En los pacientes con dos o más arterias coronarias afectadas, la cirugía de derivación coronaria o by-pass coronario se asocia con tasas ajustadas más altas de supervivencia a largo plazo que el implante de stent, según indica un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Nueva York (Estados Unidos). El trabajo, coordinado por Edward Hannan, se publica hoy en The New England Journal of Medicine. Análisis previos habían comparado los resultados de la cirugía de derivación coronaria con los de las intervenciones coronarias percutáneas, pero la mayoría se realizaron antes de la existencia de las técnicas de implante de stent, que han revolucionado este último enfoque.
Enfermedad multivaso
En la investigación, los autores emplearon los registros cardiacos de Nueva York para identificar a 37.212 pacientes con enfermedad multivaso sometidos a cirugía de derivación coronaria y a 22.102 pacientes con enfermedad multivaso sometidos a stent desde el 1 de enero de 1997 al 31 de diciembre de 2000. Se determinaron las tasas de mortalidad y posterior revascularización a lo largo de los tres años siguientes a la intervención en diversos grupos de pacientes según el número de vasos afectados y la presencia o ausencia de afectación de la arteria coronaria descendente anterior izquierda.
Por ejemplo, la razón de riesgo ajustada para el riesgo a largo plazo de muerte después del by-pass con respecto al riesgo después del implante de un stent fue de 0,64 en el caso de los pacientes con enfermedad de tres vasos y afectación de la descendente anterior izquierda proximal y de 0,76 en los pacientes con enfermedad de dos vasos y afectación de la descendente anterior izquierda no proximal Las tasas de revascularización a los tres años fueron mayores en el grupo de los stent que en el de by-pass (7,8 frente a 0,3 por ciento para el posterior by-pass y 27,3 frente a 4,6 para el stent).