La prevalencia del síndrome de ojo seco en Estados Unidos es de 7,8% en mujeres y de 4,7% en hombres mayores de 50 años. Es decir, se considera que afecta a 4,8 millones de personas, según una investigación dirigida por especialistas del Brigham and Women’s Hospital (Estados Unidos) y que se publica en “American Journal of Ophthalmology”.
Los autores seleccionaron 450 participantes del Women’s Health Study (WHS) y 240 del Physicians’ Health Study (PHS) y les enviaron un cuestionario suplementario preguntando de qué manera les afectaba los síntomas del ojos seco en su calidad de vida, en actividades como lectura, uso del computador, trabajo cotidiano, conducción y ver televisión.
Un 85% de los seleccionados respondieron al cuestionario. Una vez ajustados los datos, controlando factores de edad, hipertensión, diabetes, etc., se observó que los pacientes con ojo seco tenían más problemas para llevar a cabo las actividades cotidianas diarias.
Los autores concluyeron que el síndrome del ojo seco se asocia con un impacto adverso valorable sobre las actividades y tareas comunes de la vida diaria, lo que repercute claramente en un déficit de calidad de vida de los pacientes.
American Journal of Ophthalmology 2007;143:409-415.e2