Los resultados de dos ensayos clínicos doble ciego controlados con placebo parecen demostrar, tal y como publica el número de julio de la revista American Journal of Psychiatry, que los pacientes obesos con desorden bipolar I experimentan una pérdida moderada de peso cuando reciben terapia sostenida con lamotrigina. Pérdida que, por el contrario, se convierte en ganancia cuando el tratamiento sostenido se lleva a cabo con litio. En el caso de los pacientes normopesos, ninguno de los tratamientos se asoció con una modificación del peso.
En este contexto, como recuerda el Dr. Charles L. Bowden, del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio, EE UU, “debe tenerse en cuenta que los pacientes con enfermedad bipolar I presentan, cuando se comparan con la población general, el doble de propabilidad de padecer obesidad. Por ello, las guías de tratamiento consideran que los efectos farmacológicos sobre el peso corporal son un elemento muy importante a la hora de seleccionar un medicamento para el desorden bipolar”.
El equipo de investigación del Dr. Bowden estudió los cambios de peso en pacientes con desorden bipolar I, 155 obesos y 399 no obesos, tratados en los ensayos clínicos con lamotrigina o litio. La dosis total media de lamotrigina en los pacientes obesos fue de 248,6 mg/día –245,3 mg/día en los no obesos–. Las dosis correspondientes para el litio fueron 838,8 mg/día y 844,2 mg/día.
En el grupo de pacientes obesos se observó una reducción estadísticamente significativa del peso en aquellos que, en comparación con los incluidos en el grupo de litio o de placebo, tomaron lamotrigina. Por el contrario, y en comparación con placebo, la administración de litio se asoció con incrementos significativos del peso corporal. Los cambios medios a la semana 52 se establecieron en -4,2, +6,1 y -0,6 con, respectivamente, lamotrigina, litio y placebo. Asimismo, y con independencia del tratamiento recibido, los pacientes no obesos no experimentaron ninguna variación de peso.
En palabras de los investigadores, “con la inesperada excepción del litio, la ganancia de peso quedó restringida a los pacientes obesos. Y llegado el caso, podría sugerirse que algunos individuos susceptibles a padecer obesidad son asimismo susceptibles a la ganancia de peso inducida por el litio. Por ello, se requiere un mejor conocimiento de los factores de riesgo o, por el contrario, de los factores protectores para, en consecuencia, poder administrar litio sin ganancia de peso en un grupo apropiado y específico de pacientes”.
Am J Psychiatry 2006;163:1199-1201