Tendencias

La Argentina, segunda en el consumo mundial de anorexígenos

Está después de Brasil, según un informe de la Junta Internacinal de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), dependiente de la ONU.

 

(DyN).- La Argentina marcha segunda, detrás de Brasil, en el ranking mundial de consumo de psicotrópicos anorexígenos, cuya función principal es inhibir el apetito y también calmar la ansiedad.

Lo más grave es que algunos de estos productos se venden sin receta y, en muchos casos, a través de Internet, lo que no permite tener un registro preciso de los casos.

Estos datos surgen de un informe elaborado el año pasado por la Junta Internacinal de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), dependiente de Naciones Unidas, dado a conocer hoy en esta capital.

Según indicó el titular del Sedronar (la Secretaría de Lucha contra la Drogadicción), José Granero, los psicotrópicos están cuartos en el ranking local de consumo de sustancias consideradas estupefacientes.

En dicha lista figura en primer lugar el alcohol, seguido por el tabaco, la marihuana, los psicotrópicos (ansiolíticos y antidepresivos, en ese orden), los estimulantes, la coca y el "paco" (residuo de pasta base).

La funcionaria del ANMAT Raquel Méndez explicó que la comercialización por Internet permite el acceso a medicamentos "sin que quede registrado una historia clínica o archivada una receta" y esto trae un problema adicional, que es "el desconocimiento del problema, que hace que personas o entidades puedan aprovecharse".

Esta situación de mercado no reglamentado motivó una inspección de la JIFE en mayo de 2006, cuyas conclusiones están incluidas en el informe dado a conocer hoy.

Por su parte, Granero citó que una parte del informe, basado en otro de la Organización Mundial de la Salud, "habla de que el 10 por ciento de los medicamentos que circulan por el mundo son falsificados".

"Somos, después de Brasil, el país que más altas tasas de consumo tenemos, calculado por cada mil habitantes, por día" de anorexígenos", alertó. Por su parte, Méndez señaló que se observó "un consumo de ansiolíticos o tranquilizantes muy elevado entre 2001 y 2002 por la crisis, luego bajó considerablemente en un 50 por ciento".

Sobre los anorexígenos, advirtió que "observamos desde agosto del año pasado que se incrementó el consumo, lo que nos alerta para generar medidas", entre las que mencionó la inclusión de algunos productos no registrados en las listas del instituto para poder fiscalizarlos.

***

En Clarín  

UN INFORME DE NACIONES UNIDAS ASEGURA QUE CRECIO DESMEDIDAMENTE EL CONSUMO DE ANOREXIGENOS
Advierten sobre el mal uso de sustancias para adelgazar

La Argentina se encuentra en el segundo puesto en el mundo, detrás de Brasil, en la utilización de esas drogas. Los especialistas atribuyen ese cuadro a la difundida obsesión por conservar la figura.

Pilar Ferreyra

Los argentinos son los mayores consumidores de anorexígenos del mundo después de los brasileños. El dato produce inquietud porque se trata de sustancias prescriptas comúnmente por médicos nutricionistas para el tratamiento de la obesidad. Son drogas que inhiben el apetito y suprimen la sensación de hambre. Aunque también son recetadas por psiquiatras para el tratamiento de trastornos del sueño (narcolepsia) y de la concentración.

Pero que la Argentina sea el segundo consumidor de anorexígenos del mundo (11,8 dosis diaria cada mil habitantes por detrás de Brasil que consume 12,5 dosis diaria cada mil habitantes y por adelante de Estados Unidos cuya demanda es de 4,9 dosis diaria por mil personas), produce alarma. Estas sustancias mal medicadas o prescriptas en forma excesiva pueden producir dependencia. Además, como actúan sobre el sistema nervioso central, su uso indiscriminado podría provocar graves efectos nocivos.

