Experimento de científicos británicos

Descubren que el corazón podría curarse a sí mismo

La investigación podría abrir nuevos caminos en el tratamiento de infartos.

Noticias médicas

/ Publicado el 19 de febrero de 2007

LONDRES. EFE
 
Justo en este mes de los enamorados, surge una nueva esperanza para ayudar a los corazones enfermos; sin flores ni bombones.
 
Un grupo de investigadores ingleses observó que la proteína timosina beta 4 puede movilizar las células del exterior del corazón para penetrar en el interior del órgano y, tras un infarto, provocar una autorreparación. Pero habrá que esperar para ver si lo mismo ocurre en humanos; el experimento sólo se probó en ratones, informó ayer el diario británico The Independent.
 
Paul Riley y su grupo de científicos del Instituto de Salud Infantil de Londres comprobaron que esas células cardíacas, denominadas progenitoras, se parecen a las células madre porque poseen la capacidad de convertirse en cualquier tipo de tejido o estructura dentro del corazón. La timosina puede estimularlas cuando se introducen en el órgano, y formar nuevos vasos sanguíneos; los cuales, al permitir el transporte efectivo de oxígeno y nutrientes, ayudarían en la reparación del tejido.
 
Cuando una persona sufre un infarto, el tejido de una porción de su músculo cardíaco, si carece de oxígeno por mucho tiempo, no se recupera más.
 
La proteína timosina beta 4 ya era conocida por su capacidad para minimizar la pérdida de células musculares cardíacas cuando se producía un infarto.
 
Este nuevo descubrimiento revela la capacidad del corazón para curarse a sí mismo. Para demostrarlo, el equipo de Riley experimentó con ratones.
 
Primero eliminaron la timosina beta 4 y vieron cómo sus corazones no se desarrollaban con normalidad: su músculo cardíaco mostraba debilidad y el crecimiento de vasos sanguíneos también era pobre. Después, extrajeron las células reparadoras de la capa más externa del corazón y las cultivaron en el laboratorio.
 
Al tratarlas con timosina, las células adultas adquirieron la misma capacidad que las embrionarias para crear tejido sano. Lo que sugiere que esta proteína podría usarse en el tratamiento de corazones infartados. El hallazgo puede dar lugar a un nuevo tratamiento que utilizaría la timosina para dirigir esas células reparadoras. De funcionar en humanos, no habría problemas de rechazo, afirmaron los investigadores.
 
Hasta ahora, los experimentos de reparación se habían centrado en el trasplante de células madre, pero con riesgo de rechazo por parte del paciente. La ventaja de esta nueva investigación es que indica que el propio corazón tendría células con potencial curativo, lo que podría llegar a eliminar la necesidad de un trasplante.