Estudios anteriores han demostrado el efecto de la extracción del cristalino sobre el glaucoma crónico o agudo de ángulo cerrado cuando se realiza sin un procedimiento de filtrado o goniosinequiálisis. Ya sea que se haya realizado una extracción de catarata extracapsular o una focoemulsificación, el control de la presión intraocular (PIO) después de la extracción del cristalino es satisfactorio en ojos con glaucoma primario de ángulo cerrado (GPAC). Una evaluación cuantitativa realizada mediante UBM reveló que la cámara anterior (CA) era 1,37 veces más profunda y el ángulo 1,57 veces más abierto después de la cirugía de catarata. Además, comparada con la iridotomía, la extracción del cristalino tiene un efecto más potente sobre la cámara y el ángulo cerrado. Aunque la capacidad que tiene la extracción del cristalino para abrir el ángulo contribuye a controlar la PIO en GPAC, no se han realizado nuevas investigaciones con respecto al mecanismo de apertura del ángulo. El presente estudio tiene el objetivo de investigar cuantitativamente, mediante UBM, los efectos de la cirugía de catarata sobre la configuración de ojos con glaucoma primario de ángulo cerrado, concentrándose principalmente en la alteración de los procesos ciliares.
Pacientes y métodos
Intervinieron 31 pacientes con glaucoma primario de ángulo cerrado, tratados con cirugía de catarata. Antes de la cirugía, 10 ojos habían sido sometidos a iridotomía láser periférica y uno a iridoplastía láser periférica.
Se examinó la configuración de la cámara anterior mediante UBM antes de la cirugía de catarata y tres meses después.
Hasta el momento se ha sugerido que el bloqueo pupilar es la causa principal del GPAC, en especial en pacientes de edad avanzada. Una vez eliminado el bloqueo pupilar mediante iridotomía láser, el cierre residual del ángulo se define como síndrome de iris en meseta. Los recientes avances en la evaluación de la morfología del ángulo cerrado, específicamente mediante UBM, han revelado que el iris en meseta en ojos con glaucoma de ángulo cerrado es más común de lo que se pensaba, especialmente en pacientes asiáticos. Es esencial que al tratar pacientes con GPAC se preste atención no solo a la existencia del bloqueo pupilar, sino también a la configuración del proceso ciliar.
En el presente estudio, la extracción del cristalino atenuó la posición anterior de las procesos ciliares en ojos con ángulo cerrado. Se ha prestado poca atención al cristalino como tratamiento inicial del cierre del ángulo en comparación con el bloqueo pupilar y el iris en meseta. Sin embargo, el cristalino juega un papel fundamental en la patogénesis del GPAC, por sus peculiaridades anatómicas (aumento del grosor y posición relativa anterior) y porque el aumento del grosor del cristalino causa el estrechamiento del ángulo. Por lo tanto, la extracción del cristalino podría ensanchar el ángulo en ojos con ángulo cerrado mediante la disolución de su volumen. Además la extracción del cristalino resolvería el bloqueo pupilar, ya que dicho bloqueo se produce por resistencia entre la superficie del cristalino y el margen pupilar del iris.
Asimismo, los presentes resultados sugieren que la extracción del cristalino atenúa el iris en meseta mediante el reposicionamiento de los procesos ciliares en una ubicación más posterior.
Consecuentemente, la extracción del cristalino sería el mejor tratamiento indicado para GPAC, por su capacidad de aliviar el cierre del ángulo atenuando múltiples los factores que lo ocasionan, como el bloqueo pupilar, el cristalino y además el iris en meseta.
Los presentes resultados sugieren que la extracción del cristalino puede ser efectiva en el tratamiento del iris en meseta, ya que atenúa la posición de los procesos ciliares, aún cuando no se altere la aposición iridociliar.
Conclusiones:
La cirugía de catarata atenúa la posición anterior de los procesos ciliares en ojos con glaucoma primario de ángulo cerrado, a la vez que se produce una apertura significativa del ángulo. La cirugía de catarata no solo tuvo como resultado la disolución total del volumen del cristalino y del bloqueo pupilar, sino que además logró atenuar la posición anterior de los procesos ciliares. Todo esto contribuyó a la apertura postoperatoria del ángulo en pacientes con glaucoma primario de ángulo cerrado.