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Nace un niño de un embrión congelado hace 13 años

Un niño nació en diciembre en España procedente de un embrión congelado hacía 13 años.

Un 61% de parejas se desentiende de sus embriones congelados tras un proceso de reproducción asistida y un 14% los dona al no querer más hijos

El pasado mes de diciembre nació en Gerona el primer niño en el mundo tras permanecer 13 años congelado en estado embrionario, en el marco del Programa de Adopción de Embriones que el Instituto Marquès ha desarrollando en la clínica CIMA de Barcelona. Se trata de un caso clínico "único" y que se publica esta semana en la edición electrónica de la revista "Reproductive Biomedicine".

Según el Prof. Juan Álvarez, catedrático de Medicina Reproductiva de la Universidad de Harvard y director científico de Instituto Marquès, "este caso confirma que el tiempo de criopreservación de los embriones no tiene por qué suponer un obstáculo a la hora de lograr un embarazo si la técnica se realiza en óptimas condiciones". Hasta el momento, se ha comprobado que se desconoce la "caducidad" de los embriones humanos congelados.

En concreto, para el tratamiento se descongelaron seis embriones que permanecían congelados en el centro desde hacía 13 años, y tres de ellos (los que sobrevivieron) fueron transferidos a la mujer, dando lugar al nacimiento del pequeño que tiene ahora diez meses. Estos embriones proceden de una pareja que en enero del año 1992 realizó un ciclo de fecundación in vitro (FIV) con el que tuvieron gemelos.

Tras ese ciclo quedaron 9 embriones sobrantes que la pareja decidió congelar en previsión de lo que pudiera ocurrir en un futuro, pero al no contestar a las peticiones formales solicitando qué querían hacer con ellos, tal y como establece la Ley de Reproducción Asistida, los embriones pasaron a disposición del centro, que el año pasado se los cedió a una pareja de Girona. "A día de hoy, hay dos niños de 14 años, uno de 10 meses y tres embriones congelados (restantes del primer tratamiento) todos biológicamente hermanos", según explicó el Dr. Manuel Elbaile, del Intituto Marquès.

No obstante, el pequeño nunca llegará a conocer a sus hermanos de 14 años puesto que con este programa de adopción los embriones se asignan de forma que nunca coincida el lugar de residencia de los padres biológicos con el de los adoptivos.

Por su parte, la Dra. Marisa López-Teijón, jefa de Reproducción Asistida del Instituto Marquès, explicó que la modificación de la Ley de Reproducción Asistida del año 2003 quiso "dar salida al destino de los miles de embriones sobrantes de las técnicas de reproducción asistida que se mantienen congelados en los centros". Así, en diciembre de ese mismo año se envió un documento de consentimiento informado a las parejas que tenían embriones congelados para que eligieran su destino y un 8% los donó, un 21% decidió mantenerlos congelados, un 6% los destinó para investigar, un 61% no contestó (quedando a disposición del centro) y un 2% a otros fines.

En este sentido, los embriones procedentes de un ciclo de fertilidad de pacientes sanos y menores de 35 años se destinaron a un programa de adopción, que ha concluido al no quedar embriones "abandonados". "Este programa contó con el apoyo de todas las instituciones e incluso de asociaciones religiosas", sostuvo la Dra. López-Teijón, quien explicó que "la diferencia con el programa de donación de embriones es que estos últimos son donados "expresamente" por parejas que han completado su deseo reproductivo tras una FIV.

Según datos recogidos por el Instituto Marquès, en el 2006 el 14,2% de las parejas consienten en donarlos el día que ya no quieran tener más hijos, aunque esta decisión "siempre se puede revocar"; mientras que en el caso de las extranjeras dicho porcentaje se reduce al cero por ciento, "lo que demuestra la solidaridad de las españolas". En el caso de los Programas de Donación de Embriones, el coste del tratamiento es de 3.000 euros para las mujeres que viven en España y 3.500 para las extranjeras.

En los casos de donación se contemplan las características físicas, de raza, RH, etcétera; mientras que en las donaciones únicamente se tuvo en cuanta las características raciales (igual que una adopción internacional), explicó la Dra. López-Teijón.

Por su parte, la directora del Programa de Adopción de Embriones del Instituto Marquès, Olga Serra, señaló que sobrevivieron al proceso de congelación un total de 510 embriones "abandonados", lo que supone el 70 por ciento, con los que se han realizado 228 ciclos de los que han nacido 52 niños y 16 están en camino. Una gran parte de los embriones transferidos se mantuvo entre 6 y 8 años congelados. En concreto, "una de cada cuatro transferencias de embriones ha dado lugar a un embarazo evolutivo, una tasa con la que hay que estar orgullosos", dijo.

La mayoría de las parejas que se incluyeron en este programa de adopción (75%) habían fracasado en repetidos ciclos de reproducción asistida, tenían antecedentes de abortos y habían renunciado a tener un hijo. Un 20 por ciento de los casos han sido mujeres sin pareja masculina en las que habían fallado otras técnicas o que creían que en su entorno social la adopción de un embrión sería más aceptada que la inseminación y un 5% respondían a otras motivaciones.

En cuanto a la procedencia de las parejas, una tercera parte han sido extranjeras (Italia, Gran Bretaña, Alemania, Portugal, Holanda, Bulgaria, México y Argentina). La media de edad de las mujeres era de entre 38 y 40 años, la más joven tenía 26 años, y el coste de dicho tratamiento fue de 2.200 euros, "una cifra básica para cubrir gastos y sin dar beneficios económicos para el centro".

Según la Dra. López-Teijón, "muchas veces la causa invisible de los fracasos en las FIV es una anomalía genética en los embriones, algo que actualmente ya se puede estudiar y evitar gracias a técnicas como el Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP), amparada por la normativa.".