Científico surcoreano falsificó datos, pero clonó a perro
BO-MI LIM
Associated Press
SEUL - El investigador Hwang Woo-suk efectivamente fue el primero en clonar exitosamente a un perro, pero el resto de sus afirmaciones sobre la clonación de células troncales humanas es un engaño y merece ser castigado, dijo el martes su universidad.
Las más reciente revelaciones terminaron por destruir la reputación de este veterinario que llegó a ser considerado un pionero en el campo de la clonación humana, luego de que se comprobó que eran falsas sus afirmaciones de haber creado 11 líneas de células troncales para pacientes específicos.
Hwang "no tiene pruebas para demostrar que alguna vez fueron clonadas células troncales embriónicas", dijo un panel investigador de la Universidad Nacional de Seúl en un informe publicado el martes, al referirse al artículo publicado en el 2004 por Hwang en la revista especializada Nature, donde dijo haber clonado un embrión humano y tomado sus células.
Sin embargo, el panel reconoció las afirmaciones hechas el año pasado por Hwang sobre la creación del primer perro clonado, un afgano llamado Snuppy.
Los científicos esperan usar alguna vez las células troncales, las cuales pueden convertirse en cualquier tipo de tejido, para curar enfermedades como la demencia senil y la diabetes.
La revista Nature, que publicó el artículo sobre el perro clonado, dijo el martes que resultados preliminares de exámenes independientes también demostraron que Snuppy era realmente un clon.
Crear células troncales que corresponden genéticamente a un paciente específico sería un gran avance, pues no pueden ser rechazadas por el sistema inmunológico del recipiente. Pero, pese a años de investigaciones, Hwang fue la única persona que aseguró haber obtenido éxito en extraer células de un embrión.
"El artículo del 2004 fue escrito con datos falsos a fin de mostrar que las células troncales coinciden con el ADN del proveedor, aunque eso no ocurrió", indicó el informe.
Entrevista del diario Perfil: (publicada con autorización)
Mónica Bradford, editora ejecutiva de la revista Science.
“Es el peor escándalo para ‘Science’ por la expectativa creada en los pacientes”
Desde hace un mes, la revista Science, una de las más prestigiosas en el ámbito científico, está sacudida por el escándalo del investigador surcoreano que –todo indica– falseó los resultados de sus trabajos sobre células madre publicados allí. Editada por la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, Science es leída por un millón de personas. Monica Bradford, su editora ejecutiva, aceptó una entrevista telefónica con PERFIL.
—¿Cómo es el mecanismo de Science para aprobar un paper?
—Recibimos uno 12 mil manuscritos por año. Cada uno de ellos es asignado a uno de nuestros 23 editores que tienen un doctorado en Ciencia, quienes, a su vez, seleccionan al bording review editor: alguno de los 100 científicos alrededor del mundo que evalúan para nosotros los papers y determinan si cumplen con la calidad que exigimos en términos de interés y alcance. Basados en sus comentarios, los editores rechazan el 70% de los papers recibidos. El 30% que pasa ese primer filtro es sometido a una revisión profunda (in-depht review), en la que dos expertos en el tema del paper evalúan cada aspecto técnico del trabajo. Es el llamado sistema de peer review. Sólo el 8% del total de los manuscritos recibidos son publicados.
—¿Cuánto tiempo lleva todo el proceso?
— Un promedio de entre cuatro y seis semanas.
—¿Es verdad que el trabajo de Hwang fue aprobado en menos tiempo?
—Es verdad que tomó un poco menos de tiempo que el promedio, pero tampoco fue tanto... (N.de la R.: se aprobó en menos de un mes.)
—¿Por qué ocurrió eso?
—Era un paper muy excitante y en esos casos se trabaja más rápido. De todas maneras, fue revisado en profundidad en sus aspectos técnicos y en las cuestiones más generales como, por ejemplo, si cumplía con el tema del consentimiento informado de los pacientes.
—A partir de este caso, ¿la revista piensa cambiar el mecanismo de aprobación?
—Estamos evaluándolo, pero la realidad es que creemos que funciona bien. Es muy difícil determinar si alguien se toma el trabajo de fabricar los datos. Los evaluadores tienen que asumir que son correctos y ver si esos resultados son coherentes con la conclusión del paper.
