Un bebé muy irritable y que se lleva las manos a la cabeza, un niño que llora de dolor y se refugia en su pieza a oscuras o una adolescente que se queja porque su cabeza va a estallar son pacientes frecuentes de los neurólogos infantiles.
En todos ellos la queja es el dolor de cabeza, pero las causas y manifestaciones pueden ser distintas. "Las cefaleas son la segunda causa de consulta de los neurólogos infantiles, precedidas sólo por el déficit atencional", dice el doctor Felipe Giacaman, de Clínica Santa María.
El neurólogo infantil aclara que entre los dolores de cabeza, el más común es la cefalea aguda "que aparece como síntoma de infecciones como sinusitis, otitis, amigdalitis o meningitis. Al tratar el cuadro infeccioso, el dolor desaparece".
Otras cefaleas son las recurrentes, como la migraña, y las tensionales, además de las de causa orgánica (ver recuadro).
Migrañas infantiles
Se estima que el 10% de los niños entre cinco y 15 años y el 28% de los que tienen entre 15 y 19 años sufren migrañas. En países desarrollados, estas cifras sitúan a la migraña entre los cinco primeros problemas de salud de la infancia.
Las migrañas pueden aparecer en lactantes, pero su inicio es más habitual en preescolares y escolares. El doctor Yuri Dragnic, neuropediatra de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, señala que éstas se caracterizan por ser "episodios recurrentes de cefalea que pueden acompañarse con dolor abdominal, vómitos, palidez, somnolencia y rechazo a la luz y/o el ruido. Su duración puede ser de horas o días". A diferencia de los adultos, en que afecta un lado de la cabeza, en los niños es frontal.
A veces pueden ir precedidas de un "aura migrañosa", como alteraciones visuales o visión de destellos luminosos.
Giacaman agrega que el dolor suele ser pulsátil y su intensidad es tal que fuerza a interrumpir estudios, juegos u otras actividades. "Es tan fuerte que el niño no se queja, sino que llora de dolor", dice el médico.
En un estudio realizado en 2003 con 572 niños que padecían migrañas, médicos del Hospital de Niños de Cincinnati buscaron determinar cuánto afectaba este cuadro a su calidad de vida en comparación con otras enfermedades crónicas. Los niños tenían en promedio 11 años y respondieron un cuestionario que medía el impacto de la enfermedad sobre sus actividades y bienestar emocional.
De acuerdo al doctor Scott Powers, a cargo del estudio, éste concluyó que "en el caso de las migrañas, su impacto sobre la calidad de vida es similar o mayor al reportado por niños con artritis y cáncer, que suelen considerarse enfermedades más severas y debilitantes que un 'dolor de cabeza'".
Los niños que padecen migrañas suelen tener antecedentes familiares, especialmente por línea materna. Tal como en el caso de los adultos, existen ciertos alimentos y estímulos que contribuyen a desencadenar este cuadro. "Estrés, falta de sueño, exceso de sol o de ejercicio y alimentos como ciertos quesos, embutidos, cafeína, chocolate y comida china son algunos", enumera Giacaman.
El doctor Dragnic sugiere que los padres estén atentos a descubrir cuáles de esos gatillantes afectan a su hijo, para así evitar que se exponga a ellos. Una forma de hacerlo, dice el médico, es llevar un registro de los episodios, describiendo fecha, duración, alimentos o actividades realizadas en el día previo, intensidad del dolor, síntomas y repercusión sobre sus actividades, de manera de detectar un patrón que se repita.
Si los episodios no son muy severos o son aislados, el tratamiento son analgésicos y sueño. Cuando la migraña es muy frecuente e interrumpe las actividades cotidianas, "el tratamiento de elección es el propanolol y la flunarizina, que deben ser indicados por el neurólogo. Están contraindicados los medicamentos de adulto derivados de la ergotamina, porque les pueden producir un accidente vascular encefálico", advierte Giacaman.
Alta tensión
Los neurólogos coinciden en que en los últimos años han visto un incremento en las consultas por cefaleas tensionales. Éstas suelen aparecer en la etapa escolar y, aunque pueden interferir con las actividades del niño, no llegan a interrumpirlas.
"En la adolescencia suele afectar más a las niñas, especialmente aquellas muy autoexigentes o que tienen una alta expectativa familiar sobre ellas. Lo habitual es estudiar los factores precipitantes, que pueden ser académicos o familiares. Puede haber un trastorno ansioso o depresivo que hay que tratar y, si es necesario, se puede derivar a un sicólogo que les ayude a manejar mejor sus emociones", señala el doctor Giacaman.
Alerta roja
Un tipo de cefalea que obliga a consultar de inmediato es la que se produce de manera súbita y con dolor agudo, sin que haya una infección asociada. Ésta puede ser síntoma de un tumor cerebral o un accidente vascular encefálico. "Hay que consultar si el niño es menor de cinco años, si la cefalea es de inicio reciente, si el dolor es persistente y aumenta en intensidad y frecuencia, si está asociado a tortícolis, si el niño despierta en la noche por el dolor o amanece con cefalea y si está irritable, inapetente o si su ánimo o carácter cambian notoriamente", advierte el doctor Felipe Giacaman. En estos casos, agrega, "es imperativo hacer una resonancia magnética para detectar las posibles causas".
TENDENCIA
NIÑOS perfeccionistas, competitivos y con buen rendimiento escolar son más propensos a presentar migrañas.
UN ESTUDIO sueco que siguió desde la niñez a personas jaquecosas por 40 años concluyó que el 52% de éstas tuvo uno o más hijos que desarrollaron esta enfermedad.