¿Por qué La Psiquiatría y la Ley?
Básicamente, la idea surge de la simple observación de la realidad del trabajo como psiquiatra. Los profesionales de la salud en general, y los profesionales de la salud mental en particular, trabajamos con la salud y la vida de nuestros pacientes, y lógicamente, debemos hacerlo dentro del régimen legal previsto, y responder por nuestros actos médicos ante los distintos requerimientos judiciales. Pero es en el caso de los pacientes con trastornos mentales, donde esta relación es aún más estrecha y de ida y vuelta, porque la misma naturaleza de la enfermedad los pone particularmente más indefensos, y más vulnerables, por lo que es obvio que el cuidado del psiquiatra y del juez deben colocarse en el máximo punto. Increíblemente, al día de hoy algunos colegas rehúyen los temas legales, y otros directamente temen la citación de algún juez, como si se pudiera ejercer otra medicina, marginal respecto de la ley. Nada más equivocado. Parafraseando a Robert Simon, maestro y mentor de la psiquiatría forense americana, es considerando a la ley y a los temas legales como socios nuestros, la forma de enriquecer y realzar nuestra práctica profesional.
¿Cuál es el propósito de la Fundación que Ud. preside?
Nuestro concepto básico es el de la prevención primaria en Salud Mental, considerando a la preventiva, como la Medicina más económica y eficaz. Estrictamente, en esta área nuestro propósito tiene dos vertientes, una dirigida a los colegas profesionales psiquiatras, a fin de mejorar su práctica optimizando su conocimiento de la ley que rige su actividad cotidiana, y también a los no psiquiatras, transmitiendo conceptos básicos de índole psiquiátrica, a fin de evitar que practiquen numerosos análisis e interconsultas estériles, cuando el real padecimiento que sufre su paciente es de orden mental, aconsejando el momento en que deben derivarlo a un profesional formado en psiquiatría. Es importante tener en cuenta que las estadísticas nacionales e internacionales corroboran el hecho que del 100% de pacientes con sufrimiento psíquico, sólo el 20% llegará a la consulta especializada, y el otro 80% hará su atención a nivel primario, y pronto abandonará su seguimiento, decepcionado por los escasos resultados. En el orden del interés público, Millennium viene desarrollando un plan de acción de información al público en general, en forma de reuniones abiertas y de libre acceso, para que toda persona interesada pueda informarse sobre los signos y síntomas de las enfermedades mentales más frecuentes en estos tiempos. El hecho de que el ciudadano común pueda reconocer en sus allegados, vecinos o compañeros de trabajo estos signos, lo convierte de hecho en un agente sanitario eficaz para la prevención primaria que preconizamos.
¿Por qué se producen los juicios contra los médicos?
Después de casi veinte años de médico forense en los Tribunales de Capital Federal, y de analizar cientos de causas contra distintos especialistas médicos, puedo decirle con cierto fundamento, que el origen de toda demanda, siempre es una ruptura, más o menos violenta, de la relación médico paciente. El paciente es muy tolerante con su profesional tratante, por regla general, y acepta errores hasta graves producidos por su médico, entendiendo que es humano y puede equivocarse. Pero lo que no tolera es el maltrato, la falta de toda explicación y la fuga del profesional, que niega a atender, escuchar o explicar qué ha pasado en el curso de un determinado tratamiento. Esto, de hecho, es vivido como un frustrante abandono del médico hacia su paciente, y este, furioso, recurre a un profesional del Derecho, para ejercer una acción retaliativa por esta actitud. Fíjese Ud. que en la mayor parte de los casos, el paciente comprende que no le será devuelta su salud, o la vida del familiar incapacitado o fallecido, pero siempre dice "para que a otro no le pase lo mismo". Es absolutamente cierto que existe una industria del juicio contra los médicos, y nadie puede negarlo hoy día, pero esto puede evitarse.
¿Cómo podría evitarse llegar a sufrir una demanda judicial por mala praxis?
Antes que nada, fíjese que desde la Fundación, estamos tratando de erradicar la palabra mala praxis, porque prefigura una culpabilidad en el médico, es decir, que ya se presupone que actuó mal. Dado que esto es un prejuicio, nosotros preferimos el término de "juicio por responsabilidad médica" porque es más ecuánime y adecuado a la realidad que se ventila en estrados judiciales. Ahora, yendo concretamente a su pregunta, le diré que existen dos elementos, muy sencillos pero absolutamente imprescindibles, para estar libres de la tortura que implica una demanda judicial: esos elementos son una adecuada relación médico paciente, por un lado, y una completa y actualizada historia clínica, a llevarse tanto uno trabaje en ámbito público, como en el privado, o en el propio consultorio. Los colegas no saben lo útil que es la Historia Clínica bien llevada y la extraordinaria defensa que la misma constituye. Esta Historia Clínica es clave para que un Juez pueda entender todo el proceso de la atención de un paciente dado, y la línea de decisiones adoptadas por el profesional para recuperar la salud de su enfermo. Por otra parte, una HC incompleta, mal escrita o lo que es peor aún, inexistente, deja al médico en estado de absoluta indefensión y vulnerabilidad ante cualquier reclamo de la otra parte, por lo que siempre recomendamos que se conserve por un tiempo no menor a los 10 años, a contar desde la última atención realizada.
¿Existen muchos juicios contra médicos?
