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La función de la memoria es vulnerable a diversos procesos patológicos, como las enfermedades neurodegenerativas, los accidentes cerebrovasculares, los tumores, los traumatismos craneanos, la hipoxia, la cirugía cardíaca, la desnutrición, los trastornos con déficit de atención, la depresión, la ansiedad, los efectos colaterales de la medicación y el envejecimiento normal. Por lo tanto, muchas son las especialidades que se ocupan de la misma. La pérdida de memoria suele ser la alteración más discapacitante de muchos trastornos, pues interfiere con las actividades diarias normales de los pacientes y afecta profundamente a sus familiares.
Algunos conceptos sobre la memoria, como la memoria "cercana" y "lejana", necesitan ser revisados como así mejorada la clasificación actual, a la luz de los modernos estudios neuropsicológicos de pacientes con lesiones cerebrales focales, estudios neuroanatómicos en seres humanos y animales, experimentos en animales, tomografía con emisión de positrones, imágenes por resonancia magnética y, potenciales relacionados con los eventos.
En la actualidad, se considera a la memoria como un conjunto de capacidades mentales que dependen de varios sistemas dentro del cerebro. En este artículo se analizan los conceptos actuales sobre los cuatro sistemas de la memoria aceptados: episódica, semántica, de procedimiento y activa, desde el punto de vista de las neuroimágenes funcionales y los estudios de pacientes con lesiones cerebrales, lo cual ayuda al diagnóstico y el tratamiento de los trastornos de la memoria.
Un sistema de memoria es la manera en que el cerebro procesa la información que dispondrá para utilizar posteriormente. Los diferentes sistemas mnésicos dependen de diversas estructuras neuroanatómicas. Algunos se asocian con el estado consciente (explícito) y pueden recuperarse en forma consciente (explicativo) mientras que otros se expresan por un cambio en el comportamiento (implícito) y son inconscientes (no explicativo). La memoria también puede clasificarse de otras maneras, de acuerdo con la naturaleza del contenido recordado (verbal, visual-espacial).
Memoria episódica
La memoria episódica se refiere al sistema explícito y explicativo usado para recordar experiencias personales, como historias cortas o lo que hemos comido anoche. La memoria episódica se define según la incapacidad de la persona con amnesia provocada por lesiones del lóbulo temporal medial para recordar experiencias que las personas sanas pueden recordar. Por lo tanto, este sistema depende de los lóbulos temporales mediales (incluyendo el hipocampo y las cortezas entorhinal y perirhinal). Otras estructuras importantes en la memoria episódica (algunas de las cuales se asocian con un circuito descrito por Papez en 1937) incluyen el cerebro anterior basal, con el septo medial y la banda diagonal del área de Broca, la corteza retroesplenial, el presubiculum, el fornix, los cuerpos mamilares, el tracto mamilotalámicos y el núcleo anterior del tálamo. La lesión de cualquiera de esas estructuras puede causar un trastorno caracterizado por la disfunción del sistema de la memoria episódica.
La pérdida por la disfunción de este sistema sigue la ley de Ribot, la cual establece que los eventos previos a un ictus son más proclives a olvidarse mientras que la memoria remota es más resistente. Por lo tanto, en los casos de disfunción del sistema de memoria episódica, la capacidad para adquirir información nueva está alterada (amnesia anterógrada), la información adquirida recientemente no puede ser recuperada (amnesia retrógrada) y la información adquirida remotamente suele estar conservada.
Algunos estudios demuestran la participación en este sistema de los lóbulos frontales, pero más que responsables de la retención de información, estos lóbulos participan en el registro, adquisición o codificación de la información; la recuperación de la información sin otras señales contextuales o de otro tipo, la recolección de la fuente de información y la evaluación de la secuencia temporal y la reseña de los hechos. Los estudios también han demostrado que los lóbulos temporal medial izquierdo y frontal izquierdo son más activos cuando una persona está aprendiendo palabras, mientras que los lóbulos derechos son más activos cuando se están aprendiendo escenas visuales.
La disfunción del lóbulo frontal puede causar distorsión de la memoria episódica como así memoria falsa, ya que la información se asocia con un contexto equivocado o detalles específicos incorrectos. Un ejemplo extremo de distorsión de la memoria es la confabulación, la cual ocurre cuando los "recuerdos" se crean para que coincidan con la información actual, como sería el "recuerdo" de que algo sucedió en la casa que interfirió en los problemas de sus moradores.
