La perforación de partes del cuerpo con joyería, ya no se limita a los adolescentes, según lo evidenciado por el número creciente de adultos con perforaciones múltiples en las orejas. Los médicos de cabecera deberían estar familiarizados con estas prácticas y con los riesgos de salud asociados a las mismas. No existen estimaciones confiables disponibles del número de personas que han experimentado complicaciones relacionadas con estas prácticas. Las personas con mayor susceptibilidad a las infecciones (ej. pacientes con diabetes, pacientes que toman corticoides) y a las hemorragias (ej. personas que toman la medicación anticoagulante) pueden presentar mayor riesgo de sufrir las complicaciones que pueden ocurrir cuando se realizan perforaciones en las distintas partes del cuerpo.
Joyería para las perforaciones de las distintas partes del cuerpo
La mayor parte de la joyería para las perforaciones del cuerpo consiste en: los anillos, los aros, los pernos prisioneros, o los ornamentos de distintos diseños. El tamaño y la forma de la joyería tiene que ver con las partes del cuerpo perforadas y con las preferencias. La joyería que se diseña para cierta parte del cuerpo no siempre puede ser utilizada para otros sitios de perforación.
La mayor parte de la joyería para las perforaciones del cuerpo se hace de metal, generalmente de acero inoxidable, de oro, de titanio, o de diferentes aleaciones. El acero inoxidable quirúrgico raramente provoca reacciones alérgicas en la piel; sin embargo, no todos los productos de acero inoxidable están totalmente libres de níquel. El oro se combina a menudo con el níquel u otros metales para mejorar la dureza y durabilidad de las aleaciones. El níquel, en joyería que contiene oro o que contiene oro y plata, se asocia a un alto grado de presentación de reacciones alérgicas en las personas que son sensibles al níquel.
Otras características a considerar en la joyería para perforaciones del cuerpo incluyen: la facilidad para su retiro (en caso de trauma o ante la necesidad de tomar radiografías), la suavidad de la superficie, y la capacidad de soportar el autoclave y la limpieza.
Perforaciones Orales
Los labios, las mejillas y la lengua en su línea media, son sitios populares para las perforaciones orales.
La perforación de los vasos sanguíneos de la lengua puede provocar sangrado y la formación de un hematoma. Después de la perforación de la lengua con frecuencia se produce un edema.
Otra consecuencia seria de la perforación oral es el compromiso de las vías aéreas a causa del trauma, de la hinchazón o edema de la lengua, o por la obstrucción causada por la joyería.
Se recomienda el retiro de la joyería oral y nasal antes de procedimientos quirúrgicos.
Complicaciones dentales
El socavado o astillado (o fractura) de los dientes es el problema dental más común y está relacionado con las perforaciones de la lengua debido a que la joyería que se coloca generalmente tiene una barra bastante larga que atraviesa la lengua en su parte media, por lo que, cambiarla por una barra más corta, reduciría el daño tanto a la parte dentaria como a la zona gingival.
La joyería según la forma que tenga puede quedar atrapada entre los dientes.
Aunque hay riesgo de infección debido a la gran cantidad de bacterias que existen en la boca, el índice de infección es realmente bajo. Los colutorios orales se pueden recomendar después de la perforación oral en forma profiláctica.
La angina de Ludwig es rara, pero esta celulitis oral de rápida diseminación se ha reportado como complicación de la perforación de la lengua.
El tratamiento implica el mantener de una vía aérea adecuada, la administración de antibióticos por vía sistémica, y el drenaje quirúrgico de abscesos.
Complicaciones sistémicas: infección
La American Heart Association no especifica la necesidad de hacer profilaxis de riesgo de endocarditis, en personas que van a realizar perforaciones en alguna parte de su cuerpo.
Un pequeño estudio en niños y adultos con enfermedad cardíaca congénita no reportó casos de endocarditis después de realizar perforaciones en las orejas, aunque sólo el 6% de ellos recibieron profilaxis antibiótica.
Estudios muy recientes acerca de endocarditis bacteriana, en pacientes que presentaban enfermedad cardíaca congénita quirúrgicamente corregida, luego de realizar perforaciones en los pezones y en el ombligo, llegaron a la conclusión de que debería considerarse la profilaxis de riesgo en pacientes con condiciones cardíacas de riesgo alto o moderado.
Con la perforación de cualquier parte del cuerpo, existe peligro de infección, incluyendo el virus de la hepatitis B o de la C, el del tétanos, o el del HIV.
Las prácticas donde no se utiliza material esterilizado y donde la higiene es deficiente incrementan de forma significativa el riesgo de infección.
Conclusiones
Los médicos y odontólogos deberían ayudar a sus pacientes brindándoles la información adecuada y aconsejarlos acerca de la importancia de tomar las precauciones necesarias.
Los síntomas más frecuentes luego de realizar perforaciones orales son: dolor, edema, infección, aumento del flujo de saliva y lesiones en los tejidos blandos. También pueden lesionarse las glándulas salivales, puede haber alteración de los hábitos alimenticios, pérdida del gusto, dificultad al hablar, interferencia al momento de querer tomar radiografías y entumecimiento.
En algunos casos, durante la perforación, puede lesionarse algún vaso sanguíneo lo cual pude dar como resultado una hemorragia difícil de cohibir. Pueden producirse hematomas y coágulos.
También pueden presentar los dientes con pequeñas fisuras o desgastados en las zonas donde toman contacto con la joya colocada.
El edema de la lengua es un efecto secundario muy común, y en casos extremos pude obstruir el pasaje de aire a las vías aéreas cuando es muy severo, y dificultar la respiración.
Desafortunadamente, mucha gente que decide realizarse perforaciones orales no sabe de estos efectos secundarios y no toma las precauciones necesarias para evitarlos, por lo cual, como agentes de salud, debemos brindar la información correspondiente en las situaciones que consideremos necesario.