La advertencia fue presentada por la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), órgano fiscalizador independiente y cuasi judicial que se encarga de vigilar la aplicación de los tratados de las Naciones Unidas para el control de las drogas. "La sobredosis aguda (de anorexígenos) podría resultar peligrosa y derivar en estados de pánico, comportamiento agresivo y violento, alucinaciones, depresión respiratoria, convulsiones, coma y muerte", dice el informe.

De acuerdo con el titular de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico, José Ramón Granero, los datos presentados por el informe surgen "de estudios que realizó la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Ministerio de Salud de la Nación".

Si bien no existen datos oficiales que revelen el perfil de los consumidores de anorexígenos, los nutricionistas y psiquiatras estiman que son "adolescentes y no adolescentes que quieren mejorar su imagen corporal. Se trataría de jovencitas en plena adolescencia y de mujeres de entre 35 y 45 años", comentó el psiquiatra José Luis Covelli. Otros especialistas dicen que las principales demandantes son las mayores de 50.

Autoridades de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología (ANMAT), psiquiatras y nutricionistas consultados sostienen que una de las razones que podrían explicar la posición internacional de nuestro país respecto del consumo de esta sustancia es la recurrente prescripción inadecuada de fórmulas magistrales que incluyen anorexígenos pero también ansiolíticos, diuréticos y laxantes. "La asociación de anorexígenos con ansiolíticos puede provocar serios inconvenientes en la salud. Por ese motivo, las disposiciones de la ANMAT Números

2311 y 2316 del 23 de mayo de 2002 prohíbe la prescripción de estas sustancias combinadas", detalló Raquel Méndez, jefa del Departamento Psicotrópicos y Estupefacientes de la ANMAT.

Las mismas autoridades de la ANMAT, no obstante, presumen que son los médicos que recetan fórmulas magistrales o recetas especiales los que prescriben dos recetas para evitar contravenir las normativas nacionales. "Arman una receta con el nombre y cantidad de la sustancia anorexígena; y otra con componentes menores como diuréticos y laxantes, pero que incluye ansiolíticos", señaló la doctora Méndez. La misma fuente adelantó que en la actualidad se está estudiando la cantidad de recetas prescriptas con anorexígenos, quiénes son los médicos que las recetan, si los pacientes consumieron esos medicamentos y si además se les prescribió ansiolíticos. "Pero aún no tenemos esos datos estadísticos", insistió Méndez.

La hipótesis de la mayoría de los profesionales consultados —sorprendidos por la posición de la Argentina en el consumo de anorexígenos— es que muchos médicos indican vaca por liebre.

"La mayoría de los que dicen que son homeópatas y que prescriben recetas magistrales usan muchas veces esas prescripciones diciendo que son medicamentos homeopáticos cuando en realidad están usando drogas alopáticas donde incluyen anorexígenos, ansiolíticos e incluso hormonas tiroideas", indicó el psiquiatra Bernardo Rovira.

Los anorexígenos más comúnmente prescriptos en nuestro país, según indicaron en ANMAT, son: sibutramina, que corresponden a medicaciones como el "Aderan", "Downtrat", "Sacietyl" y el "Sibu-tratobes", entre otros. También el fenproporex ("Tratobes") , la anfepramona, la fentermina, la pemolina y el mazindol ("Dimagrir", "Maxi-Tratobes" y "Samonter"), entre otros. Y es precisamente sobre la prescripción de la sustancia psicotrópica, mazindol, que el informe de la JIFE llama la atención. "En la Argentina, si bien el consumo de pemolina ha disminuido debido a la aplicación de medidas de fiscalización más estrictas respecto de la prescripción de esa sustancia, el consumo de mazindol ha experimentado un fuerte aumento, llegando a alcanzar cotas mundiales sin precedentes durante el período 2003-2005".

Adolescentes y señoras mayores

Nutricionistas y psiquiatras consultados coinciden en que las principales demandantes de estos productos son las mujeres mayores de 50 años. Pero también mencionan a los adolescentes. "Los adolescentes son los primeros que quieren estar espléndidos y tener bajo peso. Al igual que las personas depresivas y de más baja autoestima, que quieren estar siempre más flacas. Además de las anoréxicas que sufren de una distorsión de su imagen", detalló la nutricionista Valeria Grassi.

