Un nuevo estudio del International Breast Cancer Study Group, de Berna (Suiza) ha indicado que los efectos adversos del tratamiento contra el cáncer de mama pueden variar según la edad, incluso entre las mujeres relativamente jóvenes. Estudios previos habían señalado que en la mayoría de las mujeres premenopáusicas el tratamiento contra el cáncer de mama con quimioterapia estándar o una terapia hormonal con goserelina son igualmente efectivos. Esto incluye a las mujeres con cáncer precoz con receptores de estrógeno positivos.
La goserelina trata la enfermedad al bloquear la acción del estrógeno en las células tumorales, mientras que la quimioterapia directamente mata a esas células, aunque también a algunas sanas, en el proceso.
Dado que los dos tratamientos son igualmente efectivos en ciertas mujeres, los efectos adversos pueden ser un factor indispensable en la decisión terapéutica, opinaron los autores de este nuevo estudio, publicado en “Journal of Clinical Oncology”.
Para comparar la calidad de vida después de cada tratamiento, los investigadores controlaron a 874 mujeres que recibieron aleatoriamente quimioterapia, goserelina o ambas terapias, contra el cáncer de mama precoz. Todas las participantes se hallaban en la premenopausia o entrando a la menopausia.
Al grupo que recibió sólo goserelina, se le aplicaron inyecciones mensuales de la hormona durante dos años, mientras que las pacientes que recibieron quimioterapia tomaron una combinación de tres fármacos cada 28 días durante seis meses.
Los investigadores hallaron que las mujeres tratadas con goserelina decían tener una mejor calidad de vida en los seis meses posteriores al inicio del tratamiento. Esa mejor calidad de vida se reflejaba en menos fatiga y náuseas y una mayor sensación de bienestar.
Sin embargo, tuvieron efectos secundarios hormonales, como amenorrea y sofocos, antes y con más frecuencia que las mujeres tratadas con quimioterapia.
Entre las participantes menores de 40 años, casi todas tuvieron amenorrea dentro de los tres meses posteriores al comenzar a recibir la goserelina. En cambio, casi la mitad de las mujeres tratadas con quimioterapia esta amenorrea progresó más lentamente.
Casi la mitad de las mujeres más jóvenes tratadas con goserelina recuperó los períodos menstruales después de abandonar la terapia, mientras que entre el 35% y el 40% de las que recibieron quimioterapia seguían con amenorrea a los tres años de haber comenzado el tratamiento.
En tanto, en las mujeres de más de 40 años varió el patrón. La mayoría tratada con quimioterapia desarrolló amenorrea y, en algunas, esto se transformó en menopausia. Las mujeres que recibieron goserelina eran más propensas a recuperar el período al finalizar el tratamiento, pero alrededor de la mitad seguía con amenorrea a los tres años.
Las participantes que recibieron el tratamiento secuencial de quimioterapia más goserelina tuvieron los mismos efectos secundarios que aquellas tratadas sólo con quimioterapia.
Journal of Clinical Oncology 2007;25:263-270