El amor a primera vista no existe. Al menos eso sostiene un equipo de científicos británicos. Los expertos de la Universidad de Bath (sur de Inglaterra), concluyeron que se necesitan 12 meses promedio para que una pareja logre lo que ellos llaman amor verdadero.
Los científicos estudiaron las relaciones exitosas en la página de contactos “Match.com”, durante seis meses. Se basaron en 147 parejas, de las cuales el 61 por ciento dijo que disfrutaba de altos niveles de intimidad, pasión y entrega, los tres componentes que, según ellos, hacen que un amor sea verdadero.
Concluyeron entonces que el período promedio de la relación amorosa es de 12 meses, que los hombres son más propensos a encontrar el verdadero amor y que tan sólo el 16 por ciento de los entrevistados dijo que disfruta de "amor compañero", con altos niveles de intimidad y entrega, pero sin demasiada pasión. Charlotte Harper, directora de "Match.com", se mostró encantada al descubrir que muchos de sus clientes "hallaron el amor verdadero".
Entre las parejas que recién se conocieron, en cambio, la mayoría aclaró que sus niveles de pasión, entrega e intimidad eran bajos. "Es importante que estudiemos los factores que influencian la satisfacción en las relaciones de pareja, cuando éstas se forman a través del Internet", dijo Jeff Gavin, el médico que dirigió la investigación. “Nos confirma que Internet y el correo electrónico favorecen el cortejo amoroso y romántico, en la actualidad más infrecuente en el circuito de bares”, festejó Harper.
Lo único que realmente no existe
Marcelo Birmajer | Escritor
Yo no sólo creo que sí existe el amor a primera vista, sino que incluso existe el amor antes de verse. En ocasiones es mucho más fácil enamorarse de una persona antes de haberla visto nunca que después de haberla visto muchas veces. Cuando —por ejemplo— el Drácula encarnado por Gary Oldman en la película de Coppola le dice a Mina que la ha estado buscando durante siglos, el espectador sabe que ciertas personas se encuentran y se aman al instante como si ya se hubieran conocido de vidas anteriores; aunque el espectador sea, como en mi caso, un completo descreído respecto no sólo a cualquier vida anterior sino también respecto a la presente. En fin, de mi discreta observación y lectura de la experiencia ajena, mi intuitiva conclusión es que no hay nada que no exista.
Existen las personas que se miran y pasan el resto de su vida juntos. Y las hay que pasan la vida mirándose y un buen día, poco antes de morir, deciden separarse, porque descubren que no son el uno para el otro. ¿Alguien desconoce esta clase de relaciones? Aparentemente, los desconcertados científicos ingleses que se dedican a leer los Dating's Magazines.
También existe el odio a primera vista. Y el cariño. Y la indiferencia. Con lo difícil que es definir el amor, si en alguna ocasión podemos capturarlo en bruto es precisamente en un evento fugaz; luego todo se complica. Lo que habría que preguntarse es si existe el amor a segunda vista. Pero seguro que existe. Porque no hay nada que no exista. En realidad, sí hay algo que no existe. Lo único que no existe: un científico capaz de determinar si existe o no existe el amor a primera vista.