WASHINGTON. EFE
Un grupo internacional de científicos anunció ayer que ha completado la secuencia del genoma del mono macaco rhesus en un avance que ayudaría a comprender algunas enfermedades del ser humano, incluido el sida.
El análisis de la secuencia genética revela que esos primates comparten con los chimpancés y el ser humano un 93% del ADN, pero tienen algunos genes muy diferentes, señalan los científicos en una serie de artículos que publica la revista "Science".
"La secuencia del genoma del mono rhesus, junto con los del hombre y del chimpancé, proporciona otro instrumento que impulsa nuestro conocimiento de la biología humana", dijo Francis Collins, del Instituto Nacional de Investigaciones del Genoma Humano, uno de los organismos participantes en la investigación.
La secuencia del genoma humano en 2001 dio muchas pistas sobre la evolución del hombre, pero los científicos señalaron entonces que conseguir la de otro primate sería útil para hacer comparaciones.
En 2005, la secuencia del chimpancé (Pan troglodytes) permitió determinar cuáles genes compartían ambas especies desde que se separaron en términos evolutivos hace 6 millones de años. El análisis de ambos genomas estableció que son un 99% similares. Pero el rhesus es un pariente del hombre aún más antiguo, ya que se separó del hombre en términos evolutivos hace unos 25 millones de años.
Según Richard Gibbs, director del Centro de Secuencia del Genoma Humano, del Colegio Baylor de Medicina, el hecho de que el mono esté más lejos en la evolución que el chimpancé brinda un buen contraste para la comparación de los tres genomas. Además, para Gibbs, el genoma del mono rhesus ayuda a explicar de qué forma el hombre se diferencia de otros primates.
Al agregar el genoma del mono a la comparación entre primates, los científicos identificaron casi 200 genes que serían clave en la determinación de las diferencias que existen entre las especies. Estas incluyen, por ejemplo, los genes involucrados en la formación del cabello, la reacción inmunológica, así como la fusión del esperma y el óvulo.
Pero más allá del hecho de que el mono rhesus es un pariente lejano en la evolución de los primates, su importancia es crucial en la medicina debido a su similitud genética y fisiológica con los seres humanos. No sólo ha salvado muchas vidas al ayudar a determinar el factor Rh en la sangre y el desarrollo de la vacuna contra la poliomielitis sino que también ha sido clave en la investigación de trastornos neurológicos y de comportamiento. El pequeño primate es todavía más importante en la lucha contra el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) que causa el sida. El mono tiene una reacción especial hasta ahora no aclarada ante el embate del virus de inmunodeficiencia simia (VIS), lo que lo convierte en un modelo único en el estudio del sida.
"Una descripción de los componentes de sus funciones inmunológicas permitirá un uso más ponderado de los rhesus en la investigación del sida y las vacunas", según los autores de los estudios. También ayudará a la neurología, la biología del comportamiento, la fisiología reproductiva y los estudios de endocrinología y cardiovasculares.