Scott confirmó estos hallazgos al reanalizar el estudio EPIDOS con casi 4500 mujeres de 80 años o más; encontró que aunque 77% de las mujeres presentaba uno o más factores de riesgo clínico para osteoporosis, sólo 27% tenía un T score menor de -3. Es por ello que McClung concluyó que las mujeres añosas con factores de riesgo relacionado con caídas no necesariamente tienen baja masa ósea y por ello pueden no ser candidatas a tratamiento farmacológico para reducir el riesgo de fractura de cadera.
En estudios previos, el risedronato fue considerado eficaz y bien tolerado en mujeres con osteoporosis posmenopáusica establecida. El risedronato también es efectivo en la prevención de la osteoporosis inducida por glucocorticoides y en la pérdida de hueso en la mujer posmenopáusica con DMO normal y en la mujer posmenopáusica con baja DMO, pero sin fractura.
El Hip Interventional Program (HIP) es el único estudio prospectivo diseñado para evaluar la eficacia del risedronato en la reducción del riesgo de fractura de cadera como punto principal de evaluación. En este ensayo se encontró una disminución del riesgo de fractura de cadera del 39% en el grupo 1 (pacientes <80 años con T score en cuello de fémur <-3 DS y al menos un factor de riesgo para fractura de cadera) y del 58% (grupo de alto riesgo que tenía igual o más de una fractura vertebral prevalente). Con el objetivo de determinar el inicio del efecto del risedronatro en la reducción del riesgo de fractura de cadera se diseñó este estudio con las características del HIP. Ambos grupos recibieron risedronato 5 mg/día, mientras que al grupo control se le administró calcio y vitamina D. El risedronato redujo el riesgo de fractura de cadera en el grupo 1 entre 6-18 meses (47%) y en el grupo de alto riesgo entre 12-24 meses (79%). El risedronato produjo una rápida y sostenida reducción del riesgo de fractura de cadera en personas con osteoporosis confirmada y en pacientes con alto riesgo debido a fracturas vertebrales prevalentes.
En una publicación reciente, el risedronato 5 mg/día se asoció a una significativa menor incidencia endoscópica de úlceras gástricas que el alendronato 10 mg/día (4.1% vs. 13.2% ) a los 8 y 15 días (p< 0.001). Adachi encontró que el risedronato fue tan bien tolerado como el placebo en pacientes que no pudieron tolerar el alendronato.
Conclusiones
Tanto el alendronato como el risedronato son los bifosfonatos de primera elección en el tratamiento de la osteoporosis posmenopáusica, especialmente en mujeres mayores de 60 años. Estos fármacos han demostrado tener un efecto favorable en la reducción del riesgo de fracturas vertebrales y no vertebrales, particularmente en pacientes con mayor riesgo de fracturarse. Si bien los bifosfonatos aumentan
Estos compuestos han sido utilizados hasta durante siete años sin observarse un incremento de eventos adversos serios. Los bifosfonatos pueden depositarse en el hueso por más de 10 años, y la supresión del remodelamiento del hueso por uso prolongado pudiera alterar ciertas propiedades biomecánicas del hueso, tal como lo indica un ensayo realizado en perros.
Es necesario desarrollar e incorporar nuevas técnicas que permitan evaluar las propiedades biomecánicas del hueso in vivo durante los ensayos clínicos a largo plazo. Esto nos permitirá conocer en un futuro hasta cuándo es conveniente mantener la supresión del remodelamiento óseo para conseguir una reducción significativa del riesgo de fractura en pacientes con osteoporosis.