México

Raza y dolor

La observación empírica de la variabilidad biológica de los seres humanos ha suscitado un sinnúmero de explicaciones míticas, religiosas, jurídicas, científicas y estéticas, entre otras, que invariablemente diferencian a los grupos humanos atribuyendo características morales y de personalidad según la correspondencia a un tipo físico asignado, lo cual de manera innegable lleva a la jerarquización.

Autor/a: Anabella Barragán Solís, candidata al doctorado en antropología

Fuente: VOL III / No.12 / AGOSTO-SEPTIEMBRE / 2005

Indice
1. Introducción
2. Nuestra tercera raíz: la africana
3. La representación de la resistencia de los africanos
4. Referencias bibliográficas

     A lo largo de la historia los elementos de clasificación de la diversidad humana han pretendido demostrar la existencia de razas humanas con base en caracteres físicos, entre los que se privilegian el color de la piel, las medidas somatométricas de la cabeza, el tipo de cabello, la forma de la cara, la forma de la nariz, la estatura, las huellas dermatoglíficas, los grupos sanguíneos y, más recientemente, marcadores de ADN autonómico y ADN mitocondrial. En la antigüedad los egipcios clasificaron a los seres humanos en: egipcios, los amarillos, los negros y los rubios. Hacia el siglo XVI, los científicos de la época sostenían que los distintos tipos humanos tenían orígenes evolutivos diferentes, que la raza negra tenía como antecesor al gorila, las razas amarillas al orangután y las blancas al chimpancé. La teoría monogénica demostraría, más tarde, que todas las razas tenían un ancestro común y que todos compartimos elementos que nos homogeneizan dentro del mundo natural, en tanto que pertenecemos a:

• Orden: primate
• Suborden: antropoidea
• Infraorden: catarrinos
• Superfamilia: hominoidea
• Familia: hominidae
• Género: homo
• Especie: sapiens

No obstante la aceptación de dicha clasificación, Carleton, en 1967, propuso cinco subespecies humanas: caucasoide, mongoloide, australoide, congoide y capoide, y reconoció que aun dentro de esos grupos existe variabilidad. De esta forma, el concepto raza tiene un peso fundamentalmente biológico, sin confundirlo con etnia, pueblo, religión, nación o idioma. Para Dobzhansky, las razas son poblaciones caracterizadas por sus distintas frecuencias de ciertos genes y estructuras cromosómicas (Barragán, 2004).

Es necesario subrayar que hasta en la actualidad se ha dotado a los diferentes grupos raciales de cualidades morales, personalidad y resistencia física diferenciales, de debilidad y fortaleza, lo que lleva innegablemente a pensar en una resistencia al dolor distinta, directamente proporcional al color de la piel. Se cree que los morenos son más fuertes y aguantan más el dolor, mientras que los rubios son más débiles y sensibles al dolor. ¿De dónde surgen esas ideas?, aquí intentaré mostrar algunos elementos explicativos al respecto.