Se ignoran las consecuencias futuras

Once primos se hicieron sacar el estómago para prevenir un cáncer

Lo hicieron en EE.UU. tras los análisis que certificaron la herencia de un gen defectuoso. Tenían un 70% de riesgo de padecerlo. Su abuela, padres, tíos y un primo ya habían muerto.

La vida es bastante buena, inclusive sin un estómago". Linda Bradfield, una californiana de 55 años, resolvió extirparse su estómago después de que unos estudios genéticos determinaron que tenía altas probabilidades de contraer cáncer en ese órgano del sistema digestivo. No fue la única en su familia que tomó esta radical decisión: diez de sus primos también se los quitaron.

Mientras crecían, los primos presenciaron sin poder hacer nada cómo un raro cáncer de estómago, de origen hereditario, mató a su abuela y a algunos de sus familiares, tías y tíos. Decididos a ganarle la batalla al cáncer, resolvieron hacerse exámenes genéticos. Y descubrieron que habían heredado un gen imperfecto de su abuela Golda Bradfield.

Los médicos que los atendían fueron crudos: les informaron que tenían un 70 por ciento de probabilidades de contraer cáncer. La solución que les dieron fue la extirpación de sus estómagos. Si aceptaban, deberían vivir comiendo muy poco y con mucha frecuencia.

Todos los primos eligieron extirparse el estómago. "No sólo estamos sobreviviendo. Estamos prosperando", aseguró Mike Slabaugh, quien hace 16 meses se sometió a la cirugía en el Centro Médico de la Universidad de Stanford, en Palo Alto, California.

Los progresos en los exámenes genéticos están ofreciendo a familias con genes defectuosos la posibilidad de vislumbrar el futuro, y en ocasiones anticiparse a una enfermedad. Hay personas en EE.UU. que se han extirpado estómagos, pechos, ovarios, el colon o las glándulas tiroides al descubrir mediante exámenes que portaban un gen defectuoso que podía causarles cáncer.

"No tenemos todavía exámenes generales de ADN" capaces de pronosticar toda clase de potenciales enfermedades, "pero enfilamos en esa dirección", dijo el doctor Francis Collins, director del Instituto de Investigaciones del Genoma Humano.

Pero para lograr una prueba útil de ADN que sirva para la población en general, no es suficiente identificar una particular variante genética que hace presumir el riesgo de una enfermedad, alertaron los expertos. Hay que ver si hay suficientes casos potenciales en la población general para determinar si vale la pena hacer exámenes en masa, hay que averiguar si existen evidencias suficientes de que esos exámenes mejorarán la salud, y hay que saber si el riesgo de enfermedad es tan grande que requiere una intervención drástica para frenar sus efectos.

Mike Slabaugh, quien vive en Dallas, se reunió hace poco con varios de sus primos en Las Vegas. La reunión familiar se celebró dos meses después de que el último de los once primos, Bill Bradfield, se sometió a la operación.

"En lugar de vivir aterrados, decidieron enfrentar su destino genético", dijo el doctor David Huntsman, de la Universidad de Columbia Británica.

La mutación del gen CDH1 fue descubierta por primera vez en 1998 en una familia numerosa de Nueva Zelanda con antecedentes de cáncer de estómago. Las personas con la mutación tienen un 70 por ciento de riesgo de padecer cáncer de estómago.

Esta mutación mató a Golda Bradfield en 1960. Ella les transmitió el gen defectuoso a siete de sus hijos. Seis murieron de la enfermedad cuando tenían entre 40 y 50 años. Sus 18 nietos se enteraron de ese gen defectuoso después que uno de ellos, David Allen, murió de cáncer de estómago en 2003. Poco después, los 17 primos de Allen fueron sometidos a exámenes. Los once a los que se les detectó el gen defectuoso aceptaron ser operados.

"Me despierto cada mañana pensando que he ganado un día más de vida", dijo Slabaugh, de 52 años. Todavía se ignoran los efectos a largo plazo de la extirpación del estómago y cómo afecta la calidad de la vida.

Al principio, Linda Bradfield sólo podía consumir 800 calorías diarias y estaba sometida a una estricta dieta blanda. Gradualmente agregó vegetales como lechuga y repollo, pero todavía no puede comer pan blanco, pues es más difícil de digerir.