Alarmante situación

Las enfermedades y accidentes laborales causan en el mundo 2 millones de muertes al año

Ayer se celebró el Día Mundial sobre la Seguridad y la Salud en el Trabajo. Las enfermedades profesionales son responsables de 1,7 millones de muertes anuales

Las enfermedades y accidentes laborales se cobran anualmente en el mundo más de 2 millones de vidas, y las bajas y compensaciones económicas que se derivan de las mismas provocan pérdidas que ascienden a alrededor del 4% del PIB mundial, según datos difundidos por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y Organización Mundial de la Salud (OMS), con motivo de la celebración del Día Mundial sobre la Seguridad y la Salud en el Trabajo, celebrado el 28 de abril. La construcción sigue a la cabeza de los sectores más afectados y está aumentando extraordinariamente el número de muertes causadas por enfermedades que se desarrollan a lo largo del tiempo.

Los accidentes profesionales se están topando con un duro rival: las enfermedades profesionales que se han convertido en un riesgo aún más importante que los accidentes hasta el punto que las enfermedades son responsables de 1,7 millones de muertes, cuatro veces más que los accidentes. Además cada año surgen unos 160 millones de nuevos casos de enfermedades profesionales.

Las muertes por accidente laboral se están reduciendo en los países industrializados que, sin embargo, están viviendo un aumento de las muertes por enfermedad, especialmente a causa del amianto, un producto usado frecuentemente hace décadas como ignífugo en los edificios públicos. Según las cifras de la OIT, el amianto se cobra unas 100.000 vidas al año en todo el mundo.

El cáncer provocado por la exposición a sustancias peligrosas se ha convertido también en una enfermedad profesional muy común. También en el sector agrícola, el contacto con plaguicidas provoca 70.000 muertes por envenenamiento cada año.

En cuanto a los accidentes laborales, los siniestros mortales son especialmente frecuentes en países que se están desarrollando, debido fundamentalmente a que los trabajadores a menudo poseen escasa cualificación y poca formación en prácticas de trabajo seguras. Así, aunque entre 1998 y 2001 el número de accidentes se mantuvo globalmente estable: en China pasaron de 73.500 a 90.500, y en América Latina, de 29.500 a 39.500 debido en especial al crecimiento del sector de la construcción en Brasil y México.

Una vez que los países alcanzan un grado más maduro de desarrollo, se produce una evolución de la construcción a empleos en servicios menos peligrosos y las tasas de accidentes comienzan a descender. Esto es lo que esta pasando ahora, por ejemplo, en Corea del Sur.

Las cifras presentadas por la OIT y la OMS indican que cada año, los trabajadores de todo el mundo son víctimas de unos 268 millones de accidentes no mortales que causan ausencias laborales de al menos tres días. Entre 1998 y 2001 los accidentes que provocaron tres días o más de baja aumentaron de 56 millones a 69 millones.

La construcción, un sector en auge en los países emergentes, es uno de los campos con datos más dramáticos. Los datos difundidos hoy muestran que un 17% de los accidentes mortales en todo el mundo se producen en la construcción, a un ritmo de una muerte cada diez minutos, más de 60.000 al año. Pero además estos trabajadores se enfrentan a otros riesgos para la salud, como la exposición al polvo cargado de amianto, sílice y productos químicos peligrosos.

Por otra parte, la OMS advierte de que cada vez aumentarán más los jóvenes de entre 15 y 24 años y los mayores de 60 en la fuerza laboral, y que estos colectivos "suelen sufrir tasas superiores de accidentes" por su inexperiencia o su elevada edad que impiden realizar las tareas adecuadamente.

La subdirectora general, Desarrollo Sostenible y Ambientes Saludables de la OMS, Kerstin Leitner, asegura que a pesar de las importantes mejoras registradas en la seguridad y la salud en muchas partes del mundo en los últimos decenios, "el reto global de proporcionar seguridad y salud a los trabajadores es hoy día mayor que nunca".

En concreto, destacó la necesidad de políticas de prevención y formación de los trabajadores. "En muchos lugares, especialmente en países en desarrollo, ese tipo de políticas y programas son débiles o prácticamente inexistentes", dijo Leitner, haciendo hincapié en que la prevención resulta menos costosa que las consecuencias de no practicarla.

La OMS ha puesto en marcha una red de 70 centros de colaboración para respaldar las estrategias preventivas en diferentes países, en el marco de su Estrategia Mundial sobre Salud Ocupacional para Todos. Estos centros apoyan la aplicación de planes de acción nacionales y, además, informan sobre factores de riesgo para la salud profesional (químico, físico, ergonómico, psicosocial o biológico).

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