El 5% de la población mundial entre los 15 y los 65 años, es decir, unos 200 millones de personas, ha consumido algún tipo de droga en el último año, según se desprende del Informe Mundial sobre Drogas 2005 elaborado por la Oficina de Naciones Unidas sobre Drogas y Delitos (ONUDD), presentado en Bruselas por Thomas Pietschmann, investigador de la ONUDD.
La mayoría, el 4%, es decir 160 millones son consumidores de cannabis, unos 26 millones lo son de anfetaminas y los de opiáceos, que han aumentado respecto al año pasado y llegan a los 16 millones, de ellos 11 millones son heroinómanos. Ocho millones de ciudadanos consumen éxtasis.
Con todo, y pese a ser 15 millones de personas más que el año anterior, esta cifra es significativamente menor de la de quienes consumen sustancias legales, como el tabaco o el alcohol, que representan el 30% de la población mundial.
El informe refleja que el mercado de drogas ilegales al por menor mueve al año unos 320.000 millones de dólares, mientras que el volumen de los intermediarios llega a os 94.000 millones de dólares. El valor total del tráfico de drogas equivaldría, según el informe, al 0,9 % del Producto Interior Bruto (PIB) mundial.
El estudio, presentado en varias capitales europeas, revela asimismo que el principal problema ligado al consumo de drogas a nivel internacional sigue siendo el uso de opiáceos, concretamente la heroína, seguido de la cocaína y para buena parte de los países europeos y asiáticos, la adicción a estas dos sustancias estuvo en el origen del 62% de las peticiones de tratamiento en 2003.
En España, y según datos de 2002, los adictos a la heroína suponen el 60,7% de los drogodependientes que reciben tratamiento, seguidos de los cocainómanos (25,5%) y de los adictos al cannabis (7,5%). Nuestro país está por debajo de la media europea, que se sitúa en el 62,3% cuando se trata de tratamiento a heroinómanos, pero en el caso de la cocaína supera con creces el porcentaje del 6%.
En Latinoamérica, casi el 60% de los tratamientos de desintoxicación solicitados estaban relacionados con la adicción a la cocaína, mientras que en el continente africano la toxicomanía más tratada, un 64%, es la del cannabis.
A pesar de que siguen siendo mayoría los países que muestran un aumento en los niveles de consumo de drogas, en el año 2000 el 53% de los informes nacionales reflejaba aumentos en los niveles de consumo, cifra que baja hasta el 44% en 2003. Paralelamente, pasan de 21 a 25% los países que registran un descenso.
El documento, elaborado con los datos proporcionados por 95 países, recoge también los niveles de producción por áreas. La de opio se ha estabilizado, la de cocaína decae y la que muestra un aumento es la de cannabis así como la de anfetaminas y éxtasis.
En la actualidad, la amapola ocupa 190.000 hectáreas de cultivo y la hoja de coca 158.000 hectáreas. Afganistán produce el 87% de todo el opio que se genera para el mercado negro mientras que la producción en Mianmar y Laos ha caído en los últimos años.
Por lo que se refiere a la cocaína, Colombia, Perú y Bolivia siguen siendo los principales países cultivadores. La producción de cocaína aumentó en 2004, un 2%% y Colombia sigue liderando el mercado con una cuota del 50%, por delante de Perú con un 32% y Bolivia con un 15%. No obstante, el cultivo de la hoja de coca se redujo en Colombia en 6.000 hectáreas. En Perú y Bolivia, por el contrario, las hectáreas de cultivo aumentaron.
El estudio refleja que la demanda del mercado norteamericano decae al tiempo que aumenta la del europeo. Además, la mayor parte de la cocaína que llega a Europa procedente de Colombia lo hace a través de España, en concreto por Galicia, según explicó el investigador encargado de presentar el texto en Bruselas.
En cuanto al nivel de producción de cannabis aumentó hasta las 42.000 toneladas en 2003, lo que convierte al hachís en la droga más producida y consumida del mundo. El mayor productor es Marruecos.
Mientras, las sustancias como anfetaminas y éxtasis alcanzaron las 422 toneladas y, en el caso europeo, Países Bajos (42%), seguido de Polonia (30%) y Bélgica (24%) son los principales suministradores de anfetaminas.
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