Evaluaron a 214 varones y mujeres con una edad media de 59 años sin historia de infarto de miocardio ni ictus, y sus resultados muestran que una inflamación de bajo grado se asocia con rigidez arterial. Esa inflamación, señalan, puede ser un mecanismo potencial a través del cual la proteína C reactiva se relaciona con el infarto y el ictus.
Asimismo, añaden que medir los niveles de la proteína puede ser una estrategia para la detección precoz de la enfermedad cardiovascular asintomática o presintomática.
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American Journal Of Hypertension
Mayo Clinic