Sibila Camps.
scamps@clarin.com
Los chimpancés adoptan nuevas técnicas para utilizar herramientas según un proceso de "aceptación social", y no según la eficacia de esas técnicas. El descubrimiento —publicado en la última edición electrónica de Nature— destaca la importancia de la trasmisión cultural en estos monos, e indica que la propensión a la aceptación social en los humanos puede tener raíces evolutivas muy antiguas.
"En su hábitat natural, los chimpancés muestran numerosas tradiciones locales descritas como 'cultura de mono', pero es casi imposible demostrar que esas tradiciones son trasmitidas según lo que cada chimpancé aprende de los otros, como ocurre en la cultura humana", explicó Andrew Whiten, profesor de Psicología Evolucionaria y del Desarrollo de la Universidad de San Andrés, en Gran Bretaña.
El experimento fue realizado con tres grupos de 16 chimpancés del Centro Nacional Yerkes de Investigación de Primates, con sede en Atlanta, Estados Unidos. Se trata de una institución ideal para ese tipo de observaciones (ver Un centro...). Junto con Withen participaron la doctora Victoria Horner, investigadora asociada de ese centro y de la Universidad de San Andrés; y Frans de Waal, profesor de conducta de primates en la Universidad Emory, en Atlanta.
Se utilizó un pequeño aparato que, mediante el empleo de un palito, libera un trozo de un alimento apetecible para los simios. En dos de los grupos, los científicos apartaron a una hembra con influencia sobre la manada y, por separado y fuera de la vista de sus compañeros, le enseñaron una técnica diferente para usar el aparato. Una aprendió una técnica de empuje de la traba para liberar la comida; y la otra, una técnica de levante de la traba.
Después se permitió al resto de cada grupo observar cómo su "experta" empleaba su técnica para obtener el alimento. Ambos grupos mostraron un amplio e intenso interés en lo que hacía la hembra. Tras siete sesiones diarias de 20 minutos, el resto del grupo ya había aprendido la técnica de su experta. En cambio los chimpancés del tercer grupo, que no habían tenido la demostración de una hembra experta, no lograron usar el aparato.
En una tercera etapa se puso el aparato al alcance de todos los monos, durante 36 horas distribuidas en diez días. La técnica de empuje les resultó más fácil que la otra (tardaban casi la mitad de tiempo en obtener el bocado), y algunos miembros del grupo "levante" también la adoptaron. Pero este conocimiento no puso en riesgo las tradiciones del grupo, ya que la mayoría de estos chimpancés volvió al método introducido por su experta, lo que demuestra la importancia de la aceptación social en el mantenimiento de pautas de conducta.
Los científicos se sorprendieron al comprobar que dos meses después, cuando volvieron a colocarles el aparato, las preferencias por cada técnica se habían mantenido en las mismas proporciones. Se trata de la primera demostración sólida de la difusión y mantenimiento de tradiciones alternativas en primates, y de técnicas alternativas de uso de herramientas en cualquier animal.
"El aprendizaje no implica sólo la facilitación de una competencia, sino una capacidad para adquirir variantes locales particulares de la técnica —destacan los autores—, tal como se necesita si las variantes conductuales identificadas en poblaciones salvajes son socialmente trasmitidas."
Aunque no era el objetivo del experimento, los científicos hallaron así la evidencia de una predisposición conformista en los chimpancés, identificada en numerosos estudios humanos como "una poderosa tendencia a ignorar la experiencia personal en favor de la adopción de normas observadas en la comunidad".
"Hemos mostrado ejemplares de una especie no humana que se ajustan a una norma grupal, pese a dominar una técnica alternativa que representa la norma de otro grupo —señalan los autores—. La conformidad se corresponde con la asunción de una motivación intrínseca para copiar a los otros, guiada por vínculos sociales antes que por recompensas materiales como la comida."
Los científicos destacaron que esto entraña importantes consecuencias en la trasmisión y la evolución de cultura, "creando una realimentación positiva que puede amplificar las diferencias entre las tradiciones de diferentes grupos".
Otro hallazgo secundario del experimento fue que contradijo la creencia de que el aprendizaje social es una función del período juvenil, como lo indican los datos provenientes de chimpancés en su hábitat natural. Las observaciones en el Centro Yerkes probaron que ambos sexos son capaces de mostrar un fuerte aprendizaje social, y que continúan haciéndolo durante la adultez.
No fue la única teoría refutada. Suele afirmarse que las evidencias de imitación en monos provienen en gran parte de ejemplares que están "culturizados" por interacciones cercanas con seres humanos, lo que moldea su atención hacia técnicas no naturales, mientras que otros monos pueden carecer del aprendizaje social necesario para la cultura.
Pero el experimento, realizado con chimpancés criados entre sus propios congéneres y sin interacción intensa con humanos, demostró que los monos tienen una clara capacidad para la transmisión cultural de tecnologías alternativas. "Esto sugiere —afirman los autores— un origen antiguo de la propensión al conformismo cultural, tan evidente en los humanos."
El más sabio
Daniel dos Santos
ddossantos@clarin.com
A los chimpancés no les preocupa ser la medida de todas las cosas. Tampoco, parece, saben que el mundo no está hecho a su medida. Está ahí, nomás. El mono acepta lo que ve en su entorno. A la sed por modificar le impone el hambre de ser un igual en su grupo, uno más en la naturaleza. El hombre también acepta. Sólo que de vez en cuando se rebela. Ahí, tal vez, esté la diferencia entre uno y otros. El hombre quiere entenderlo todo, y ahora —gracias a una ciencia sin horizonte— hacerlo todo. El hombre no debería tener paz. Insatisfecho como nació, no la tiene. No importa tampoco que haya causa para la rebelión o no. Y si no hay discusión sobre quién de los dos sabe más, todavía falta decidir cuál es el más sabio.
Un centro de vanguardia
El Centro Nacional Yerkes de Investigación de Primates es uno de los ocho centros de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos que trabajan con monos. Tiene unos 3.400 animales de siete especies, y se abastece con sus propias crías.
Está a la vanguardia en la búsqueda de vacunas contra el sida y la malaria, y de tratamientos para la adicción a la cocaína y el mal de Parkinson. También investiga el desarrollo y el deterioro cognitivos, los defectos visuales de la infancia, el trasplante de órganos, los efectos conductuales de la terapia de reemplazo hormonal y las conductas sociales de los primates.