Mito o ciencia

Los prejuicios sexuales de los argentinos

Distintos especialistas relataron a Infobae.com cuáles son los miedos y los mitos más grandes de hombres y mujeres respecto del sexo

Los mitos irrumpen desde lo más llano hasta la complejidad y las fobias. La eyaculación precoz, la falta de orgasmos, los genitales como única zona erógena y la masturbación surgen en los cerebros de hombres y mujeres de la Argentina en el momento de intimar. Y generan molestias, vergüenza y complicaciones.

No obstante, tener tantos escrúpulos con respecto al sexo no son patrimonio exclusivo de los argentinos. Españoles y portugueses tienen tanto o más miedos y mitos sobre el tema.

“Buenos Aires es una de las ciudades con menos prejuicios para consultar a psicólogos y sexólogos”, refiere el doctor Adrián Sapetti, presidente de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana (SASH), aunque reconoce que aún existe la “consulta vergonzante”, donde hombres y mujeres acuden a un consultorio a resolver sus mitos sobre la sexualidad.

Según las estadísticas de la Asociación de Psicólogos y Psiquiatras de Buenos Aires de 2004, el 21% de las consultas en pareja fueron por problemas sexuales. La asociación explica que los motivos fueron impotencia, eyaculación precoz, frigidez y anorgasmia. En general, las consultas sexuales fueron 127 el año pasado.

La asesora institucional de la Asociación Argentina de Sexología y Educación Sexual (AASES), Carmen Segades, señaló a Infobae.com que los argentinos “saben poco de sexo y les interesa mucho”. Según una encuesta que la AASES hizo el año pasado en La Rural, la mayoría de los hombres argentinos prefiere casarse con mujeres vírgenes.
En concordancia con la respuesta, Segades asegura que el prejuicio más grande en la Argentina es que se puede tener sexo, pero no parecer que se lo practica.

Aún es un tema tabú. Los pruritos argentinos lo vedan como tema de conversación y toman como parámetro “la decencia ante todo”, grafica Segades.

En el mismo sentido, Sapetti señala varios prejuicios que interfieren en la vida íntima. “Un prejuicio clásico es que el hombre debe tomar la iniciativa. Si la mujer dice que sí en el primer intento, se piensa que es fácil”.

En el caso de las parejas, el sexólogo refiere que las consultas más frecuentes son por asincronías en la relación, diferencias en los tiempos, falta de ganas y eyaculación precoz.

Según el doctor Sapetti, los argentinos se acomplejan por el tamaño del pene y consideran a la erección como una condición sine qua non para comenzar una relación sexual. Este es el conocido “mito del falo”, tema de charlas y hasta de chistes picantes.

La anorgasmia (falta de orgasmos parcial o total) también es un colofón mítico. “El hombre considera que si la mujer no llega es un problema de su rendimiento, de su performance. Otro mito generalizado es que si la mujer es linda, es mejor el goce”, añade. Para el especialista, otro mito con el que se guía el varón es que no puede existir una interrupción en la relación sexual.

Viagra, maldita pastilla

La lista de conjeturas es eterna. Según Sapetti –psiquiatra y sexólogo- la aparición del Sildenafil (la monodroga del conocido Viagra) fue un motivo suficiente para que las visitas al consultorio del sexólogo aumentaran.

Este auge de la pastilla para la disfunción eréctil desnudó una verdad: aquellos argentinos que se vanagloriaban de lograr varias relaciones diarias, cayeron en la consulta. Asimismo, la necesidad y curiosidad por probar el Sildenafil probó que el “mito del Falo”, sigue siendo un denominador común entre los argentinos.

Muchos mitos, poca ciencia

En cuanto al conocimiento sobre la sexualidad, estamos “a años luz” de lo que se ve en otros países. Según Segades, la solución es implementar programas de educación sexual. La entidad brinda talleres gratuitos a la comunidad sobre estos temas. En este momento realizan cursos en La Plata con la coordinación de Diana Fainstein.

Algo similar opina el doctor Sapetti, que propone como vías de solución “la lectura y la educación sexual en todos los ámbitos, incluso universitario”.

Denise González Eguilior
deguilior@infobae.com