1. Introducción
La neuralgia postherpética (NPH) es la entidad que ocupa el primer lugar como motivo de consulta en la Clínica del Dolor del Hospital General de México y se caracteriza por la presencia de episodios de dolor de intensidad moderada a severa. Los opioides son una alternativa terapéutica poco frecuente por su efecto limitado y riesgo de dependencia física, tolerancia y abuso. El Clorhidrato de Tramadol es un opioide que se ha usado para el control del dolor neuropático de diversa etiología, por lo que se considera de utilidad en este padecimiento.
1.1 Propósito
Demostrar la eficacia analgésica de Tramadol en el manejo del dolor agudizado en pacientes con NPH, midiendo la intensidad del dolor con la Escala Visual Análoga (EVA), antes y después de la administración endovenosa del Clorhidrato de Tramadol.
1.2 Antecedentes
La NPH es consecuencia de la infección aguda producida por el virus del herpes zoster y se presenta sobre todo en individuos de edad avanzada o inmunodeprimidos. El periodo de incubación varía entre una y dos semanas, y se acompaña de un espectro de alteraciones sensoriales en la región afectada, en la que aparecen las vesículas cuatro o cinco días después. En la fase aguda se manifiesta una neuralgia que finaliza con la desaparición de las vesículas. (1)
La incidencia de NPH se incrementa con la edad. Generalmente se define como dolor persistente durante más de un mes después de que cesa el rash del herpes zoster agudo. Ocurre en la población general con una frecuencia de aproximadamente 9.3 a 14.3 por ciento. Puede presentarse en un amplio porcentaje (75 por ciento) de personas después de los 70 años de edad. Comúnmente se resuelve dentro de los tres meses en cerca de 50 por ciento de los individuos afectados y sólo perdura más allá de los cinco años en dos por ciento de los casos. (2) En personas menores de 40 años la incidencia es menor a cinco por ciento. El dolor como secuela permanente se mantiene en cinco por ciento de los casos. Los pacientes con diagnóstico de mieloma múltiple están predispuestos a padecer la infección.
La NPH está caracterizada por dolor severo, ardoroso y lancinante o punzante. Este tipo de neuralgia se acompaña típicamente de alodinia (dolor por estímulo no nocivo) que puede persistir por años. (3)
Clínicamente los pacientes presentan tres componentes del dolor: una sensación constante, profunda, dolorosa y ardiente; un dolor espontáneo y una sensación disestésica provocada por el tacto leve o por la ropa. (4)
Los mecanismos fisiopatológicos de la NPH se desconocen, pero se cree que el dolor resulta de la desaferentación e hipersensibilización de la médula espinal en el asta posterior. (4) Una teoría muy aceptada es que la destrucción preferencial de fibras mielinizadas largas (inhibitorias), acompañada por una regeneración más rápida de fibras pequeñas (nociceptivas), resulta en una predominancia de influencias excitatorias sobre las neuronas de rango dinámico amplio en la médula espinal. (2)
En cuanto a las modalidades de tratamiento de la NPH, éste se basa fundamentalmente en el esquema farmacológico, con el uso de antiinflamatorios no esteroideos (AINE’s ), antidepresivos tricíclicos, anticonvulsivantes, ansiolíticos y, con menor frecuencia, analgésicos opioides y bloqueos nerviosos que pueden ser usados con fines pronósticos y terapéuticos. Otras terapias son el apoyo psicosocial, la estimulación eléctrica transcutánea (TENS), acupuntura y cirugía; dentro de esta última se encuentra la sección de la zona de entrada de la raíz dorsal (DREZ).(5)
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* Residente de Posgrado del Curso de Tratamiento del Dolor y Cuidados Paliativos del Hospital General de México. ** Médico Adscrito a la Unidad de Clínica del Dolor y Cuidados Paliativos del Hospital General de México. ***Jefa de la Unidad de Clínica del Dolor y Cuidados Paliativos del Hospital General de México.