Es verdad, y la cifra va en aumento. El deterioro de la formación universitaria, cada vez más creciente, las condiciones laborales de los médicos en general, que deben atender cada vez más pacientes en menor tiempo, y deben correr de un trabajo a otro, los hace, en cierta medida, enfermos en un sistema asistencial, donde la sobreocupación es un elevado factor de riesgo y de error, esperando a cada momento para desencadenarse. Sin embargo, diría que los errores en los jóvenes médicos son menores que en los mayores, que ya tienen una posición consolidada, pero que sufren el conocido sindrome de burn out, o de chamuscamiento, caracterizado por el cansancio de tantos años de ejercicio, la depresión, el desgano para continuar formándose y un hastío que ponen a estos profesionales en posición de cometer errores infantiles, que parecen de principiantes y que en otras condiciones anímicas jamás producirían. Estos son los profesionales más expuestos y vulnerables, en los que se agregan otros males concomitantes, como problemas emocionales, conflictos de pareja y familiares, consumo de sustancias y alcohol, enfermedades psicosomáticas, etc. La única forma de detener esta carrera al abismo es someterse a tratamiento psicoterapéutico intensivo, a fin de no derrochar una carrera profesional que hasta ese momento pudo haber sido intachable.
¿Existen condenas contra médicos?
Según las estadísticas que se llevan en el Cuerpo Médico Forense, de un 100% de juicios contra médicos de todas las especialidades, apenas un 5% termina en una real condena. El problema es el llamado sindrome judicial, que es la larga espera, en el menor de los casos de seis años o más, para la culminación de una demanda contra el profesional. En ese tiempo, el médico habrá sufrido una baja de su autoestima, una frustración por su ejercicio profesional, un real decaimiento de su práctica, sin hablar de las horas de trámites judiciales y los honorarios pagados a su abogado, para culminar todo este largo proceso, absuelto desde lo judicial, pero deteriorado y vencido por el proceso que se le efectuó, a punto tal de querer dejar la práctica profesional para dedicarse a cualquier otra actividad, y en otros lamentables casos, producir intercurrencias clínicas graves para la salud del médico, terminando muchos juicios con la absolución del médico demandado, que ya falleció años atrás, irónicamente.
El panorama que Ud da es francamente desolador...
Lo que pasa es que la Facultad da una visión irreal e idealista, que ya no existe. Debe producirse una dramática revisión del currículum del pregrado, para actualizarlo a los tiempos que vivimos. Por ejemplo, en la carrera, ningún especialista habla de qué hacer frente al fracaso terapéutico; entonces, no es raro que el médico huya, porque no sabe qué hacer, se le acabó el libreto, justo en un momento en que hay que acompañar más al paciente. Nuestra Universidad forma lo que yo llamo clones de Gardel, siempre engominados y sonrientes e impecables, cuando la realidad es bien otra, y hemos descendido demasiados escalones, desde nuestros antecesores los sumos sacerdotes egipcios, hasta la actualidad. Quiere otro dato? Cuando empecé mi docencia en la Cátedra de Medicina Legal, tenía un grupo de pregrado de un 70% de varones y 30% de mujeres, y ahora tengo un 90% de mujeres y un 10% de varones. Sin menospreciar a las damas, esto indica que los varones huyen de una profesión complicada, mal remunerada e insalubre. Esto no es culpa de la Medicina en abstracto: en primer lugar, es menester una profunda revisión de qué materias se van a enseñar en la Facultad, para los médicos del siglo XXI, y de qué manera se van a impartir. Egresar hoy de la carrera médica es estar en estado de indefensión. Quiere una prueba? Siempre hago la misma pregunta: tengo alumnos de un promedio de 22 años, a punto de graduarse. Cuántos saben hacer RCP? Sólo el 10% promedio, sumando todas las cursadas. Ahora, yo pregunto: qué va a decir un juez de un médico que no sabe hacer resucitación cardiopulmonar? Nada bueno, seguramente. Los médicos tenemos que recuperar la magia de ejercer la medicina, y la alegría de curar enfermos. Pero el sistema debe ser sometido a revisión y rejuvenecido, no hay otro camino.
Finalmente, ¿qué nos ofrece el Curso La Psiquiatría y la Ley VI?
Este curso conserva el modelo de los cinco anteriores, en tanto se realiza con la participación de psiquiatras, psicólogos, jueces, abogados, asistentes sociales y otros profesionales de la salud mental, y en esta ocasión debatiremos distintos tópicos relacionados con la declaración de la víctima ante el Tribunal, los errores que puede cometer un psiquiatra, las implicancias del daño psíquico, la relación entre jueces y médicos, la criminalidad infantil y otros temas de interés. En Millennium estamos especialmente felices, porque del lado de los Magistrados, nos honrarán con su presencia dos Ministros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, la Dra. Carmen Argibay y el Dr. Raúl Zaffaroni, los que gustosamente han accedido a disertar sobre temas comunes para los jueces y los profesionales de la salud mental, así que esperamos una masiva concurrencia de colegas, que ya han empezado a demandar su inscripción en este Curso. Es nuestro objetivo colaborar con nuestro grano de arena, a completar la formación universitaria, y a mostrar a todos los colegas en salud mental, que es necesario conocer a la Ley, y trabajar del lado de ella, para el bien de nuestros pacientes.
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