Entrevista Dr. Rafael Espada "Me Acelera el Corazón"

Entrevista Dr. Rafael Espada

Rafael Espada: "Me acelera el corazón" Un cardiólogo en cuyas manos han palpitado 20 mil corazones.

Rafael Espada:
"Me acelera el corazón"
Un cardiólogo en cuyas manos han palpitado 20 mil corazones.

Un día, en la clase de Inglés, a los alumnos del 4o. bachillerato del colegio La Preparatoria les dejaron como tarea que seleccionaran un artículo de una revista en inglés y lo tradujeran. Uno de los estudiantes, que en ese entonces tenía 15 años, fue al Palacio de las Revistas y compró una que se llamaba Look, porque le llamó la atención la portada donde estaba la foto de un médico con una arteria de plástico en las manos.

Este suceso definió la vida del hoy renombrado cirujano cardiovascular guatemalteco Rafael Espada, quien a partir de esta tarea escolar decidió dedicarse a esta especialidad de la Medicina. “El artículo contaba cómo este cirujano (Michael E. DeBakey) había desarrollado las arterias de plástico y el futuro de la cirugía cardiaca”, relata Espada, quien actualmente forma parte del equipo de cirujanos del Hospital Metodista de Houston.

 

"Yo me considero de centro izquierda, con sensibilidad social muy fuerte".
 
¿En qué momento decide irse a EEUU a estudiar?

Me interesé tanto en el tema que le envié una carta al doctor DeBakey donde le pedí que me enviara más información. A la semana recibí una caja con una serie de artículos y un pedazo de arteria de plástico, donde me decía que era la que había utilizado. Decidí, entonces, que tenía que ir a Houston a estudiar, pero antes me fui a la Escuela de Medicina de la Universidad de San Carlos.

En 1965, la Embajada de EEUU invitó a un grupo de estudiantes a Washington a observar el sistema de gobierno. Ahí me dieron una tarjeta para hablar con el senador Robert Kennedy, quien me contó que conocía al Dr DeBakey y me dio una tarjeta para que me atendiera.

Parecía que todo estaba marcado...

Cuando DeBakey me atendió le conté que le había escrito cuando estudiaba secundaria y, a raíz de esto, establecimos una amistad muy grande, tanto que cuando terminé mi carrera en la Usac, lo llamé a Houston para pedirle una posición y me la dieron inmediatamente.

Me fui con la idea de regresar en cuanto terminara mi entrenamiento de ocho años, cinco de cirugía general y tres de cardíaca. Al terminar pensé en regresar en 1976, pero vinieron los problemas del terremoto y entonces me quedé en Estados Unidos y fue hasta los años de 1990 cuando regresé a fundar la Unidad de Cirugía Cardiovascular, Unicar.

Cuando se habla de lo más importante de algo se dice que es el corazón de..., ¿esta metáfora es válida?

Para la humanidad el corazón ha sido, históricamente, un órgano donde románticamente se centralizan sentimientos como el amor y el cariño, aunque fisiológicamente no es cierto, porque todo esto viene del cerebro. El corazón es el motorcito que jala sangre de un lado para otro y mantiene vivo todo el cuerpo. Es el motor central de la fisiología del individuo y por eso se le ha dado la característica de ser el centro de la vida o de lo que creemos es el centro de lo importante que hace el hombre.

¿Cuántos corazones ha tenido en sus manos?

Millares. En mi vida profesional he practicado más de 25 mil operaciones, de las cuales entre 18 y 20 mil han sido de cirugía cardíaca. He visto corazones de todas formas y tamaños, pero pasada la piel todos somos iguales sin importar si son ricos, pobres, gordos o flacos. A mis estudiantes siempre les digo esto, aunque el ser humano es diferente en sus actitudes y emociones, pero anatómicamente todos somos iguales.

¿Cuántos horas le dedica al corazón en Houston?

Por lo regular llego al hospital a las 6 de la mañana y salgo a la media noche. Hacemos un promedio de 4 a 6 operaciones diarias. Actualmente, estoy en muchas actividades administrativas del Hospital, porque soy secretario de la asociación de médicos del hospital, tengo actividades académicas, estudiantes residentes, entrenamientos y participo en proyectos de investigación.

¿Qué papel juega la investigación en todo esto?

