Tiene 16 añoes y es de Rosario

No puede hablar porque se puso un "piercing" en la lengua

Lo hizo junto a su padre. Cuando se lo colocó no la acompañaba un mayor.

Una adolescente de 16 años que desoyó la recomendación de sus familiares y se colocó un piercing en la lengua, sufrió una inflamación en la zona y presenta dificultades para hablar, por lo que junto a su padre decidieron denunciar el caso en una comisaría de Rosario. En la presentación se deja constancia que se incumplió la normativa vigente del Código de Faltas provincial, que impide realizar este tipo de prácticas en menores que no están acompañados por un mayor o presenten autorización escrita de sus tutores.

A la chica no le exigieron Documento Nacional de Identidad y, en la denuncia, se plantean otras anomalías: la higiene del local no era la adecuada y la persona que le perforó la lengua le recetó un antiinflamatorio a pesar de no contar con certificado médico. El dueño del local fue citado a declarar por cometer el delito de "lesiones culposas".

Acompañada por una amiga, la menor se presentó el sábado en un local ubicado en peatonal Córdoba al 1100. Allí, previo pago de 20 pesos, concretó un viejo deseo: se colocó un "piercing" que le había obsequiado una compañera. Tres días después su familia advirtió que le costaba hablar y alimentarse. Así se dieron cuenta de lo sucedido.

La menor les confirmó que en ningún momento le solicitaron autorizaciones o constataron su edad. Carlos Rodríguez, padre de la chica, relató a Clarín que teme por la salud de su hija ya que, dijo, a pesar de que la perforación no le provocó infecciones "existe la posibilidad de que en los próximos meses se le manifieste el contagio de alguna enfermedad".

"¿Quién va a responder si pasa eso? Y lo hago no solamente por mi hija, sino por la mayoría de los adolescentes que están haciendo esto a escondidas de los padres y con el consentimiento del inconsciente que realiza ese trabajo. Por ganarse un peso le pueden arruinar la vida a una criatura", dijo Rodríguez. "Es la primera vez que lo hace. Y espero que sea la última", comentó sobre la decisión de su hija.

El episodio ocurre una semana después de que el Concejo Municipal aprobara un proyecto que apunta a regular —en un plazo no mayor a 180 días— la actividad de los locales donde se colocan piercings y se dibujan tatuajes.

Apuntando a superar algunas zonas grises, la normativa pretende que los comerciantes sean incluidos en un registro municipal, que demuestren trabajar en condiciones de higiene adecuadas y realicen cursos de capacitación sanitaria. Quienes no cumplan podría recibir sanciones económicas de hasta 970 pesos y sufrir incluso la clausura de su comercio.