Existen muchas entidades extra-torácicas que causan dolor torácico, como los padecimientos musculoesqueléticos de columna cervical y las enfermedades abdominales. Así, las lesiones de la columna vertebral que abarcan raíces de C5 a Tl, como hernias discales, pueden provocar dolor sobre la parte superior y anterior del tórax susceptible de agravarse con los movimientos. Para tratar estos casos es esencial hacer una historia clínica completa y una buena exploración, y de ser necesario apoyarse en estudios electromiográficos y tomográficos e, incluso, usar la resonancia magnética nuclear de columna cervical. El tratamiento variará de acuerdo a la causa y severidad de la lesión. La terapia con analgésicos antiinflamatorios y relajantes musculares es una opción primaria en el alivio de esta clase de dolor. (3, 4)
Según los expertos en el estudio del dolor, las enfermedades abdominales ocupan el tercer lugar en frecuencia de presentación. El diagnóstico en esas entidades es difícil tanto por tratarse de un dolor vago visceral como por la irradiación del mismo. Éste se explica debido a que los impulsos somáticos eferentes del sistema nervioso -los cuales acceden a la médula espinal- son los mismos niveles de T1 a T12 y L1. El presente artículo no pretende hacer una revisión completa de todas las etiologías posibles, sino recordar las más frecuentes.
Padecimientos esofágicos. El dolor procedente del esófago posterior por lesiones del mismo irradia a la región media subesternal, a la base del cuello, a los laterales del tórax y a los brazos, mientras que el dolor proveniente del esófago inferior (esofagitis) se irradia a la región precordial o al epigastrio. El dolor epigástrico es paroxístico, surge al tragar y se proyecta a la espalda a la altura de la lesión. (15) En la hernia hiatal con esofagitis el dolor frecuentemente se difunde a la región subesternal y retroesternal, a la base del cuello y a caras laterales de tórax y brazos, aunado a la presencia de agruras, eructos, pirosis, regurgitaciones y, en algunas ocasiones, disfagia (espasmos esofágicos). Para este caso se debe solicitar serie esófago-gastroduodenal y endoscopia, entre otros estudios.
Estómago. Cuando se trata de procesos ácido pépticos en pacientes perforados, éstos suelen referir dolor en hombros debido a la acumulación de aire en la parte subdiafragmática. La mayoría de las personas con esta enfermedad expresan previamente dolor ardoroso en epigastrio de tipo posprandial y mediata e inmediata sensación de vacío epigástrico, así como náuseas y vómito. Si existe penetración al páncreas hay dolor en espalda; si se trata de neoplasia, el dolor se origina por invasión esplácnica.
El dolor está asociado a procesos inflamatorios, estados de hiperacidez, irritación mecánica y disfunciones autónomas, síntomas que pueden mejorar con antiácidos, fármacos bloqueadores de H2, metoclopramida e inhibidores de bomba. Es importante indicar serie esófagog astroduodenal, endoscopia, tomogafía (neoplasias), placas simples de abdomen y teleradiografía de toráx (perforación) para establecer el diagnóstico preciso. Sin embargo, dada la aparente “lejanía anatómica” hemos de poner más atención a los padecimientos que se describen a continuación.
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* Jefe del Servicio de Endoscopia. Urgencias Médico-Quirúrgicas del Hospital General de México.