Los autores, de la Universidad de Stanford (Estados Unidos) y otros centros de investigación, señalan que sus resultados se suman a los de estudios que han puesto de manifiesto la relación entre la dopamina y los trastornos neurológicos, desde el Parkinson a las psicosis.
Estudiaron a 24 niños que presentaban una pequeña alteración de una copia del cromosoma 22. Alrededor del 30% de los niños con ese defecto –que afecta a uno de cada 4.000- desarrollará esquizofrenia o algún trastorno psicótico relacionado. La alteración implica que esos niños carecen de un gen que codifica una proteína llamada COMT.
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Stanford University
Nature Neuroscience