Los sofocos asociados a la menopausia podrían ser causa de insomnio, según sugiere un reciente estudio reciente de la Stanford University School of Medicine (Estados Unidos) y que publica “Archives of Internal Medicine”.
“Los sofocos graves están asociados con insomnio crónico en las mujeres entre 35 y 65 años. El aumento importante del insomnio entre las mujeres con sofocos graves indica que la gravedad de los sofocos debería evaluarse de manera rutinaria en todos los estudios de la menopausia", explicaron los autores.
Estableciendo que las mujeres experimentan con regularidad sofocos por la noche, el equipo investigador de Stanford decidió estudiar a 982 mujeres menopáusicas para comprender mejor la relación entre los sofocos y el sueño.
Las mujeres fueron entrevistadas telefónicamente entre junio de 2003 y abril de 2004. Se les preguntó por su edad, etapa de la menopausia, gravedad de los sofocos y sus hábitos de sueño. Las participantes tenían entre 35 y 65 años. El 57,2% estaba en período de premenopausia. Otro 20,5% de posmenopausia, y no había tenido el período en el último año. El 22,3% había experimentado al menos un ciclo menstrual irregular en el último año, lo que las convertía en perimenopáusicas.
Un 33% de las mujeres entrevistadas reconoció haber experimentado sofocos. Las del grupo perimenopáusico eran más propensas a haberlos tenido, dado que el 79% reportó este síntoma. La mitad de las mujeres que reportó tener sofocos los clasificaba como leves, lo que significa que usualmente no causaban sudoración. Un tercio reportó sofocos moderados, que sí causaban sudoración pero no que dejaran su actividad, y el 15% dijo haber experimentado sofocos que les causaban mucha sudoración, lo que las obligaba a abandonar lo que estaban haciendo.
De las mujeres que reportaron tener sofocos, el 81% también manifestó tener síntomas de insomnio, problemas para dormir o permanecer despiertas, o una mala calidad del sueño. Las mujeres que experimentaron sofocos leves no eran más propensas a tener insomnio que las que no los tenían. A medida que se incrementaba la gravedad de los sofocos, también lo hacían los síntomas del insomnio.
"Tratar los sofocos podría mejorar la calidad del sueño y minimizar las consecuencias nocivas del insomnio crónico", concluyeron los investigadores.
Archives of Internal Medicine 2006;166:1262-1268