La muerte y el proceso de morir evocan en los cuidadores reacciones psicológicas que conducen directa o indirectamente a evitar la comunicación con el paciente y su familia, por lo que resulta necesario vencer la ansiedad, el miedo, la posible sobreidentificación y el desconocimiento de algunas respuestas.
Comunicar es hacer partícipe o transmitir a otra persona algo que se tiene, ya sea información, sentimientos, pensamientos o ideas. Los objetivos de la comunicación son informar, orientar y apoyar. Asimismo, sus componentes son:
a) Mensaje: algo que transmitir.
b) Emisor: alguien que lo transmite.
c) Receptor: alguien que lo recibe.
d) Código: lenguaje.
e) Canal: oral, escrito, telefónico, no verbal.
El lenguaje no verbal incluye:
• Posición de pie o sentado.
• Lugar (un pasillo o una habitación privada de preferencia).
• Dirección de la mirada.
• Atención y escucha.
• Tiempo dedicado.
• Actitud.
• Contacto físico.
• Contacto ocular.
• La expresión facial.
• Los movimientos de la cabeza.
• Postura y porte.
• Proximidad y orientación.
• Apariencia y aspecto físico.
La habilidad en la comunicación implica: escucha activa, empatía, evitar paternalismo, evaluar grado de información e identificar lo que sabe, lo que quiere saber y lo que le preocupa, así como evitar una excesiva emoción.