Muchas de las ideas nos la da gente que no tiene nada que ver con la medicina. Por ejemplo, para trabajar en cirugía teníamos problemas porque después de parar el corazón no podíamos arrancarlo de nuevo. Entonces nos preguntamos qué hacer para que el corazón durara mayor tiempo parado y poder hacerlo funcionar sin ningún problema, y además, ¿quiénes son los que trabajan en la preservación de los tejidos? Concluimos en que la gente indicada era la que hacía productos alimenticios.

Al hablar con ellos les preguntamos: ¿Cómo hacían para que la carne que envían de California llegara a Miami en buen estado? Y la respuesta fue medidas de preservación, como congelamiento y procesos químicos, etc. Esto nos dio ideas para aplicarlas a la medicina.

También hay ingenieros mecánicos de la NASA, a quienes pedimos un aparato que haga determinado trabajo y ellos lo diseñan. Ni ellos saben lo que hago yo, ni yo lo que hacen ellos, pero juntos podemos hacer muchas cosas.

Si lo tiene todo en Houston, ¿qué lo hace venir a trabajar al país cada mes?

Primero, porque nací en Guatemala. Segundo, tengo una obligación moral, porque recibí mi educación secundaria y universitaria aquí y me costó muy poco. Yo le debo al país haberme graduado de médico, lo cual me costó un promedio de US$50 (Q400), porque toda mi carrera estuve becado y por mi título pagué US$20 (Q160). Los libros y la comida, naturalmente, me los dio mi familia. Además, he encontrado apoyo de muchas personas, incluso de gobernantes y políticos.

¿Qué es lo que más le gusta hacer?

Aparte de la Medicina y la cirugía me encanta leer la Historia, la cual me doy cuenta como se repite. Practico mucho deporte, antes fue el tenis ahora raquetbol. Hago mucho ejercicio, aunque no por prescripción médica, sino porque me gusta. Me encantan las motos, aunque a mi familia no le gusta, y Guatemala es linda para manejar. Una de mis ambiciones es darle la vuelta al país en moto, porque hay lugares hermosos para verlos.

Manejar moto, ¿le acelera el corazón?

Si. Es uno de los estímulos que me acelera el corazón y es normal, porque es una función cerebral. La velocidad y el control de una cosa mecánica genera un estímulo adrenalínico de satisfacción personal que acelera el corazón, pero hay que ser cuidadosos.

¿Qué cosas le tocan el corazón?

Lo que nosotros hacemos en estas pequeñas unidades por la vida, son gotitas en un mar de problemas que hay en el mundo. Sueño que algún día se eliminen del mundo el hambre y la pobreza, y que todos los humanos tengan acceso médico. Si estas tres cosas suceden creo que muchos de los problemas se resolverían. Estos tres puntos nos daría como consecuencia mejor educación, productividad, desarrollo y acceso a todo. Este es mi sueño, aunque sé que no lo voy a ver realizado. En el país me duele que haya políticos, personas e instituciones que no miren estos tres aspectos.

Hace un tiempo se le mencionó para ocupar un cargo de elección, ¿Ha pensado en ingresar a la política?

Me interesa la vida política del país, porque creo que los políticos y gobernantes son los que pueden hacer los cambios que son mi sueño. Sí me interesa ingresar a la política en algún momento de mi vida, incluso, en las elecciones pasadas varios grupos se me acercaron.

En qué posición no sé, pero me encantaría estar envuelto en la parte administrativa del país. Haber vivido en el extranjero me da una visión un poco más grande de la presencia de Guatemala en el mundo.

¿Ha pensado cuándo dará el primer paso?

No sé, depende de las oportunidades que haya. Si hubiera algo que pudiera hacer en el futuro mediato lo haría, ahorita no tengo una visión directa de eso. Actualmente, estoy en el grupo integral de 14 miembros formado por Diego Pulido, donde estamos entrevistando a los partidos políticos para hacer una plataforma de programas para el país. Para integrar el grupo se invitó a los que nos interesa la política, sin ser políticos de algún partido y estamos analizando las ideas de estos grupos.

Cómo político, ¿dónde se ubica?

Es difícil ubicarse en un área directa, pero como médico tengo mucha sensibilidad social, veo la tragedia del ser humano a diario y eso me hace ver la base a lo que ustedes podrían llamar izquierda. Yo me considero de centro izquierda, con sensibilidad social muy fuerte. Todos debemos trabajar juntos, porque en Guatemala el principal problema que tenemos es el divisionismo: yo soy de izquierda y usted de derecha, entonces somos enemigos.