—¿Qué medidas pueden tomar ustedes si se comprueba el fraude?
—En principio, se retirará el paper de la publicación. Y si quisiéramos, podríamos decir que no nos puede enviar más trabajos para publicar ni hacer evaluaciones para nosotros. Pero sospecho que su carrera ha quedado tan dañada que no será necesario que tomemos medidas para evitar que vuelva a publicar.
—Hace poco, “The New York Times” publicó un artículo al que tituló: “Tendencia global: más ciencia, más fraude”; ¿está de acuerdo con esa afirmación?
—No... los fraudes siempre ocurrieron, sólo que ahora se conocen más porque la comunicación achicó al mundo. Estamos más enterados que antes. Y creo que los casos de alto perfil como éste lo que logran, en el fondo, es desalentar a otros científicos.
—¿Este es el peor escándalo para Science?
—Creo que es el peor por la gran cantidad de pacientes y sus familias que estaban esperando que estas investigaciones funcionaran. Además, había un gran interés político porque hay muchos grupos religiosos que cuestionan las investigaciones de este tipo. Por eso creo que este incidente tuvo tanta repercusión. Aquí, lo triste es que había mucha gente esperando que esta línea de investigación pudiera ayudar a su familia. Me siento muy mal por eso.
- ¿Este caso puede afectar la imagen de la revista?
—No creo, porque los científicos entienden cómo funciona el proceso de peer review y que si hay alguien que miente o fabrica los datos intencionalmente, no es algo que uno de los evaluadores pueda detectar.
—¿Y el público en general?
—Para ellos es más difícil de comprender cómo funciona la ciencia, en el sentido de que uno publica sus resultados y luego otros científicos intentan reproducirlos. Y que es gracias a eso que la ciencia avanza. No estoy muy segura de que la gente sepa que, cuando escucha sobre un nuevo resultado, no es algo definitivo y lleva tiempo que otros científicos verifiquen que sea cierto.
—¿Hwang es un genio o un fraude?
—Creo que no importa si era realmente un buen científico o no, porque mintió e hizo las cosas que hizo. Puede ser que al principio haya sido genial pero luego tomó decisiones equivocadas. Creo que eso es lo que la gente va a recordar... Lamentablemente, cometió un error terrible.
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The New York Times
Si existe algo llamado el "sueño coreano", seguramente estaba personificado en Hwang Woo-suk. En el pico de su popularidad era considerado un héroe nacional. Sus colegas lo catalogaban como un pionero en su campo; los políticos recompensaban sus avances con dinero en efectivo; miles de personas se suscribían a un grupo online de devotos del genio; algunos hasta decían que estaba realizando el trabajo de Dios.
Sin embargo, la semana pasada, a meses de haber anunciado un avance científico que revolucionaría el tratamiento de los discapacitados y los enfermos crónicos, la carrera y la reputación de Hwang se desplomaron en uno de los casos de decepción científica más extraordinarios hasta la fecha —un caso que podría tener profundas implicancias para el progreso médico. En un documento publicado por la revista norteamericana
Science en mayo del año pasado, Hwang decía que había clonado embriones humanos y extraído líneas de células madre hechas a la medida de sus pacientes.
Al reproducir un embrión humano, y luego manipularlo para crear células madre con características biológicas a medida, aparentemente se había acercado más que nadie a la concreción del sueño de la clonación terapéutica que podría beneficiar a millones de personas enfermas.
La técnica les permitiría a los científicos cultivar tejido genéticamente específico que podría ser utilizado para reparar tejido dañado por una enfermedad. Como las células madre se manipulaban genéticamente para adaptarse a cada individuo, no hay riesgo de rechazo por parte del sistema inmunológico del paciente.
El trabajo de Hwang, decían los científicos, algún día les permitiría desarrollar una nueva generación de terapias regenerativas para gente con enfermedades como Alzheimer o Parkinson. Los diabéticos ya no necesitarían insulina para vivir; los paralíticos tal vez volverían a caminar.
Pero el jueves de la semana pasada Hwang quedó expuesto como un fraude. Un panel de investigadores de la Universidad Nacional de Seúl dijo que sus afirmaciones eran poco más que una obra elaborada de ficción. No había ninguna evidencia, dijeron, que corroborara sus aseveraciones de que había clonado 30 embriones humanos y extraído 11 líneas de células madre que eran idénticas genéticamente a las de sus pacientes.
