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Aumentan las agresiones de los pacientes a los médicos

Lo confirman importantes asociaciones profesionales. Lo atribuyen a la violencia social general, pero también a la deficiente atención en los hospitales. Dicen que ya es parte de la cotidianeidad.

Gabriel Giubellino

Para los médicos que atienden en guardias es cosa de todos los días quedar al borde de ser atacados por los pacientes. Ellos, los que cuidan la salud del resto de la sociedad, no tienen defensas.

"Por la evidencia empírica y las quejas de nuestros afiliados, esto es parte de la cotidianeidad, está casi naturalizado como uno de los riesgos de la profesión", dice Jorge Yabkowski, presidente de la Federacion de Profesionales de la Salud de la Republica Argentina, con 18.000 profesionales de 17 provincias, comenzando por la poderosa asociación de la provincia de Buenos Aires.

Lo confirma Jorge Gilardi, presidente de la Asociación de Médicos Municipales de la Ciudad de Buenos Aires: "Nunca hubo tantas consultas en esta institución por médicos agotados por su profesión, y uno de los problemas son las agresiones".

En un trabajo titulado "Percepción del riesgo laboral del médico en el ámbito de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. ¿Somos conscientes?", cinco médicos, con la colaboración del doctor Héctor Nieto, realizaron un trabajo sobre seguridad médica en la ciudad. En una clasificación de los riesgos laborales, catalogan a la violencia bajo la categoría "riesgo psicosocial", entendiendo como riesgo a la probabilidad de que se produzca un deterioro en la salud como consecuencia de la exposición a un "agente" determinado. El "agente", en este caso, suele ser el paciente, aunque también pueden ser riesgos psicosociales el "estilo de conducción" del jefe o las remuneraciones, según el artículo publicado en www.medicos-municipales.org.ar/bc1203.htm#1.

"Hay encuestas que demuestran que el 54% de los médicos de Latinoamérica han sido agredidos durante el ejercicio de su profesión. En Mendoza, cerca del 70% de los profesionales de los servicios de emergencia han sido amenazados, insultados o golpeados", denunció el secretario gremial del Círculo Médico de Mendoza, Héctor Mackern, provincia donde se registraron casos graves (Ver "Narices...").

Las causas son claras:

· El entorno. "La violencia es parte de la sociedad, y nosotros somos parte activa y asistimos a esa sociedad", dice Gilardi. Yacobsky habla de "la violencia social producto de la exclusión, a la que se suma problemas como el alcoholismo o drogadicción de algunos pacientes, que los ponen en estado de agresividad".

· Un cambio en los códigos sociales. Para Yacobsky, "hay muchos parámetros que se perdieron: antes se decía que al médico de la salita se lo cuidaba; ahora en algunos barrios los servicios de emergencia no entran sino es con custodia policial".

· Las condiciones y medioambiente de trabajo. "Se vienen resintiendo desde 2002. Tanto lo edilicio como lo tecnológico", dice Gilardi, sobre los hospitales públicos de Buenos Aires.

· Un cambio en la población paciente. "La crisis económica —dice Gilardi— llevó a mucha gente que tenía una prepaga o una obra social a atenderse en hospitales públicos. Y cuando hay que decirle al paciente que tiene que anotarse en una lista de espera para hacerle una cirugía a su hijo, el que da la cara es el médico". En la provincia el panorama no es diferente: "Se junta una demanda desbordada con una insuficiente cantidad de personal y estructura", agrega Yabkowski.

· Enfermedades de estación. Se viene la epoca de las alergias y luego, de las enfermedades respiratorias y en los hospitales puede haber demoras de 6 horas para atenderlas. "Una solución —dice Gilardi— es tener una política de anticipación. Hoy corremos detrás de las emergencias".


Las demandas por mala praxis

Frente a la llamada industria del juicio por mala praxis ya casi no hay médico en la Argentina que no cuente con un seguro que lo proteja. Y aunque sólo uno de cada cuatro juicios por mala praxis prospera, los especialistas en la materia aseguran que las demandas están en aumento.

Desde el área de Planeamiento Comercial de SMG Seguros, del grupo Swiss Medical, en 2005 estimaron para el período 2001—2010 "6.600 condenas judiciales en el país, con un monto de sentencias condenatorias de 2.600 millones". Es decir, 394.000 pesos por demandado, en promedio.