Para el psiquiatra y profesor adjunto de la cátedra de medicina legal de la Universidad de Buenos Aires, José Luis Covelli, el consumo de anorexígenos debe estar relacionado con las figuras identificatorias que tenemos en el país y una cultura que idealiza el cuerpo delgado. Afecta más a las adolescentes y a las mujeres mayores".

¿Soluciones mágicas?
Mónica Katz

En principio, la utilización de fármacos para tratar la obesidad no estaría mal siempre que esté indicada por un profesional y que el paciente lo necesite. Se pueden usar fármacos en mayores de 18 años con índice de masa corporal mayor a 27 y con enfermedades asociadas (como la diabetes tipo 2), o en mayores que tengan 30 de índice de masa corporal.

Pero la cuestión es que hay muchas mujeres y hombres que no llegan a esos parámetros y consumen fármacos para adelgazar —incluyendo algunos que no tienen detrás estudios serios con seguimiento a largo plazo— sin necesitarlos.

En la Argentina hay una sobrevaloración de la imagen corporal. Se considera a la delgadez como sinónimo de belleza. Cuando se consumen sin indicación médica, la gente sólo busca una solución mágica en los fármacos. Y así nunca cambia su relación con la comida y de su actividad física. Pueden sí conseguir adelgazar por un tiempo. El problema es que a mediano plazo vuelven a ganar peso. Así, entran en un círculo vicioso de más kilos y mayores frustaciones.

Obsesiones
Eliana Galarza
egalarza@clarin.com

La top model Claudia Schiffer pidió hace unos días que se afloje un poco con el tema de señalar a las modelos como las responsables del aumento de casos de adolescentes con trastornos de la alimentación. "Hay chicas que son flacas y están sanas, y si las siguen culpando no van a poder trabajar", defendió. Es que se puede ser muy flaco y no estar enfermo. Sólo que en medio de esta obsesión siglo XXI de elevar a lo saludable y a los cuerpos flacos como los únicos caminos posibles, y el deseo desmedido por conservar a los 40 ó 50 años la figura de a los 20, los parámetros están cada vez más difusos. Así, es fácil que se produzca, como ahora, un boom en el consumo de anorexígenos, sustancias que mal usadas (con el único fin de adelgazar) pueden ser mortales.

Las recetas magistrales tienen sus riesgos

Las autoridades de la ANMAT, al igual que psiquiatras y nutricionistas consultados, apuntan a los médicos que recetan "fórmulas magistrales" como uno de los principales causantes del alto nivel de consumo de esas sustancias en el país.

Se trata de médicos que, generalmente, están en una especie de "red paralela de la medicina ortodoxa" y que combinan anorexígenos (psicotrópicos que suprimen el apetito) con ansiolíticos y otras sustancias menores como los diuréticos y laxantes. Se trata de fórmulas que —según los médicos que la recetan — ayudan a que el paciente adelgace rápidamente. La médica nutricionista y docente adscripta de la cátedra de Nutrición de la UBA, Rosa Labanca, dijo: "Sé que hay cadenas de médicos que funcionan —no sé cómo— circulando en el país o el interior usando preparaciones con anorexígenos. Son un ambiente paralelo a la medicina ortodoxa. Incluso hay médicos de familia" y advirtió: "Los anorexígenos empleados por un médico serio, son buenos, inocuos, sin riesgos".

El psiquiatra Enrique Stola explicó que a los anorexígenos los indican "los psiquiatras que saben que tienen una estructura parecida a los antidepresivos" y "los mal llamados homeópatas, que como conocen la droga le indican al farmaceútico que prepare los comprimidos".

Una receta magistral podría combinar: pemolina (anorexígeno), cáscara de India (para el tránsito intestinal), diurético y un ansiolítico (alprazolan, bromazepan o diazepan). "El efecto rebote es que bajan de peso pero después engordan", enfatizó el psiquiatra José Luis Covelli.