Viceversa

La otra mitad de la ciencia

Publicado en Nature: Género y ciencias

La revista científica Nature, una de las "mecas" de la investigación de vanguardia, publica semanalmente la crème de la crème de las ciencias "duras", que incluyen desde la astrofísica hasta la biología molecular. Pero el último número incluye un tema inusual: entre artículos sobre neurociencias, química atmosférica y electrónica cuántica, publica un comentario acerca de las diferencias de género en la actividad científica, firmado por Ben Barres, un neurobiólogo norteamericano transexual (comenzó su vida y su carrera en el MIT siendo Bárbara).

Barres, doctorado en Harvard, analiza la hipótesis planteada el año pasado, entre otros, por el presidente de esa universidad, Larry Summers -de que la causa del menor éxito profesional femenino en la carrera científica se debía a diferencias innatas de aptitud-, y argumenta no sólo que está absolutamente errada, sino que las raíces de la diferencia hay que buscarlas en la discriminación. Pero -atención- también en la que ejercen las propias mujeres respecto de sí mismas y de sus congéneres. Dada su singular condición, al menos hay que concederle que conoce ambos lados del problema...

El factor más importante de esta ecuación, afirma Barres, es el prejuicio social que asigna a las mujeres menor capacidad o talento que los hombres, aunque prácticamente no hay evidencias que lo respalden. Por ejemplo, un estudio encontró que las mujeres tenían que ser 2,5 veces más productivas que sus colegas hombres para ser consideradas igualmente competentes. Otro mostró que los revisores de trabajos científicos adjudican puntajes más bajos a los que llegan firmados por mujeres.

(Un trabajo de María Elina Estébanez sobre la participación de la mujer en las actividades de investigación y desarrollo de siete países latinoamericanos y España menciona un interesante sesgo de género en el acceso a los posgrados en el exterior: en la Argentina, por ejemplo, frente a una estimación de un 58% de matrícula femenina en los doctorados, sólo el 41% de las becas externas del Conicet y el 38% de las de formación posdoctoral van a manos de mujeres.)

Barres llama a poner manos a la obra para que las cosas cambien: "Las profesoras e investigadoras necesitan ayuda de sus instituciones para equilibrar su carrera y sus responsabilidades familiares -escribe-. En un ambiente crecientemente competitivo, las mujeres con hijos tienen que poder competir por fondos (...) La confianza en uno mismo es crucial para avanzar y disfrutar de una carrera en la ciencia. (...) Los maestros tienen que respaldar a los jóvenes, sin diferencia de género, en todas las etapas de su entrenamiento".

Propuestas constructivas que, sin duda, habrá que tener en cuenta. Después de todo, es muy difícil que uno de los dos bandos gane la batalla de los sexos; hay demasiada intimidad con "el enemigo".

Por Nora Bär ciencia@lanacion.com.ar