Universidades británicas

Prueban que los males de amor pueden dañar mucho al corazón

La tristeza que produce una pena amorosa, la ira, la angustia, la depresión y el estrés traen episodios cardíacos. Hay especialistas que ven al corazón como víctima de las emociones, y no como su origen.

Mariana Iglesias

Sí, al parecer es posible morir por un corazón roto. El tema, en realidad, no es nada romántico. Tiene que ver con evidencias cada vez más concretas de la relación entre las emociones y el aparato cardiovascular. Incluso hay especialistas que aseguran que el corazón es víctima de las emociones, y no su origen, como se pensó siempre.

Ayer se conoció una investigación de científicos británicos de la Universidad College London y la Facultad de Medicina Brighton & Sussex. Descubrieron que las zonas más altas del cerebro, usadas para el aprendizaje, la memoria y las emociones, pueden desestabilizar el músculo cardíaco de quien sufre enfermedad coronaria durante un período de estrés, como la pérdida de un ser amado, lo que puede generar un ritmo cardíaco doloroso.

Hace tiempo se cree que hay relación entre los traumas emocionales y los ataques cardíacos, pero se pensaba que eran regiones más primitivas, como el tronco cerebral, las que enviaban los mensajes al tejido del corazón.

Investigadores de la Facultad de Medicina Johns Hopkins probaron que se puede morir por un "corazón roto". Estudiaron pacientes con arterias sin coágulos que sufrieron infartos luego de cuadros de estrés emocional, como la pérdida de la pareja, y encontraron que los niveles de hormonas del estrés en sangre eran tres veces más altos que los de las víctimas de infarto convencionales. Son conocidos los casos del "síndrome del corazón roto", en el que la pareja muere luego de morir su esposa o marido.

"Las relaciones entre las emociones y el aparato cardiovascular han sido objeto de interés desde tiempos remotos. Durante siglos el corazón fue pensado como el sitio donde nuestras emociones se originaban. Sin dudas esto estuvo originado por la observación cotidiana de que todo aquello que no nos resulta indiferente, produce cambios objetivos en la función cardíaca", dice Marcelo Cetkovich, jefe de Psiquiatría del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro e INECO.

Y cita a William James, precursor de la psicología científica del siglo XIX, quien afirmaba que las emociones son el correlato neurovegetativo de las representaciones mentales. "Sin embargo, la ciencia muestra que el corazón es más la víctima que el origen de las emociones —dice Cetkovich—. En los últimos años varios estudios mostraron que los trastornos afectivos están sobrerrepresentados en personas con enfermedades cardiovasculares, aumentando la posibilidad de una evolución no tan favorable".

"Las relaciones entre los trastornos del sistema nervioso central y el aparato cardiovascular son íntimas y complejas y el acceso a un diagnóstico psiquiátrico precoz en personas con enfermedades cardiovasculares son necesarias", agrega Cetkovic.

· Al menos un 30% de los pacientes con enfermedad cardíaca padecen o van a padecer sintomatología psiquiátrica, particularmente depresión y ansiedad.

· Existe evidencia suficiente que indica que el tratamiento precoz y adecuado puede mejorar significativamente la morbimortalidad por causas vasculares.

· La depresión y la ansiedad, además de aumentar el riesgo vascular, disminuyen la adhesión terapéutica a la medicación y a los programas de rehabilitación, además de aumentar conductas de riesgo como sedentarismo y abuso de tabaco y alcohol.

Leo Pozuelo, del Departamento de psiquiatría de la Clínica Cleveland, en los Estados Unidos, explica que durante los últimos cuatro años estudió la relación entre el corazón y el cerebro. "Entre el 20 y el 30 % de los pacientes cardíacos tienen depresión clínica, y los cuadros de ansiedad, aunque hay menores datos, en nuestra experiencia también son altos y dignos de tener en cuenta en la evaluación y tratamiento del paciente cardíaco".

En un reciente estudio multinacional de 52 países, (Interheart), los trastornos psicosociales aparecieron como fuertes factores de riesgo para desarrollar enfermedades cardíacas. Los pacientes que están más aislados y tienen menor apoyo social suelen padecer mayores complicaciones en la recuperación cardíaca. Los pacientes con estrés, ansiedad y depresión también son los que no practican la buena dieta, el ejercicio, o el no fumar.

"Sabemos que la depresión es un factor de riesgo para que en una persona previamente de buena salud desarrolle enfermedad cardíaca. También sabemos que si el paciente ya es un enfermo cardíaco y luego padece depresión tiene el riego de un empeoramiento de su enfermedad".

"Está claro que hay que darle más importancia a la influencia del estrés y la depresión en la enfermedad cardíaca. Hay que detectarlo en las entrevistas con pacientes antes y después de eventos cardíacos, educar a la gente y a la comunidad médica, y hacer más estudios sobre tratamientos para tratar este factor de riesgo de la enfermedad cardíaca", concluye el especialista.


Mal de amores
Eduardo San Pedro
esanpedro@clarin.com

En materia de corazones destrozados, al tango no hay con qué darle. "Tengo el corazón hecho pedazos", proclama, desengañado, el anónimo protagonista de Cristal, de Mores y Contursi. Y es sólo un ejemplo. Ya se sabe —por lo que asegura Tomo y obligo—, que de las mujeres mejor no hay que hablar, porque todas ellas dan muy mal pago. "Sufra, canejo/ sufra y no llore/ que un hombre macho no debe llorar", proclama. Con tamaña represión de sentimientos, cómo no van a venir los infartos. Y no es sólo cosa de hombres. Ella (lo dice la letra de Julián), se muere de pena y de afán porque él, obviamente, la dejó. Y así se quiebran también los corazones femeninos. Para colmo de males —no como en la época de oro del tango—, ahora hay colesterol, estrés, sedentarismo y otros males que conducen derecho viejo al cardiólogo.

El deterioro cognitivo

"Un área nueva en el campo de la investigación es la descripción de los efectos adversos de la insuficiencia cardíaca sobre el funcionamiento cognitivo, que es la forma que tiene alguien de aprender, pensar, memorizar, atender y resolver problemas", dice Facundo Manes.

Recientes investigaciones demostraron que los problemas cognitivos en personas con insuficiencia cardíaca (IC) son frecuentes, y se asocian a condiciones (medicación, anemia y niveles de albúmina, desórdenes del sueño, niveles de estrógenos en las mujeres, déficits nutricionales, hiperglucemia, arritmias cardíacas) que pueden modificarse.

La frecuencia del deterioro cognitivo varía según las investigaciones. Sin embargo casi todos reportan deterioro entre el 28 y el 50 % de los pacientes con IC. El deterioro es doblemente mayor en sujetos con IC en comparación con una población general, independientemente de la edad, sexo, educación, diabetes, hipertensión.