El equipo de Hwang, dijo el panel, había tomado los óvulos, los había separado en dos tubos de ensayo y había dicho que uno era real y el otro clonado. Las células habían surgido de óvulos humanos fertilizados tomados del Hospital MizMedi de Seúl, que había ayudado a Hwang en su investigación.
En los últimos días, varios investigadores de todo el mundo recuperaron la compostura y dijeron que la caída en desgracia de Hwang no implica el fin de la clonación terapéutica. Los compatriotas de Hwang, sin embargo, todavía no están dispuestos a escuchar palabras de consuelo de gente de afuera mientras digieren la caída de alguien a quien alguna vez consideraron el orgullo de Corea.
Con su devoción por el trabajo y su aparente amor por la vida sencilla, Hwang abrazaba una ética casi calvinista que guía a muchos coreanos desde la niñez. Para sus críticos más duros, Hwang no sólo cayó en desgracia; también dañó el prestigio de su país.
Hoy surgen interrogantes de por qué el gobierno coreano, que le dio al equipo de Hwang más de 40 millones de dólares desde 2003, no monitoreó las investigaciones de células madre. La respuesta parece ser que el gobierno estaba tan asombrado por los logros del científico como el resto del país. Lo nombró el Primer Científico Sobresaliente de Corea y hasta encargó estampillas en su honor: una de ellas mostraba a un paciente imaginario de Hwang levantándose de su silla de ruedas.
Discusiones en "Science", que publicó el estudio
Los editores de la revista
Science decidieron que debían retractarse de un estudio polémico sobre clonación de células madre humanas. El estudio de mayo de 2005 de Hwang Woo-suk y sus colegas informaba que el grupo del Dr. Hwang en la Universidad Nacional de Seúl había obtenido 11 líneas de células madre embrionarias humanas clonadas. El avance era considerado un hito en el esfuerzo por utilizar células madre para tratar a pacientes con su propio tejido regenerado.
En las últimas semanas salió a la luz que esas células madre no habían sido clonadas y que gran parte de la evidencia en el documento era inventada. La publicación también busca información sobre un documento aún más importante del grupo del Dr. Hwang publicado en marzo de 2004, que aseguraba que habían creado las primeras células madre embrionarias humanas.
En Corea del Sur, el escándalo sigue rebotando en los medios y en Internet. Científicos anónimos, en sitios web utilizados por estudiantes de ciencia, dijeron recientemente que una foto de una célula madre publicada en el documento de 2004 parecía idéntica a una utilizada en otra publicación, Stem Cells, escrita por Kim Seon Jong en 2003. La misma foto también apareció en un documento anterior del Dr. Kim ese año, dijeron. Esto podría ser una señal de que alguno de los tres documentos puede haber sido inventado, dijeron.
Los informes daban cuenta de supuestos pagos que hizo el Dr. Hwang a dos investigadores cuando surgieron las dudas sobre su trabajo. El jueves se dijo que Kim Seon Jong había recibido 30.000 dólares de la oficina del Dr. Hwang.
Colaborador de Hwang Woo-Suk: células madre clonadas falsas.
Roh Sung-il, médico colaborador de Hwang Woo-Suk, señaló que el científico surcoreano utilizó en su mayoría células madre falsas en sus investigaciones de clonación.
El gobierno del país ha anunciado que revisará las investigaciones realizadas por este científico para determinar su veracidad
El director del Hospital Mizmedi, Roh Sung-il, dijo a la televisión KBS que Hwang estaba de acuerdo con pedir a la revista "Science" la retirada del artículo publicado en junio que detallaba cómo las colonias de células madre fueron creadas a partir de clonar las de 11 pacientes, del que Roh era uno de los coautores.
Roh también indicó a la televisión MBC que Hwang había presionado a un científico joven de su laboratorio para falsificar los datos y hacer que parecieran 11 colonias de células madre.
Señaló que nueve de las líneas de células madre embrionarias de Hwang han resultado ser falsas clonaciones, y la autenticidad de las otras dos se desconoce.
