelante esta experiencia, bajo la dirección de Giulio Tononi, utilizaron una máquina para hacer electroencefalogramas y otra para enviar señales magnéticas. "Ese tipo de estimulación se emplea desde hace unas tres décadas en neurofisiología y utilizada en este trabajo intenta inducir el sueño profundo, llamado también sueño lento o de ondas lentas. Pero en los humanos y otros animales, el tema es más complejo: además tenemos sueño superficial y 'sueño de soñar' o sueño REM, y todos son necesarios para un buen descanso", advierte Blanco. Al cronobiólogo de la Universidad Nacional de Quilmes, Diego Golombek, la metodología utilizada no le parece "inverosímil". Para el profesor de psiquiatría que dirigió el estudio, Giulio Tononi, "con una simple pulsación ahora podemos inducir una onda que parece idéntica a las ondas que el cerebro produce normalmente durante el sueño".
Es decir, se intenta ayudar al cerebro para que se enganche en esa onda de sueño profundo. "Como se trata de algo experimental, podemos decir que momentáneamente para aliviarlo lo recomendable es la modificación del estilo de vida, la resolución de los problemas individuales, el ordenamiento del desorden de los hábitos, los tratamientos de psicoterapia o medicamentos apropiados", concluye Blanco.
Todo sea para que la noche no sea más larga de lo que es y el sueño llegue a horario, como los trenes en Osaka.
Relatos de una noche desesperada
Vladimir Nabokov (1899-1977), escritor
"Me acuesto alrededor de las 9, leo hasta las 11.30 y lucho contra el insomnio hasta alrededor de la 1 de la madrugada. Más o menos dos veces por semana sufro
una excelente y prolongada pesadilla con desagradables personajes importados de sueños anteriores que aparecen en ambientes más o menos repetidos: un caleidoscopio de impresiones fragmentadas, pantallazos de los pensamientos del día e imágenes irresponsables y mecánicas que carecen por completo de cualquier explicación o implicación freudiana".
Franz Kafka (1883-1924), escritor
"Me duermo bien, pero una hora después me despierto, como si hubiera puesto la cabeza en un agujero equivocado. Estoy completamente despierto, tengo la sensación de no haber dormido nada o de haberlo hecho sólo bajo una delgada piel, he de afrontar de nuevo la tarea de dormirme, y me siento rechazado por el sueño. A partir de ese momento, hasta las 5 aproximadamente, me paso la noche durmiendo, pero a la vez me mantienen despierto intensos sueños. Podría decirse que duermo a mi lado y al mismo tiempo tengo que pelearme con los sueños".
Consejos para dormir mejor
Procure acostarse y levantarse siempre a la misma hora. No intente dormir hasta que no tenga sueño.
Procure hacer ejercicio diariamente a primera hora del día. No lo haga justo antes de acostarse.
Evite comidas abundantes a la hora de dormir, pero tampoco se acueste con hambre. Un vaso de leche tibia puede ayudar a conciliar el sueño.
Tome café sólo por la mañana y en cantidades limitadas.
No beba alcohol, al menos cuatro horas antes de prepararse para ir a la cama.
Mantenga la habitación en buenas condiciones para conciliar el sueño: sin ruidos molestos, temperatura alrededor de 20ø C, luz tenue.
Al acostarse, puede dedicarse a alguna actividad que le brinde relax, como escuchar música suave o leer.
Duerma con pijamas cómodos, confeccionados con telas que no molesten ni aprieten.