Consecuencias de la inmovilización en el músculo
Uno de los métodos más eficaces para la regeneración de roturas y contusiones musculares consiste en mover durante las primeras fases de curación la parte dañada porque esto genera muy pocas complicaciones e incapacidades si se compara con otros tratamientos de inmovilización. Las alteraciones ultra estructurales que tienen lugar después de la inmovilización de los músculos incluyen una necrosis segmentaria que afecta a los extremos de la fibra muscular, siendo las fibras tipo I las que sufrirán transformaciones más intensas. Un hallazgo que suele acompañar a la inmovilización es el aumento de tejido conjuntivo (endomisio, perimisio, epimisio) en relación con los tejidos contráctiles del músculo. Dicho tejido conjuntivo no se alinea de forma paralela a las fibras musculares, de tal manera que este incremento de su tamaño y estructura aumentará la rigidez del músculo y disminuirá sus propiedades de extensibilidad.
Las propiedades tensoras de los músculos lesionados recuperan su nivel anterior a la lesión en un tiempo corto cuando se sigue un tratamiento de movilización precoz, mientras que la inmovilización disminuye las propiedades tensoras. El entrenamiento excéntrico de baja velocidad incrementa la formación de sarcómeros en serie y minimiza la proliferación de colágeno. Cuando la movilización se inicia tras un breve periodo de inmovilización, se observa que la penetración de las fibras musculares en el tejido conjuntivo es mayor y que la orientación de las fibras musculares regeneradas está alineada con las fibras musculares intactas.