El colaborador también dijo que había oído que Hwang había dicho el jueves que "no había células madre embrionarias" porque todas las colonias habían muerto en el laboratorio.
Debido a estas declaraciones, el gobierno de Corea del Sur ha anunciado que revisará las investigaciones del Dr. Hwang para determinar su veracidad.
El primer ministro Lee Hae-chan encabezó una reunión de emergencia para discutir el caso. Luego, el Gobierno anunció que esperaría los resultados de la investigación interna, que estará a cargo de la Universidad Nacional de Seúl, en la que trabaja Hwang.
"El gobierno ha decidido en una reunión de emergencia que la autenticidad de las investigaciones del Dr. Hwang tiene que ser verificada a través de una investigación científica", dijo Kim Chang-ho, director de la Agencia Gubernamental de Información. "Así que hemos decidido tomar medidas acordes con los resultados".
La universidad ha nombrado a nueve expertos -siete son miembros de la universidad y los otros dos de otras instituciones- para que conformen una comisión y realicen la investigación. No se divulgaron sus identidades.
Si la comisión determina que existen irregularidades en las investigaciones de Hwang, tratará de replicar sus experimentos.
La investigación "no tomará mucho tiempo si el equipo de Hwang coopera con nosotros al momento de entregarnos los datos", dijo Roe Jung-hye, decano de asuntos investigativos de la universidad.
La prensa local informó que Hwang, que había estado siendo tratado en un hospital por problemas causados por las tensiones, haría una declaración próximamente.
El Dr. Hwang es considerado una especie de héroe nacional y ha recibido el respaldo de su gobierno para sus experimentos, incluyendo 24,7 millones de dólares para financiarlos.
Webs Relacionadas
Seoul National University
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La Jornada Mx
05.01.06
A partir de una célula madre de mama generan glándula mamaria en Londres
Se retractan científicos sudcoreanos; admiten mentiras sobre la clonación
Science recibió la solicitud de los orientales para rectificar sobre el artículo publicado
Washington, 4 de enero. La revista científica estadunidense Science anunció que recibió una solicitud de retractación por parte de todos los autores surcoreanos del fraudulento estudio sobre clonación terapéutica de células madre embrionarias, publicado en esta revista en mayo de 2005.
"Todos los autores de esta investigación indicaron querer retractarse del estudio sobre la producción de células madre embrionarias específicamente derivadas de un blastocito humano" publicado en el sitio web de la revista el 19 de mayo, según un comunicado divulgado también en línea.
De todos modos, "Science esperará las conclusiones definitivas de la investigación de la Universidad Nacional de Seúl la próxima semana para oficializar el retiro, de forma tal que los términos de las retractaciones sean adecuados", agrega el texto.
La dirección de la revista confirmó el 16 de diciembre que recibió una solicitud para retirar el artículo por parte del investigador estadunidense Gerard Schatten, coautor junto al doctor Hwang Woo-suk del texto en el que se anunciaba como una "primicia mundial" el aislamiento de células madre.
Por otra parte, en Londres, un equipo internacional de científicos en la revista británica Nature en su versión online, dijo que a partir de una única célula madre de la mama puede generarse una glándula mamaria completa capaz de producir leche. El experimento se realizó con ratones.
El australiano Mark Shackleton, del Hospital Royal Melbourne, y colaboradores lograron aislar células madre de la glándula mamaria, de cuya existencia se tenían hasta ahora sólo indicios indirectos. Esto fue posible, según indican los autores en el artículo de Nature, luego de analizar las propiedades y características de diferentes tipos celulares de la glándula mamaria.
Un determinado grupo de células poseía la capacidad de dividirse para formar nuevas células de su mismo tipo, pero también podría desarrollarse y generar otros tipos celulares de la mama. Estas células resultaron ser células madre.
Cuando los científicos trasplantaron una de estas células a ratones a los que previamente se les había extraído la glándula mamaria, los animales formaron una nueva mama completa, con los distintos tipos de tejidos. Cuando estos ratones tenían cría, la mama producía leche.
En el tejido de determinados ratones que tenían predisposición a desarrollar cáncer de mama, los científicos hallaron más células madre. A partir de este dato postularon que estas células podrían participar también en la aparición de cáncer.