Tratamiento

Eficacia y seguridad de EPO y G-CSF en los síndromes mielodisplásicos de bajo riesgo

De acuerdo con los resultados del ensayo clínico a largo plazo dirigido por la Dra. Eva Hellstrom-Lindberg, del Karolinska University Hospital en Estocolmo, Suecia, la combinación de eritropoyetina (EPO) y del factor estimulante de colonias de granulocitos (G-CSF) es un tratamiento efectivo para la anemia en subgrupos definidos de pacientes con bajo riesgo de síndromes mielodisplásicos. La combinación suele inducir respuestas duraderas sin incremento del riesgo de progresión de la leucemia mieloide aguda (LMA).

La mayoría de estudios publicados con EPO en síndromes mielodisplásicos presentaban un seguimiento muy corto y, hasta ahora, el efecto a largo plazo de la asociación de EPO y G-CSF sobre la anemia, la progresión de la enfermedad y la supervivencia permanecía incierto. En este sentido, debe destacarse la incertidumbre existente sobre cuándo los factores de crecimiento (especialmente el G-CSF) pueden potenciar la progresión a LMA.

El número del 1 de agosto de la revista Blood recoge los resultados alcanzados por los investigadores con 129 pacientes con síndromes mielodisplásicos que fueron tratados con EPO y G-CSF y seguidos durante un período superior a los 45 meses. Según apuntó la Dra. Hellstrom-Lindberg, “no hemos encontrado evidencias de que el tratamiento de la anemia de los síndromes mielodisplásicos con EPO y G-CSF tenga un impacto negativo sobre los resultados en términos de supervivencia o transformación leucémica”.

La tasa de respuesta eritroide global se fue del 39%, y la duración media de la respuesta se estableció en torno a los dos años –período superior al observado con la EPO en monoterapia y que confirma la existencia de un claro efecto sinérgico entre ambos fármacos.

En palabras de los autores, “hasta un 29% de los pacientes dependientes de transfusiones se convirtieron en pacientes no dependientes". Asimismo, los pacientes en la categoría Baja/Intermedia-1 del Sistema de Escala Pronóstica Internacional (IPSS) respondieron mejor que aquellos englobados en la categoría Int-2/Alta, con una tasa de respuesta del 46% (versus 27%) y una duración media de la respuesta de 25 meses (versus 7). Dato que, en opinion de los investigadores, “resultaba esperable”.

De la misma manera, los pacientes incluidos en el “grupo de buena predicción” para la respuesta eritroide, basada en un modelo validado, resultaron significativamente más aptos para responder al tratamiento con EPO y G-CSF que aquellos englobados en los grupos con predicción pobre o intermedia. En consecuencia, y como explicó la Dra. Hellstrom-Lindberg, “podemos concluir, basándonos en estos resultados, que ni los pacientes con baja probabilidad de respuesta de acuerdo con el modelo ni aquellos englobados en la categoría Int-2 o Alta de la escala IPSS son candidatos para recibir el tratamiento con EPO y G-CSF”.

Los investigadores también compararon los 129 pacientes tratados con EPO y G-CSF con otros 334 pacientes con síndrome mielodisplásico y no tratados y no encontraron diferencias ni en la supervivencia ni en el riesgo de evolución de LMA.

Por todo ello, la revista Blood recoge en un editorial del mismo número que ahora existe una “evidencia considerable” de que la EPO con G-CSF puede corregir la anemia en cerca del 40% de los síndromes mielodisplásicos de bajo riesgo, “generalmente con respuestas prolongadas y sin incremento del riesgo de progresión a LMA”.

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