En el mismo año —y con motivo de la realización de un congreso en el que éste era el tema central—  la Asociación Argentina de Derecho Médico y de Salud (Aademes) brindó más datos a partir de la información con que contaban diferentes compañías de seguros. Entre ellos, que el 20 por ciento de los más de 100 mil médicos matriculados en el país tiene alguna demanda penal por responsabilidad profesional y que en los últimos 10 años la litigiosidad creció un 80 por ciento.

Según este mismo estudio, en un 25 por ciento de las demandas se comprueba la negligencia médica. Y si se hace foco en los hospitales dependientes del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, los médicos más afectados son los obstetras (26 por ciento), los cirujanos (25 por ciento), los traumatólogos (14 por ciento) y los pediatras (10 por ciento).

Dar la cara
Eduardo San Pedro
esanpedro@clarin.com

Hay un juego de ida y vuelta. Por un lado, los médicos —más allá de la calidad de su atención, muchas veces resentida por cierta falta de calidez y comprensión—, se ven comprimidos por las condiciones de trabajo y las remuneraciones escasas. Por otro, el paciente y sus familiares han perdido ese respeto reverencial que recibían los viejos profesionales y exigen más y mejor atención. La violencia social y las fallas de infraestructura y de personal en los hospitales llevan su parte en el problema, del que no es ajena la industria del juicio por mala praxis. Algo es inmutable: tenga o no responsabilidad, es el médico quien siempre debe dar la cara. Y a veces recibe una bofetada, metafórica o real.

Ataques en guardias y emergencias médicas
Narices rotas y heridas cortantes en Mendoza

Roxana Badaloni

La ambulancia del servicio de emergencia ingresó al conflictivo barrio del Gran Mendoza cuando la pelea entre dos bandas no había terminado. Un herido de bala estaba tendido en el piso. Cuando fue asistido, la médica constató que había muerto. Los familiares y vecinos comenzaron a golpear la ambulancia, rompieron vidrios y amenazaron al chofer y la doctora. El equipo médico tuvo que simular una maniobra de resucitación y llevarse el cuerpo para frenar la agresión.

Episodios de este tipo que terminan con médicos con tabiques de la nariz quebrados, magulladuras, heridas cortantes, empujones e insultos, se repiten con frecuencia en las guardias y emergencias médicas. Un último caso, el de la doctora Cecilia Sotelo, que recibió un golpe de puño en el maxilar por parte del hermano de un paciente baleado, disparó el debate en Mendoza sobre la violencia social y el riesgo de algunas profesiones.

La frase "si no se salva, te mato", es conocida por los médicos y repetida por muchos familiares de personas que han sufrido un accidente o un daño traumatológico grave.

La agresión la sufren por igual hombres y mujeres.

Pero quienes se dedican a emergencias denuncian un exceso de situaciones violentas respecto a otras especialidades.

Héctor Mackern, del Círculo Médico de Mendoza, cree que hay un deterioro de la figura del médico, como también se advierte con las maestras, agravado por la difícil situación económica y social de muchas personas. "Son síntomas de una enfermedad más severa que es la violencia social", opina.

Las guardias son el blanco de las agresiones porque atienden más pacientes y, en muchas ocasiones, están sobredemandadas por casos de emergencias.

El director del centro de salud de El Borbollón, a 6 kilómetros al norte de la capital mendocina, Daniel Ianardi, contó que es habitual recibir insultos. "Han llegado hasta patear puertas porque han tenido que esperar en una guardia", dice.

Desde el año pasado, el Círculo Médico mendocino ha reclamando mayor presencia policial en los hospitales públicos y que los agentes acompañen los servicios de emergencia. "Estamos seriamente preocupados por la integridad física de los profesionales que se desempeñan en los servicios asistenciales de la provincia por las crecientes agresiones que reciben", define el Círculo en una serie de notas dirigidas a los responsables del gobierno.

Los directivos médicos coinciden en que muchos profesionales no denuncian las agresiones simplemente por temor.


* IntraMed publicó en 2005 los resultados de la mayor encuesta sobre el tema. Acceda al artículo haciendo click aquí