Gabriel Giubellino
Qué futuro imaginan los arquitectos del futuro? 742 personalidades de la vida online fueron convocadas para que ofrezcan sus predicciones para el año 2020, a la vuelta de unos pocos almanaques. Conclusión global: no hay dudas sobre la dirección en la evolución tecnológica. Ultravelocidad en paquetes pequeños, en medio de una convergencia de tecnologías nano, mecánica, robótica e incluso genética. Pero sí hay diferencias al analizar el impacto social de estos cambios. Se augura una vida en red, con trabajo automatizado y con tribus globales para las cuales los lazos virtuales serán más fuertes que los sanguíneos. Y aparecerá un nuevo sector de objetores de conciencia digitales, que elegirán vivir fuera de la Red... si eso fuera posible sin ser un ermitaño.
"El Futuro de Internet II" es el título de una encuesta realizada por la organización Pew Internet & American Life Project y la Elon University. No tomaron una muestra al azar, sino que apuntaron a los expertos claves en el mundo de la tecnología. Respondieron pensadores de The Internet Society, The World Wide Web Consortium, el Working Group on Internet Governance, ICANN, Internet2 y la Association of Internet Researchers. También fueron consultados expertos de universidades y creadores de empresas como Cisco, Yahoo, Google, Amazon, AT&T. Entre tantos, contestaron pioneros como Jim Warren, usuario de Internet desde... 1970.
Quienes diseñaron el proyecto pensaron en siete escenarios posibles para el 2020, sobre los cuales los encuestados podían estar de acuerdo o no, y agregar sus reflexiones. Está publicado en http://www.pewinternet.org/pdfs/
PIPFutureofInternet2006.pdf, un documento de 115 páginas.
En general, hubo consenso en visualizar una conexión global y a bajo costo, móvil, lo que dará más oportunidades para insertarse y competir (a los que no estén excluidos). Pero, ¿fluirá la información de manera libre? El mundo de los negocios y los círculos políticos intentarán mantener el control, dijeron algunos de ellos.
Internet evolucionará como una red por la cual se moverán enormes cantidades de datos, a velocidades altísimas. El efecto de la vida en red ayudará a la transparencia en la administración pública. Se proyecta al futuro un debate de hoy: transparencia versus privacidad. ¿Se verá (más) vulnerado el derecho a la intimidad? Es probable que deba redefinirse la esfera de lo íntimo, antes de contestar. Algunos cortarán con este mundo enredado y decidirán vivir fuera de la red. Los llaman "refuseniks". Y si hubo unabombers el siglo pasado, qué esperar de éste.
Un curioso escenario: para la mayoría de estos "predictores" (el 57%), el inglés no desplazará a otras lenguas. Se lo ve como una lengua franca, universal como lo es en el tráfico aéreo, pero no aplastará a otras. Se visualiza también el crecimiento del mandarín. "Una buena parte del inglés del 2020 sonará como 'mandarinish'", sintetizó Bob Metcalfe, inventor de Ethernet, una de las citas.
Otro escenario, que planteaba el posible problema que podría causar la tecnología autónoma, que se vaya de las manos como Frankenstein, generó un gran debate. Sonó mal la palabra "peligro". A algunos, los menos, se les reapareció la figura de Terminator. Pero aún la mayoría que estuvo en desacuerdo con esa imagen —una mayoría confiada en sus competencias técnicas— tiene su recelo sobre quiénes pueden manejar esa tecnología. Otra vez el mismo temor: quién dará las órdenes a robots autónomos, quién podrá rastrear nuestras actividades.
¿Y qué de la realidad virtual, la que permite estar en un lugar sin estar ahí? Mucha gente se sumergirá en mundos sintéticos, a costa de su vida ¿real? Una consultada dijo que si cuando leía, se sumergía en otro mundo, ¿cuál sería la diferencia? Si se habla ya de televivencia, en vez de televisión: ¿cuál de las realidades será más real?