Es un fenómeno emergente que hace dos años se registra en América latina

Infecciones resistentes, fuera del hospital

En las instituciones sanitarias, entre el 5 y el 25% de los pacientes padece un cuadro provocado por este tipo de bacterias.

WASHINGTON.- El desarrollo de resistencia a los antibióticos por parte de los microorganismos no es un fenómeno restringido a los hospitales. Ya hay casos de infecciones protagonizadas por las bacterias multirresistentes que se producen fuera de las instituciones hospitalarias. Y la Argentina no está al margen del problema.

"Es un fenómeno que ya se comienza a ver en el país -comentó el doctor Pablo Bonvehi, infectólogo del Cemic que asiste a la 45a. Conferencia Interciencias sobre Agentes Antimicrobianos y Quimioterapia, que finaliza hoy en esta ciudad-. En el hospital Garrahan ya han detectado casos de infecciones por Staphylococcus aureus, resistente a la meticilina (MRSA, según sus siglas en inglés) en chicos que no han tenido ningún contacto previo con el hospital ni con centros de salud."

Como explica la doctora Flavia Rossi, microbióloga de la Universidad de San Pablo, Brasil, "éste es un problema muy frecuente en los Estados Unidos, pero que recién hace dos años ha comenzado a verse en América latina: ya ha habido casos de MRSA en Brasil, y en Uruguay hubo un brote muy importante el año pasado".

Aunque todavía el número de casos no es muy alto, continuó la doctora Rossi, "el problema es que estos pacientes tienen una evolución muy grave si no se los trata a tiempo".

Como resultado de la presión selectiva que ejercen sobre las bacterias los antibióticos y del uso de procedimientos médicos cada vez más invasivos para mantener a los pacientes con vida, los hospitales se han convertido en el medio de cultivo ideal de microorganismos cada vez más rebeldes y peligrosos. Así, estar internado puede convertirse en una excelente oportunidad para contraer una infección.

"Una de cada diez personas adquiere una infección intrahospitalaria durante su estada en un hospital", estimó el doctor Marc Wilcox, de la Universidad de Leeds, Inglaterra, durante una conferencia de prensa realizada en la reunión científica.

Y esas estadísticas globales, coincidieron varios expertos consultados por LA NACION, también se aplican a la Argentina. "Las infecciones intrahospitalarios ocurren en entre el 5 y el 15% de los pacientes internados", dijo el doctor Ricardo Durlach, profesor de enfermedades infecciosas de la UCA. "Esos promedios se aplican a las salas de internación general -agregó el doctor Pablo Bonvehi, jefe de la Sección Infectología del Cemic-; en las áreas de cuidados intensivos los promedios son sensiblemente mayores."

Según estadísticas presentadas aquí por el doctor Daryl Hoban, del Departamento de Microbiología de la Universidad de Manitota, Canadá, uno de cada cuatro pacientes internados en las salas de cuidados intensivos contrae infecciones intrahospitalarias. "Pero estos pacientes que a veces permanecen internados varios meses y son sometidos a múltiples procedimientos tienen no una sino varias infecciones", completó Bonvehi.

Lo urgente y lo importante

"En América latina, en las salas de cuidados intensivos, tenemos problemas con bacterias multirresistentes como el Staphylococcus aureus, resistente a la meticilina, para el cual hay pocas opciones de tratamiento", dijo a LA NACION la doctora Flavia Rossi, directora del Laboratorio de Microbiología de la Universidad de San Pablo, Brasil. Entre el 50 y el 70% de estas bacterias que se encuentran en las terapias intensivas son resistentes a la mayoría de los antibióticos disponibles.

"Las infecciones hospitalarias son una consecuencia del avance de la medicina que tiene su costo: al usarse metodologías más invasivas los pacientes sobreviven mucho más y como muchos de esos tratamientos reducen sus defensas, se los expone a infecciones mas graves -explicó Bonvehi-. Estas infecciones están asociadas con la alta complejidad -agregó Durlach, director médico del Hospital Alemán-. Los tratamientos invasivos tienen un riesgo intrínseco, ya que permiten que los microorganismos accedan a zonas estériles del cuerpo, como la sangre o los pulmones."

Aunque el peligro de contraer una infección intrahospitalaria no se puede evitar, sí existen medidas de probada eficacia para reducir ese riesgo. "Hay medidas muy sencillas y económicas, como el lavado de manos del personal de salud, pero que culturalmente resultan difíciles de adoptar -apuntó Bonvehi-. Contar con salas de internación más grandes que eviten el hacinamiento de los pacientes y con más personal médico y de enfermería que evite la sobrecarga de trabajo, junto con el uso racional de los antibióticos, también son medidas útiles."

Claro que para que éstas y otras medidas igualmente útiles -como el monitoreo permanente de cuál es la flora bacteriana de cada hospital- sean implementadas es necesario que las instituciones médicas cuenten con un comité de control de infecciones que las haga cumplir sistemáticamente. "Está demostrado que un programa de control permite reducir en un 32% las infecciones intrahospitalarias, al mismo tiempo que ahorra mucho dinero", aseguró Durlach.

¿Los hospitales argentinos cuentan con este tipo de programas? "No creo que llegue al 50% el número de hospitales que cuentan con un comité de control de infecciones que reúna las características mínimas", opinó Bonvehi. "De lo que no estamos tan seguros es de que cuenten con el apoyo institucional para funcionar adecuadamente", agregó Durlach.

Para el especialista, el problema de las infecciones resistentes que salieron del hospital es un fenómeno emergente, pero también esperable: "Esto siempre ocurre con ciertas bacterias muy versátiles que tienen una capacidad de modificación genética que les permite generar resistencia a los antibióticos."

Por Sebastián A. Ríos
Enviado especial 

Un nuevo antibiótico

WASHINGTON (De un enviado especial).- Dado que las bacterias se hacen resistentes a los antibióticos conocidos, todo nuevo antibiótico supone una buena noticia, y más si pertenece a una nueva familia, como es el caso de la tigeciclina, que se estima estará disponible en la Argentina a partir de marzo de 2006. "Al no compartir mecanismos de acción con otros antibióticos tampoco va a compartir la resistencia que ante ellos han desarrollado los microorganismos", comentó el doctor Ricardo Durlach.

"Lo interesante es que ofrece una amplia cobertura contra bacterias multirresistentes que han aparecido en los últimos años, tanto del grupo de las gram positivo como de las gram negativo", agregó el doctor Pablo Bonvehi, del Cemic.

"Ha demostrado ser efectivo contra el Staphylococcus aureus meticilinorresistente (MRSA), contra el enterococo resistente a la vancomicina y contra el Acinetobacter, que en la Argentina es uno de los principales causantes de infecciones hospitalarias, como las neumonías asociadas al uso de respirador -completó Bonvehi-. Ofrece una alternativa para infecciones en las que hoy tenemos pocas opciones de tratamiento."

De administración intravenosa, al menos inicialmente su uso estará dirigido a pacientes en estado crítico.