A pesar de los numerosos avances alcanzados en las últimas décadas en el manejo de las enfermedades infecciosas, la gastroenteritis pediátrica por rotavirus sigue constituyendo uno de los principales problemas sociosanitarios a los que deben enfrentarse los sistemas de salud de todo el planeta.
Así debe comprenderse cuando se observa que, como se desprende de los estudios epidemilógicos, la enfermedad causa cada año la muerte de cerca de 440.000 niños en todo el planeta –en torno al 39% del total de fallecimientos asociados a la diarrea–. Y, asimismo, que es directamente responsable de la hospitalización anual de 2 millones de pacientes pediátricos –hasta 100.000 tan sólo en la UE– y de la atención domiciliaria de más de 110 millones de niños –de los cuales en torno a 3,5 millones se localizan en Europa occidental.
Entre los principales problemas asociados con el manejo de esta enfermedad debe destacarse, por una parte, la imposibilidad de evitar la infección por rotavirus –el virus no sólo es altamente resistente a desinfectantes y puede sobrevivir durante varias semanas en agua potable, sino que presenta numerosas vías de transmisión– y, por otra, la dificultad de pronosticar su aparición –síntomas inespecíficos, con una rápida evolución desde la fase asintomática a la aguda, y fluctuación de los diferentes serotipos a nivel estacional y regional–. El resultado es que prácticamente la totalidad de la población ha sufrido al menos una infección por rotavirus al alcanzar los 2-3 años de edad.
Por lo que hace referencia a los tratamientos, como apuntó el profesor K. P. Zimmer, del Hospital Infantil de la Universidad de Münster, Alemania, “debemos recordar que en la actualidad sólo podemos, aun en las fases agudas de la patología, ofrecer a los pacientes una terapia de soporte, que debería consistir básicamente en la rehidratación oral precoz y la realimentación. Pero el tratamiento, si bien está bien establecido en las guías consensuadas de práctica clínica, tan sólo es aplicado por un 40% de los profesionales clínicos”. En consecuencia, y ante la ausencia de tratamientos antivirales primarios, los pacientes hospitalizados son sometidos a rehidratación intravenosa, con el consecuente dolor para los afectados y el elevado coste económico que supone –en torno a 1.300-1.500 euros por caso.
Por todo ello, la solución, de acuerdo con lo manifestado en el día de ayer por los especialistas asistentes al 4º Congreso Mundial de la Sociedad Mundial para las Enfermedades Infecciosas Pediátricas (WSPID), reunión que se está celebrando en la ciudad de Varsovia, Polonia, requiere obligatoriamente del desarrollo de vacunas preventivas frente a los rotavirus. En palabras del Dr. Stanley Plotkin, profesor de la Universidad de Pennsylvania en Filadelfia, Estados Unidos, y presidente de la WSPID, “hemos de esperar que la vacuna frente a los rotavirus no sólo se aplique próximamente en las naciones occidentales, sino también en los países en vías de desarrollo con objeto de reducir la elevada mortalidad asociada con esta infección”.
Vacuna pentavalente
En este contexto, debe destacarse las evidencias alcanzadas en el REST, ensayo clínico multinacional desarrollado con el objetivo de evaluar la eficacia y seguridad de RotaTeq, vacuna pentavalente frente a rotavirus –inmunización frente a los serotipos G1, G2, G3, G4 y P1, esto es, el 90% de los serotipos que causan la gastroenteritis pediátrica– desarrollada por los laboratorios Sanofi Pasteur MSD. No en vano, los resultados de este estudio de tres años de duración y llevado a cabo con una muestra de más de 70.000 pacientes muestran, como indicó el Dr. Luc Hessel, director del Departamento de Comunicación Médica para Europa de Sanofi Pasteur MSD, “que la eficacia de RotaTeq frente a la gastroenteritis pediátrica aguda por rotavirus es del 98% y del 74% en el caso de gastroenteritis pediátrica por rotavirus de cualquier gravedad”.
Asimismo, y de acuerdo con las últimas evidencias derivadas del REST, presentadas por el Dr. David Matson, del Centro para la Investigación en Pediatría de la Eastern Virginia Medical School de Norfolk, Estados Unidos, en el marco del simposio Vacunas innovadoras. Ampliando el Horizonte de la Prevención, desarrollado en el 4º Congreso Mundial de la WSPID, “la administración de RotaTeq se asocia, en comparación con placebo, con una disminución de la tasa de hospitalizaciones del 95,8% y con una reducción del índice de visitas a los servicios de urgencias del 93,5%. Y todo ello con un excelente perfil de seguridad y tolerabilidad, dado que la vacuna no se encuentra asociada con invaginación intestinal”.
En definitiva, según la Dra. Natalie Parez, del Hospital Armand Trousseau de París, Francia, “la vacunación con RotaTeq posibilita la prevención de los casos agudos y de las infecciones naturales, si bien no de las re-infecciones, por lo que no tiene sentido su utilización en adultos. Y todo ello deriva en un descenso de la morbimortalidad y de los costes del manejo –hasta 3,3 millones de consultas anuales en la Atención Primaria en Francia– de la gastroenteritis pediátrica por rotavirus”. Los resultados de los estudios dirigidos a evaluar la reducción de la carga económica asociada con RotaTeq se presentarán en 2006, año en el que se espera la aprobación de la EMEA para la comercialización de la vacuna en Europa.
Webs Relacionadas
WSPID
Universidad de Münster
Sanofi Pasteur MSD
Hospital Armand Trousseau
Universidad de Pennsylvania