Por primera vez en tres años

UBA: pese a la crisis, aumentó la cantidad de inscriptos en el CBC

La pésima imagen pública no impactó en la matrícula y se revirtió la tendencia en baja de nuevos inscriptos. Con 58.137 personas anotadas para 2007 repuntó un 1,5 % en relación a 2006.

Liliana Moreno

A pesar de la deplorable imagen pública que dio la Universidad de Buenos Aires a lo largo de 2006 y que cerró con la controvertida Asamblea que designó como rector a Rubén Hallú, por primera vez en los últimos tres años se frenó la tendencia decreciente en el número de inscriptos en el Ciclo Básico Común, considerado el primer ciclo de las carreras de la universidad. ¿Qué razones lo explican? Más de una, según los entrevistados.

Entre 1995 y 2003 la matrícula del CBC no paró de crecer hasta alcanzar, ese año, los 71.021 inscriptos. Desde entonces viene en baja: 66.533 en 2004, 60.452 en 2005 y 57.276 en 2006. La inscripción para 2007 marcó un leve repunte: creció un 1.5 por ciento con un total de 58.137 matriculados. Pero lo sorprendente es que detuvo el descenso en un año en el que se presagió que por mala conducta la UBA iba a tener que pagar sus culpas.

La primera observación del ministro de Educación, Daniel Filmus, es macro. "Empieza a revertirse la crisis de 2000-2003 que golpeó a la escuela media y hay un aumento del egreso que comienza a impactar en la matrícula, tanto de las universidades públicas y privadas como de los institutos terciarios. A esto se suma la mejora de la situación económica y ambos factores lograron imponerse al conflicto de la UBA".

Si se hace historia, el comportamiento de la inscripción en el CBC es el que sigue: "Cuando se creó en 1985 tenía una matrícula muy alta —sigue Filmus— porque tomó gran cantidad de estudiantes que en la época de la dictadura, como había cupos, no habían podido ingresar". Después llegó a estabilizarse en 40 mil alumnos —completa Eduardo Laplagne, director del CBC— , hasta que en los primeros años de la década del 90 comenzó a crecer y en 2003 se superaron los 70 mil inscriptos.

Para el vicerrector de la UBA y decano de Arquitectura, Jaime Sorin, el aumento actual de la matrícula responde a la recuperación del nivel económico de la clase media. "Hoy puede volver a mandar a sus hijos a la universidad lo que no pasaba en los últimos años", dice. Y ahí está la UBA esperándolos. "Porque la oferta de las universidades privadas no puede competir en calidad y las públicas del Gran Buenos Aires están en desarrollo y les faltan disciplinas. En suma —agrega—, el concepto de universidad, como un lugar de encuentro de distintos saberes, de investigación y de extensión, en el área metropolitana sólo está representado por la UBA".

Estos factores —algunos propios y otros ajenos a la UBA— son ineludibles para explicar el comportamiento de la inscripción. Pero si se ajusta el foco y se analizan los números (los 58.137 estudiantes anotados) en términos de la crisis de gobernabilidad de 2006, lo que parecen demostrar es que el conflicto no impactó en la matrícula. Para Eduardo Laplagne, los estudiantes lograron distinguir lo que es la universidad como institución de los problemas de la elección del rector. "El funcionamiento académico no se vio afectado: las clases se dictaron y los exámenes se tomaron normalmente. Creo que primó la idea de que la UBA está más allá de este tipo de inconvenientes".

En la misma línea argumentan Filmus y Sorin. "Al mismo tiempo que se desarrolló la crisis de conducción —dice el ministro—, este fue el año con más días de clases y en el que casi no hubo conflictos docentes en la UBA".

El vicerrector, al mismo tiempo que rescató "el esfuerzo de los docentes y de las autoridades para que el conflicto no se notara o se notara poco dentro de la facultades", puso el acento sobre un factor que fue una constante para quienes siguieron la disputa de cerca: la indiferencia de la gran mayoría de los alumnos. "Muchos pensábamos que la crisis se iba a reflejar más en la matrícula. Y si en parte no fue así es porque los estudiantes se involucran muy poco con el funcionamiento de la universidad. Es más, muchos se enteraron que hubo sesión de Asamblea, de Consejo Superior y elección del rector porque la televisión puso el tema en primer plano durante todo un día".

Otras universidades

Según datos oficiales, cada año se anotan 18.000 personas en la Universidad de Córdoba y La Plata, y unas 15.000 en Rosario.

Historia y prestigio
Victoria Tatti
vtatti@clarin.com

La crisis de la UBA que está lejos de resolverse, aún con la elección del nuevo rector, reveló uno de los flancos débiles de la universidad: su debilidad institucional, desconocida para gran parte de la sociedad. Sin embargo y pese al conflicto, los jóvenes y adultos siguen eligiendo estudiar en la más prestigiosa universidad pública del país. Un prestigio ganado en 186 años de historia, a fuerza de estudio e investigación de graduados, docentes y alumnos. Un capital intelectual enorme, en esta oportunidad, fue más poderoso que el caos.

Medicina y Derecho, las más elegidas

Según los datos que manejan las autoridades del CBC, alrededor del 50 por ciento de los estudiantes que ingresa necesita un año y medio (tres cuatrimestres) para concluir con las seis o siete materias del ciclo, de acuerdo con la carrera elegida, cuando un año es el tiempo teórico para cursarlo. Esto cuando ingresan. Porque del total de inscriptos hay un 10 por ciento histórico que se anota pero nunca llega a pisar las aulas.

En principio, los 58.137 inscritos para el 2007 siguen, mayoritariamente, eligiendo las carreras tradicionales. En los cuatro primeros puestos están Medicina (10,33% del total), Abogacía (10,28%), Psicología (7,70%) y Contador Público (6,99%). "Una conclusión rápida —dice Eduardo Laplagne, director del CBC— nos lleva a pensar que a los chicos les resulta más fácil, sobre todo ante la falta de mayor información, elegir las carreras que más conocen, tanto por su entorno familiar como de trabajo." En este sentido, agrega, junto con el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires están realizando "acciones de orientación vocacional fuerte": yendo la UBA a las escuelas o trayendo a los estudiantes a la universidad.

Las Ingenierías, promocionadas desde el Gobierno por estar vinculadas al desarrollo nacional, muestras disparidades con respecto a la matrícula para 2006: mientras crecen la Industrial (5,49%), la Naval (14,81%) y la Química (10,57%), decrecen la Mecánica (10,68%) y la Electrónica (14,23%).

"Tanto las Ingenierías como las Ciencias Exactas son carreras muy complicadas", dice el vicerrector Jaime Sorin. "De Exactas —agrega— van todo el año a los secundarios y esto se refleja en el aumento de un 10% de su matrícula." Arquitectura, de la que Sorin es decano, también creció un 16,79%. "La arquitectura se ve en la calle. Hay como un boom en la ciudad. Después tendríamos que discutir qué arquitectura se está haciendo."