Las diferencias entre el déficit de la memoria episódica que ocurre como consecuencia del daño de los lóbulos temporales mediales (y el circuito de Papez) y la que ocurre por daño del lóbulo frontal puede ser conceptualizada mediante una analogía, que si bien es muy simplificada, es clínicamente útil. Los lóbulos frontales serían el "empleado de archivo" del sistema de la memoria episódica, mientras que los lóbulos temporales, "el armario donde se archiva la memoria reciente". Otras regiones corticales serían el "armario para archivar la memoria remota". Por lo tanto, si hay lesión del lóbulo frontal, es difícil -pero no imposible- tomar información almacenada. Sin embargo, la información puede estar distorsionada por estar "archivada en forma inapropiada", lo cual provoca que la fuente, el contexto o la secuencia estén alterados. Pero, si los lóbulos temporales no funcionan, será imposible retener la información reciente. La información remota que ha sido consolidada durante un período de meses o años está almacenada en otras regiones corticales y por lo tanto estará disponible a pesar del daño temporal y del circuito de Papez. Por ejemplo, aunque los pacientes con depresión o enfermedad de Alzheimer pueden presentar disfunción de la memoria episódica; los primeros tienen una alteración del "empleado de archivo" y los últimos en "el armario donde se archiva la memoria reciente."
Los trastornos de la memoria episódica pueden ser transitorios, como sucede en la concusión, las convulsiones o la amnesia global transitoria. Los trastornos estáticos, como las lesiones traumática, hipóxica o isquémica del cerebro, accidentes cerebrovasculares simples, lesiones quirúrgicas y encefalitis, son máximas al comienzo (o durante varios días), mejoran (a veces en más de 2 años) y luego se estabilizan. Las enfermedades degenerativas, incluyendo la enfermedad de Alzheimer la demencia con cuerpos de Lewy, y la demencia frontotemporal, comienzan en forma insidiosa y progresan gradualmente. Los trastornos que afectan varias regiones cerebrales, como la demencia vascular y la esclerosis múltiples, progresan por etapas. Otros trastornos de la memoria, como los provocados por medicamentos, hipoglucemia, tumores y síndrome de Korsakoff pueden ser más complicados y tener un tiempo de evolución variable.
Cuando se sospecha una alteración de la memoria episódica, ante el relato de no poder recordar hechos y experiencias recientes, se requiere una evaluación adicional. Además de la historia completa, con particular énfasis en el momento en el cual apareció el trastorno de la memoria. Es necesario el interrogatorio a cuidadores y otros informantes para estar seguros, dado que el paciente no recuerda aspectos importantes de la historia. Deben interrogarse buscando otras deficiencias cognitivas como la atención, el lenguaje, visuoespacial o ejecutiva. El examen neurológico completo debe ir acompañado por la búsqueda específica de signos de enfermedad sistémica, lesión neurológica focal y trastornos neurodegenerativos.
Pueden realizarse pruebas cognitivas rápidas solicitando al paciente que relate una historia corta o varias palabras, o utilizando instrumentos como Mini-Mental State Examination, Blessed Dementia Scale, Three Words-Three Shapes memory test, prueba de memoria de una lista de palabras del Consorsio para establecer el Registro de enfermedad de Alzheimer, Drilled Word Span Test y el Seven-Minute Screen.
Para ayudar a distinguir la zona (frontal o temporal) de origen de los trastornos de la memoria episódica, las dificultades para codificar y recuperar la información deben ser contrastadas con la falla de almacenamiento primaria. Cuando no se puede recordar la información aun después de que la codificación ha sido maximizada por múltiples prácticas, y que las demandas de recuerdos han sido minimizadas mediante el uso de una prueba de reconocimiento mediante respuestas de elección múltiple, se confirma la falla primaria del almacenamiento.
Para el diagnóstico diferencial se recomienda hacer estudios bioquímicos y por imágenes. El tratamiento depende del trastorno específico. Los inhibidores de la colinesterasa y la memantina han sido aprobados por la Food and Drug Administration (FDA) para tratar la enfermedad de Alzheimer. La primera también se usa para el tratamiento de la demencia vascular y la demencia por cuerpos de Lewy.
Trastornos clínicos comunes que alteran la memoria episódica
Enfermedad de Alzheimer
Deterioro cognitivo leve, tipo amnésico
Demencia con cuerpos de Lewy
Encefalitis (más común, por herpes simple)
Variante frontal de la demencia frontotemporal
Síndrome de Korsakoff
Amnesia global transitoria
Concusión
Lesión cerebral traumática
Convulsiones
Lesión isquémica hipóxica
Bypass cardiopulmonar
Efectos colaterales farmacológicos
Deficiencia vitamina B12
Hipoglucemia
Ansiedad
Cirugía lóbulo temporal
Demencia vascular
Esclerosis múltiple
Traducción y resumen objetivo. Dra. Marta Papponetti. Especialista Medicina Interna. Doc. Aut. UBA. Editora responsable Intramed